¿Qué cuesta el té especial de café y la temporada pasada de vestimenta? Hasta hace poco nada. Sin embargo, la apertura de Zachoff, cafetería especial integrada en Hermosilla Street en Madrid, es una diversificación ligeramente más profunda que simple: es una startup estratégica que reacciona a una venta minorista radical en era digital en la era digital.
Los consumidores de hoy no solo buscan productos, sino experiencias completas que reflejan su estilo de vida y les permiten expresar su identidad en las redes sociales. Como indica la reciente investigación de los comportamientos del consumidor, las plataformas digitales revolucionaron no solo cómo compramos, sino cómo nos comunicamos con las marcas y construimos nuestra identidad social a través del consumo.
De producto a experiencia
La economía de la experiencia ha desaparecido de la teoría visionaria a una realidad inevitable. En el mercado saturado de productos y servicios de calidad similar, la diferenciación ya no puede basarse en tangible. Las empresas deben orquestar momentos inolvidables que excedan la transacción comercial y la grabación en la memoria del consumidor.
El sociólogo estadounidense Rai Oldenburg nos proporcionó una clave básica para el tercer lugar: los espacios que no son de casa ni trabajan, pero, por ejemplo, son necesarios para la vida social (tiendas, parques, café y gimnasio).
Las innovaciones reales en las tiendas físicas radican en cómo las marcas transforman conscientemente sus espacios comerciales en estos terceros lugares, creando una comunidad en torno a sus productos.
Experiencias como una ventaja competitiva
El fenómeno no está aislado. Múltiples marcas redefinen su presencia física para ofrecer experiencias uniformes que trascienden la compra simple. Algunos ejemplos:
Apple Store. Sus tiendas tienen un diseño arquitectónico fácilmente reconocible: espacios grandes, posadas en las que todos los productos de marca pueden manipular (y manipular). Ofrecen talleres gratuitos, permitidos para experimentar con productos y personal capacitado para brindar asesoramiento personalizado. Estas marcas están tratando de convertir cada visita a la experiencia estética además de tecnológica.
Sephora. Dirigió su estación de ventas en laboratorios de belleza: los clientes pueden experimentar con productos a través de una mayor tecnología de realidad, recibir sesiones de maquillaje personalizadas y talleres que aprendieron expertos. La integración de su aplicación móvil con la experiencia de la tienda le permite escanear y acceder a la auditoría de inmediato.
Ciudad de decatlón. Tiendas urbanas y compactas, estos productos deportivos gigantes son superficies de prueba incorporadas en las que los clientes pueden probar bicicletas en simuladores virtuales o zapatos deportivos en cintas especializadas, tecnología de fusión y experiencia física para compensar el espacio reducido.
Innovación de Nike House. Las instituciones líderes de la marca deportiva integra experiencias digitales y físicas, permitiendo productos en el entorno que simulan condiciones deportivas reales y usan aplicaciones móviles para escanear modelos y solicitarles que lo prueben sin buscar.
El regreso, por ejemplo, Zachoff, el diseño de la cafetería de Madrid instaló los elementos de la arquitectura de Neomodjar que está conectado a la capital española. Las aperturas futuras en las tiendas de Asia están considerando su adaptación cultural a los mercados locales. Esta estrategia busca equilibrar la proporción global con las experiencias locales, respondiendo a un consumidor que valora y la presencia internacional y la conexión con su entorno.
Las marcas tienen entretenimiento integrado en la experiencia de compra en tiendas físicas (minoristas) no como una simple decoración de su estrategia comercial, sino en respuesta a dos desafíos básicos:
No compensar el comercio electrónico, lo que obliga a las tiendas físicas a ofrecer algo irrribuible en el formato de red: experiencias sensoriales y verdaderas conexiones humanas.
La homogeneización del mercado, donde, cada vez más, productos similares compiten por la atención del consumidor.
Batalla por la identidad del consumidor
El comercio minorista contemporáneo enfrenta un consumo cada vez más complejo que utiliza redes sociales no solo como un canal informativo sino también como una plataforma para construir y proyectar su identidad.
Las plataformas como Instagram y Tiktok se han convertido en catalizaciones básicas del consumo, donde los usuarios no solo los productos no solo buscan validación social y pertenecen a sus decisiones de compra.
Este fenómeno ha llevado a las marcas a revisar su estrategia: ya no es suficiente para los productos, deben ofrecer narración y experiencia que los consumidores pueden compartir y fortalecer su identidad digital.
Estrategias de escala
Existen patrones significativos en estrategias de líderes minoristas que cualquier marca puede adaptarse a su escala:
Integración tecnológica con el propósito. La tecnología aplicada en Nike y Sephora, la tienda no es un elemento ornamental, sino una herramienta que resuelve problemas con los consumidores reales. Este enfoque le permite crear experiencias que combinen lo mejor en el mundo digital y físico, reaccionar al comportamiento omnicanal del consumidor moderno. Las pequeñas empresas pueden aplicar las soluciones tecnológicas disponibles que mejoran la experiencia del cliente en lugar de invertir en emisiones de registro.
Comunidad en una transacción. Actividades como talleres que se enseñan en las tiendas de Apple y los clamas de persecución de Sephora recopilan a los consumidores en torno a los intereses comunes. Esta estrategia quiere satisfacer la necesidad de miembros y conectarse y crear una lealtad de marca que exceda el precio. Las tiendas locales pueden organizar eventos comunitarios en menor medida, pero con mayor contextual relevante.
Un ajuste experimental. Desde ajustar los zapatos en Nike hasta sesiones individualizadas en Sephora, estas marcas se dieron cuenta de que el nuevo lujo es una experiencia personalizada. Este enfoque reconoce la necesidad de que los consumidores expresen su individualidad, especialmente el valor relevante en la era de las redes sociales. Ajustar productos o servicios a las necesidades específicas del cliente se puede implementar incluso pequeñas empresas con recursos limitados.
Espacios como una expresión de valor. La arquitectura de Apple o la adaptación cultural de Zachoff no solo son decisiones estéticas, sino también las manifestaciones físicas del valor de la marca. Esta coherencia entre el mensaje y la experiencia construye autenticidad, activos básicos en el momento del escepticismo del consumidor. Las empresas locales pueden enfatizar su conexión con la comunidad a través del diseño y la experiencia de su espacio físico.
Vender y distinguir
En el mundo para las compras, se vuelve más fácil y automática, la verdadera diferenciación es la capacidad de crear significados. La pregunta ya no es si las tiendas físicas sobrevivirán, sino cómo se desarrollará para convertirse en más que ventas.
El futuro del comercio físico no es vender más de lo que significa más. Las marcas que comprendan y ejecutan esta transformación no sobrevivirán solo, pero definirán la próxima era del comercio minorista.
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