Case Bolsono: ¿Cuál es el futuro de la democracia en Brasil?

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
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El profesor de derecho constitucional, Emilio Peluso, de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), dijo en una entrevista con el Promenado que el Tribunal Supremo Brasil tiene una misión similar a la Posturía del Jairo Bolsonono.

A primera vista, la comparación puede parecer fuerte, pero es esclarecedora. Su argumento es comer Bolsono no solo al ex presidente, sino también sobre el futuro de la democracia en Brasil. En otras palabras, según Peluso, no es solo una penalización de un individuo o grupo de personas, sino una definición de cuánta tolerancia institucional se originó contra el movimiento político que trató de perturbar la democracia.

Diferencias y similitudes con un caso alemán

Los contextos son diferentes y casi un siglo separan los casos de Alemania y Brasil. Pero en el período de posguerra, Alemania tuvo que lidiar con la amenaza de grupos neo -nazis que se reorganizaron en la democracia y las decisiones que establecen barreras institucionales contra los intentos de renovar el régimen. Del mismo modo, la justicia brasileña tiene la oportunidad de establecer principios que minimicen los riesgos para las combinaciones estatales normalizan y expanden el margen de acción para las acciones que prueban los límites de lo que es considerablemente aceptable en el régimen democrático.

Además de los desafíos legales, Brasil también enfrenta el desafío social y político de cómo lidiar con una amplia gama de partidarios y partidarios de Bolsono, como analicé en su investigación sobre estos votantes. Esto incluye a aquellos que tienden a mantener su apoyo a la difusión de los documentos de acusación de la Policía Federal y la acusación de la Oficina del Fiscal General, que muestran que el complot de golpes proporcionó el asesinato del presidente y el vicepresidente elegido, un juez, un juez, un juez, un juez, un juez, un juez, un juez, un juez, un juez, de la Corte Suprema y el arresto del Presidente del Senado.

A diferencia del contexto alemán, en el que el período de posguerra marcó un punto de inflexión, Bolsono permanece activo y movilizado, apoyado por una base popular que no desaparecerá simplemente en los derechos. En contraste, todavía existe el riesgo de que su proceso sea instrumentalizado para fortalecer el argumento de la persecución judicial reiterada. Esto significa que la respuesta a un golpe no puede limitarse a un campo legal. Debe ser socialmente comprensivo y legitimado que evite que la narración de la persecución política gane aún más tracción entre su apoyo.

Por lo tanto, el primer desafío no es solo garantizar que las responsabilidades ocurran en el estado de derecho, sino cómo los diferentes segmentos de la sociedad obtendrán esta responsabilidad. Si, por un lado, la justicia tiene un papel de que las interrupciones democráticas acumulan consecuencias, de otra manera, esta respuesta determinará si contribuye al refuerzo del sistema político o si nuevas formas de radicalización e indigestión.

La experiencia internacional nos muestra que las respuestas institucionales no pueden ser castigadas solo: deben ir acompañadas de construir un consenso sobre los límites democráticos. Alemania, por ejemplo, además de prohibir el Partido Neo, invirtió en una cultura política que fortaleció el rechazo del autoritarismo. En Brasil, es un desafío encontrar formas de enfrentar la herencia de Bolsonor sin fortalecer su retórica de sacrificio.

Comunicar en la sociedad la naturaleza del crimen

Uno de los desafíos más comunes de este proceso es que la población comprende los tipos de delitos en cuestión. El crimen de intentos es diferente en muchos aspectos de los crímenes ordinarios con los que la población es mejor conocida, en la que la materialidad suele ser obvia, como en casos de robo o asesinato.

En el caso de un tipo estatal, un intento ya es un delito, aunque no se ha logrado en el derrocamiento del gobierno. Sin embargo, esta lógica puede parecer abstracta para algunas personas que tienden a conectar el crimen con consecuencias tangibles e inmediatas.

Este aspecto hace que las oraciones de comunicación sean aún más delicadas. Parte del público puede interpretar la responsabilidad de excesivos o trasladarse a intereses políticos. Sin una explicación clara de la naturaleza de este delito, existe el riesgo de que la decisión de la Corte Suprema sea experimentada como una penalización excesiva por un acto que nunca ha sucedido, ya que la familia Bolsonono se defiende a sí mismo.

Si la comprensión de los delitos comunes ya se ha imbuido de las interpretaciones moralizantes en una audiencia pública, un crimen contra un estado democrático que no está completamente comprometido a garantizar que su gravedad se comunique ampliamente y sea reconocido.

Otro desafío es la movilización internacional, especialmente en los Estados Unidos, algo que ha impulso con las responsabilidades influyentes personalidades como Elon Musk. Desde la suspensión del tiempo de KS en Brasil, Musk usó su plataforma para reforzar las narrativas de mezclilla de Bolson, incluida la declaración de que Brasil carece de libertad de expresión.

Entonces, Elon Musk no solo reforzó las narrativas de Bolsonor, sino que les dio una plataforma global y una variedad de credibilidad. Esta retórica, aunque basada en la distorsión, tiene un propósito estratégico: la presentación de Bolsono, pero sus aliados como víctimas del régimen autoritario, buscando el apoyo extranjero a la delegitización de las instituciones brasileñas.

Este tipo de intervención es parte de un fenómeno más amplio de redes transnacionales reales extremas que trabajan en un entorno digital. Por lo tanto, el desafío de la movilización no se limita a la respuesta interna, sino también a la capacidad brasileña de comunicar este proceso a la escena internacional claramente.

Si la ofensiva digital no se opone a la estrategia comunicativa, el riesgo es que la movilización de Bolsono se incrementa a redes fuera del país que pueden presionar las decisiones de justicia brasileña.


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