Adiós Mario Vargas Llose, el final de la época para las luces de luz literaria latinoamericana

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
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Muerte del autor peruano Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936. – Lima, 2025) significa el final de la edad de oro de la literatura latinoamericana. Así como no habrá más generación en España como Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Gongo de Molina, Gongo de Molina, Gongo de Molina, en América, no será otra fuente de Vargas Llos.

La conciencia sin llorar de su manualidad Vargas Llose lo obligó a ser el escritor más exitoso entre su moderno. Su disciplina para escribir y eso es tan impecable que era absoluta.

Lo entrevisté varias veces y visité casi todas sus bibliotecas, donde trabajó, en Londres, Madrid, Nueva York y Perú. El orden físico de su entorno de trabajo era comparable solo en el orden mental que escribió, que fue explotado en obsesivamente.

Nunca recibió visitantes por la mañana, y por la tarde rara vez asistió a los invitados antes de las 6 o 7 en punto. Estaba convencido de que el genio no es natural, sino el fruto del esfuerzo y la persistencia, ya que escribió jóvenes romancuridades en sus cartas.

Elaborando la novela perfecta

Este ETOS ascético y fuerte estaba grabado en su trabajo. Sus noches de Nobel son artefactos, mecanismos de reloj imaginados y hechos hasta un milímetro. No hay palabras fuera de lugar, ni no tiene ningún final. A veces tenían un sentimiento, de la intención de una historia corta, sufrieron más de 400 páginas.

Una vez me dijo que antes de escribir, respondería con una gran cantidad de papel, el póster del tamaño de la cama. Allí grabaría los nombres de los personajes, el rastro de las líneas ascendentes o descendentes de cada uno de ellos, notando que cuando se conocieron, se convirtieron en conflictos, amaron, odiaron, murieron y grabaron eventos esenciales en sus viajes. Solo con esta tarea se completa si comenzó a escribir.

Y antes de todo, él le haría saber cada detalle y contexto de la trama. Ya sea en sus novelas históricas o obras puramente ficticias, siempre investigaba cuidadosamente los tiempos y lugares, así como en sus condiciones geográficas, meteorológicas e históricas. Viajó a los libros completos, que se usaban de aquellos dedicados a ropa o cosas personales.

La profundidad de la humanidad

Si su ética de trabajo era maravillosa, también lo fue su intelecto, lo que marcó la capacidad presupuestaria para explorar rincones altos, de última generación y ocultos de la habilidad y la experiencia humana.

Mario Vargas Llos Llosa 2005. Manuel Gonzalez Oachehea y Franco / Vikimedia Commons, CC

Muchas de sus novelas pueden resumir las palabras del escritor y crítico peruano Julio Ortega, quien las llamó “una arqueología del mal”, “Arqueología del mal”. Su sensibilidad y capacidad para examinar el corazón y las mentes era indiscutible, y era muy consciente de que la bondad y la monotonía virtuosa no hicieron novelas interesantes, el conflicto era esencial.

En cambio, se centró en una base personal y colectiva. Al igual que la atracción de los lectores, también proporcionó una fuente de críticas constantes y básicas, la que reduciría su papel de espectadores, testigos y jueces de las sociedades modernas.

Tiene un abuso de poder, dictadores, mentiras, venganza, odio y ataca insuficientemente, y al mismo tiempo, consentir muchas deficiencias y desviaciones humanas, casi siempre arraigadas en errores o decepciones de amor. Al mismo tiempo, reclamó el placer y la vida como un juego, como una forma de superar o moverse a lo largo de Life Trails.

Una mente libre

Mario Vargas Llosa siempre decía lo que pensaba, con poca atención por lo que sus millones de lectores podían pensar. Esto ha hecho esto en su opinión, en sus conferencias, conversaciones, conversaciones y conversaciones privadas. Siempre fue educado, pero no tenía miedo de antagonizar a su audiencia.

De la misma manera, sus novelas tomaron acceso universal a la amplia gama de temas. Esto lo convirtió en uno de los escritores más versátiles de la literatura española, a diferencia de muchos otros que constantemente escriben diferentes versiones de la misma novela o se colocan en el centro de sus propias historias. Calidad, variedad, perfección, originalidad y experimentación técnica definieron su producción literaria. Como un amigo me llevó recientemente, “todo se fue para escribirle a Don Kiikote para él”.

Cubra _le Dedica tu Silence_, la última novela Mario Vargas Llose.

Front Cover Le Speech My Silence, Last Roman Mario Vargas Llosa. Libros de pingüino

Cinco de sus novelas deben contarse entre los diez o doce mejores en español: La Casa Verde, 1966, La Casa Verde, 1969), La Guerra del Fin Del Mundo (Guerra al final del mundo, 1981) y La Fiesta del Chivo (vacaciones) Koza, 2000).

La mayoría de sus ensayos también son obras de arte reales en el campo de la crítica literaria, tanto en su contenido como en estilo. Su forma de explicar conceptos profundos con un lenguaje asequible e indeciso a una lógica fuerte, lo convirtió en uno de los mundos y ensayos del mundo moderno más grande.

Aunque nuestra última novela se dedicó a nosotros en el título de su última novela hace varios años, muchos de nosotros nos sentimos huérfanos ahora. Es mal perdiendo a alguien que nos ha aprendido y nos ha escrito, que descubrió los mundos ocultos y nos alentó a dedicarnos a la literatura, pero también al saber que su muerte marca el final de la época en que su muerte no regresa. Sin embargo, podemos encontrar el consuelo en la creencia de que a partir de ahora, 20 siglos hablarán de él mientras hablamos de Virgil hoy.


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