Cuando los estudiantes pasan de los cursos universitarios a aplicaciones del mundo real, como pasantías, prácticas o prácticas clínicas, no se trata sólo de lo que saben, sino de cómo utilizan lo que saben.
Estas experiencias suelen ser la primera vez que los estudiantes aplican el aprendizaje en el aula en entornos impredecibles y de alto riesgo.
Para los estudiantes con discapacidades, ese salto puede ser especialmente desafiante. Las barreras estructurales, los entornos de aprendizaje inaccesibles y las experiencias negativas pasadas pueden dificultar estas transiciones.
Algo que puede ayudar a los estudiantes a superar barreras es el aprendizaje basado en simulación: cuando, a través de juegos de roles, los estudiantes practican habilidades clave, prueban estrategias y aprenden de los errores sin consecuencias en el mundo real. Es un enfoque que se practica en áreas como la atención médica, los negocios y la educación en trabajo social.
Decidimos investigar el uso de simulaciones con estudiantes que experimentan barreras relacionadas con discapacidades, basándonos en investigaciones relacionadas con el aprendizaje a través de simulaciones y estudiantes con discapacidades del desarrollo en el aprendizaje práctico.
Leer más: Las simulaciones de juegos de roles preparan a las enfermeras para las exigencias de su profesión
De participante a socio
Hemos adoptado un enfoque de “estudiantes como socios”, que ve a los estudiantes como colaboradores activos en el diseño de sus propias experiencias de aprendizaje.
En este estudio de caso, buscamos diseñar simulaciones que sean prácticas, empoderadoras y adaptadas al estudiante de trabajo social neurodiverso. También queríamos simulaciones que reflejaran sus preocupaciones particulares y se basaran en sus experiencias de vida únicas.
El estudiante experimentó barreras en la práctica previa del aprendizaje integrado. Antes de empezar otro, necesitaba una forma más segura de generar confianza, practicar la comunicación y prepararse para un entorno profesional.
Enfoque de equipo
El proyecto fue colaborativo. Como miembros de la facultad, trabajamos con un estudiante de trabajo social involucrado en un curso de educación de campo y un estudiante de teatro contratado como nuestro socio para co-crear las simulaciones. Otros participantes eran de Recursos de Acceso y Discapacidad de MacEwan y del Centro para la Enseñanza y el Aprendizaje.
Juntos, el grupo codiseñaron dos experiencias de simulación realistas y personalizadas destinadas a ayudar a los estudiantes de trabajo social a prepararse para su próxima práctica.
como funciono
El equipo se reunió durante el verano para diseñar en colaboración simulaciones personalizadas:
Una entrevista en el lugar de trabajo donde el estudiante practicó cómo establecer expectativas con un supervisor.
Un escenario de cara al cliente en el que respondió una consulta telefónica, algo que probablemente encontrará durante su colocación.
Cada simulación siguió un proceso de tres partes:
Briefing: El estudiante revisó el contexto y los objetivos.
Juego de roles: un estudiante de teatro interpretó un papel realista basado en un guión.
Informe: El estudiante vio simulaciones en video, reflexionó sobre lo que funcionó y recibió comentarios.
Al repetir las simulaciones varias veces, los estudiantes podrían desarrollar habilidades gradualmente, ajustar estrategias y tener más confianza en cada intento.
El estudiante de teatro también adquirió una valiosa experiencia aprendiendo y practicando cómo reaccionar y adaptarse auténticamente durante momentos no escritos, habilidades que se trasladarán a su propia formación interpretativa.
Las simulaciones brindan a los estudiantes la oportunidad de practicar escenarios del mundo real sin riesgos reales. (Getty Images/Unsplash+) ¿Qué ha cambiado?
Al determinar los objetivos de aprendizaje para la simulación, nos centramos en alinear los resultados de aprendizaje del curso con las necesidades específicas del estudiante de trabajo social, como las habilidades de comunicación. Con cada rotación de juego de roles, capturamos cuánto tiempo le tomó al estudiante de trabajo social comunicar claramente su pregunta o pensamiento al cliente (interpretado por el estudiante de teatro).
La cantidad de tiempo disminuyó con cada rotación. Al final, el estudiante de trabajo social dijo que se sentía más seguro al afrontar situaciones. Se ha vuelto más rápido, más seguro y más cómodo en la comunicación profesional.
Lo más importante es que afirmó sentirse incluido y respetado durante todo el proceso. él dijo:
“Estar involucrado en todo me ayudó a sentirme más preparado. Cometí errores en la simulación y aprendí de ellos, así que no tuve que cometer los mismos errores en la vida real”.
Un estudiante de teatro se hizo eco de esto:
“No solo estaba actuando, estaba ayudando a alguien a crecer. Me hizo darme cuenta de lo poderoso que puede ser el teatro más allá de la representación”.
Más allá del desarrollo de habilidades, esto fue el desarrollo de capacidades, el fomento de la confianza y el desarrollo de la comunidad, todo ello posible gracias al diseño centrado en los estudiantes. Un año después, el estudiante discapacitado completó con éxito dos prácticas de campo y se graduó.
Por qué es importante
Cuando las universidades diseñan experiencias de aprendizaje con los estudiantes, no solo para ellos (especialmente los estudiantes que a menudo quedan fuera del proceso, como los estudiantes que enfrentan barreras relacionadas con discapacidades), las oportunidades para la participación y el empoderamiento de los estudiantes se fortalecen.
Las simulaciones brindan a los estudiantes la oportunidad de:
Practique escenarios del mundo real sin riesgos del mundo real.
Aprenda de la retroalimentación en un entorno de apoyo.
Desarrollar habilidades de autodefensa y comunicación profesional.
Desarrollar estrategias que funcionen para sus necesidades únicas.
Este tipo de preparación personalizada puede marcar la diferencia entre simplemente superar una colocación y tener verdadero éxito en ella.
Mirando hacia adelante
Este proyecto demuestra que las simulaciones personalizadas, basadas en las experiencias de los estudiantes y respaldadas por la colaboración interdisciplinaria, pueden allanar el camino para una educación más equitativa y empoderadora.
Sugiere que cuando se trata a los estudiantes como cocreadores y no sólo como consumidores o receptores de educación, el aprendizaje se vuelve más profundo, más inclusivo y más significativo. También señala la relevancia de un uso más amplio de simulaciones creadas conjuntamente en diferentes disciplinas. Las oportunidades futuras incluyen:
Personalización de simulaciones para entornos grupales o entrega en línea.
Asociaciones entre departamentos, como teatro y empresa o accesibilidad y STEM.
Diseñar para diversas necesidades de aprendizaje desde cero, utilizando los principios del Diseño Universal para el Aprendizaje.
El enfoque es flexible, escalable y, lo más importante, centrado en el ser humano. A veces la mejor manera de prepararse para la vida real es practicar.
Descubre más desde USA Today
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

