Tras ocho décadas de carrera musical, 80 películas, más de 180 millones de discos vendidos -cantados en hasta 8 idiomas- y conciertos en 110 países, el legendario cantante Charles Aznavour falleció en octubre de 2018 a los 94 años, en pleno activo. De hecho, su último concierto en España fue el 20 de abril del mismo año.
Su aportación a la canción francesa fue tan importante que Francia le organizó un funeral de estado, al que asistieron el presidente de Francia y el primer ministro de Armenia, país natal de sus padres, además de muchas otras personalidades, y fue retransmitido en directo por los medios de comunicación franceses. Emmanuel Macron finalizó su emotivo discurso con las palabras “Parce ku’en France, les poetes ne meurent jamais” (“Porque los poetas nunca mueren en Francia”).
Y así es, porque Charles Aznavour es universal y sigue estando completamente vigente. La prueba: tras un gran éxito de taquilla en Francia y cuatro nominaciones al César, llega a España la película francesa sobre el viaje de su vida, Monsieur Aznavour (2024). La oportunidad perfecta para repasar sus canciones más memorables.
“Bohemia” (1965)
Quizás su canción más famosa y la que nunca dejó de interpretar en sus conciertos. Aparece en el álbum del mismo nombre en 1966 y fue número uno en Francia durante varias semanas. También la cantó en español, inglés, alemán y portugués.
La letra nos transporta al París bohemio de finales del siglo XIX. Además del amor por el arte, es una reflexión sobre el paso del tiempo, el mundo artístico que ya no existe y el efímero optimismo de la juventud.
Fue compuesta para la opereta Monsieur Carnaval, con libreto de Frédéric Dard. Aznavour la cantó antes del estreno, lo que provocó cierta tensión entre su discográfica y el cantante que la interpretará en la opereta, Georges Guettari. Sin embargo, el éxito fue tan fuerte que la disidencia se disipó. Aznavour siempre llevaba un pañuelo blanco en el escenario que dejaba caer al final de la canción, una metáfora de la juventud que huye.
Hoy, en Montmartre (París), el Belvedere de la Boheme recuerda su legado, un mirador que celebra la magia de su voz y la eternidad de sus sueños.
“Todas las caras del amor” (1974)
En las últimas décadas se le ha asociado con la banda sonora de la película Notting Hill (1999), cuyo tema central en inglés, “She”, es interpretado por Elvis Costello.
En esta versión, la original, la música es de Aznavour y el texto es de Herbert Kretzmeren. Fue compuesta para la serie de televisión británica Las siete caras de una mujer (1974) y fue número 1 en el Reino Unido durante cuatro semanas. Posteriormente, Aznavour lo grabó en alemán, italiano y francés, bajo el título “Tous les visages de l’amour” (“Todos los rostros del amor”).
“Ayer otra vez” (1964)
Esta canción también trata el tema de la nostalgia por la juventud, pero con un trasfondo triste, desde la perspectiva que trae la madurez, pensando profundamente en el presente sobre las decisiones tomadas y los errores cometidos.
El texto fue escrito por Aznavour y la música por Georges Garvarence. El texto ha sido traducido y adaptado a varios idiomas: español como “Aier still”, inglés como “Yesterday When I Was Young” y otros como el armenio o el japonés.
Su melodía sigue de moda sesenta años después. No sólo porque el cantante Bud Bunny incluyó la muestra en su canción “Monaco”, sino porque sus letras siguen siendo atemporales y universales:
ayer otra vez/
yo tenía veinte años/
Pero estaba perdiendo el tiempo/
hacer locuras/
que no me dejen en el fondo/
Nada específico/
Sólo unas cuantas arrugas en la frente/
Y el miedo al aburrimiento.
(Justo ayer/ tenía veinte años/ pero estaba perdiendo el tiempo/ haciendo locuras/ que no me dejan en el fondo/ nada concreto/ salvo unas arrugas en la frente/ y el miedo al aburrimiento)
“Llévame lejos” (1967)
El sueño se convirtió en una canción, una invitación a escapar y dejar atrás la rutina. Charles Aznavour nos transporta a lugares lejanos, exóticos, llenos de luz y felicidad. Por eso fue la última canción que sonó en su funeral cuando dejó a los Inválidos en París.
“Llévame al fin del mundo, llévame al país de las maravillas; me parece que la miseria sería menos dolorosa bajo el sol”.
La brillante pista de la canción fue trasladada al cine con la película del mismo nombre (2005), donde un fan de Aznavour decide emprender un viaje para encontrarse con su ídolo, mostrando cómo la música puede inspirar, guiar e influir en la vida de quienes la escuchan.
No te pierdas esta actuación de 1972: magistral y apasionante. Cantante poético dedicado.
Aznavour se consideraba política y poéticamente incorrecto, y no faltan pruebas.
Aunque él mismo admitió que le costó escribirlo, en 1974 publicó “J’ai connu”, sobre el Holocausto. Nunca olvidó que sus padres huyeron del genocidio armenio y que él mismo fue testigo de los horrores de la Segunda Guerra Mundial.
En 1972 publicó un poema sobre la homosexualidad, “Comme ils disent”. Fue pionero, arriesgado y adelantado a su tiempo cuando este tema no se discutía abiertamente en Francia. Sin embargo, el público lo recibió con respeto, precisamente porque era él.
Canciones para otros artistas.
Ha interpretado sus canciones a dúo con cantantes como Frank Sinatra, Plácido Domingo, Julio Iglesias, Celine Dion, Elton John, Laura Pausini, Johnny Hallyday, Nana Muscori y Sting, entre otros. También con Edith Piaf, su descubridora y gran amiga, para quien compuso “Jezabel” (1951) y “C’est un gars” (1950).
Entre las canciones que escribió para otros, todas ellas de gran éxito, se encuentran “Retiens la nuit” para Johnny Haley, “La plus belle pour aller danser” para la joven Sylvie Vartan o “Je hais les dimanches” para Juliette Greco. También compuso para artistas actuales, como la cantante Amel Bent, para quien creó “Je reste seule”.
Aznavour inolvidable, incluso en los Juegos Olímpicos
Las competiciones y ceremonias de los Juegos Olímpicos de París 2024 estuvieron repletas de referencias culturales francesas. Las protagonistas fueron también las canciones de Charles Aznavour.
En la inauguración, la cantante Aya Nakamura interpretó un popurrí de dos de sus canciones con segmentos de “For me, Formidable”, interpretada anteriormente a capella por la Guardia Republicana. También incluyó el tema “La boheme” para anunciar su actuación. Además, uno de los momentos más emotivos de la clausura fue cuando se interpretó “Emmenez-moi”, cantado a coro por las miles de personas que asistieron como público.
Charles Aznavour es la prueba de que, en efecto, los poetas nunca mueren.
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