Crisis de la democracia en Turkie: religión, poder y represión política

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
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Arrestando al alcalde de Estambul, Ekrem Imakoglu, 19. Marzo de 2025. Año, intensificó la discusión del estado de la democracia en Turkie. Este episodio puede interpretarse como un posible punto de inflexión en el desmontaje progresivo de la tumbona y los pilares democráticos del país.

Desde su fundación en 1923. Año, la República de Turkie fue fundada como un estado secular bajo el liderazgo de Mustafa Kemal Ataturk. La cirugía se concibe como un requisito esencial para el desarrollo moderno, excluyendo las estructuras del poder estatal de las autoridades religiosas.

Sin embargo, estudios recientes han documentado un debilitamiento sistemático de esta separación de la llegada del partido por la justicia y el desarrollo (AKP) en 2002. Años.

La exploradora Jenny White, especialista en políticas turcas, analizó que el Islam había pasado de la ocupación de un espacio privado para convertirse en una herramienta de legitimidad política bajo el gobierno de AKP. En el nacionalismo musulmán y los nuevos turcos, White explora que el AKP promovió la identidad religiosa nacional como una alternativa al secularismo de la república tradicional.

Esta transformación del secularismo en Turkie también fue acompañada por un rediseño de la identidad nacional. Según el estudio de investigación Think Brookings, el gobierno Erdogan promovió una visión religiosa y conservadora de lo que significa ser turco, el debilitamiento de los pilares republicanos fundados antes de un siglo.

El Islam, en lugar de ocupar espacio privado o espiritual, todo está integrado en el estado oficial del estado, que se utiliza como un medio de cohesión política y legitimidad moral.

Esta redefinición tuvo consecuencias claras: se reduce el margen de desacuerdo, las libertades individuales son un miembro limitado y civil de los criterios culturales y religiosos que excluyen una parte importante de la sociedad.

Ascenso al autoritarismo competitivo

Autores como Steven Levitic y Lucan, conceptualizaron el “autoritarismo competitivo” como un régimen en el que existen formalmente las instituciones democráticas, pero se descargan en el contenido del control hegemónico del ejecutivo.

En el caso turco, se documentan las prácticas, como el poder judicial de cooptación, el control de los medios y la descalificación de los candidatos de oposición, que contribuyen a una competencia electoral desigual.

Arrestar a Imamogla bajo las posiciones de corrupción y presuntos lazos con terrorismo encajan en esta forma. Su figura apareció como una desafiante hegemonía sostenible del AKP después de ganar al alcalde de Estambul en 2019. años y, nuevamente, en 2024. años, una ciudad con un alto valor simbólico y político. Varios analistas internacionales interpretaron la custodia como una maniobra para excluirla del juego electoral.

Instrumentalización del aparato judicial

El uso de procesos judiciales como herramienta de exclusión política fue una técnica recurrente en Turkie en los últimos años. Según el informe anual de Freedom House, Turkie se clasifica como “no libre”, y los resultados se reducen en la independencia de las libertades judiciales y civiles. El arresto de más de mil personas, incluidos periodistas y manifestantes después del arresto, organizaciones como Human Rights Watch y periodistas sin fronteras se organizaron.

En este contexto, el uso de la ley se transforma en la herramienta de control, que es el Guillermo O’Donnell llamado “legalismo autoritario”: uso selectivo de legalidad para mantener formas institucionales mientras se elimina el contenido democrático.

Instituciones, equilibrio de poder y caminos autoritarios

El economista y el premio Nobel Daron Acemoglu, origen turco, argumenta en términos generales que la democracia está directamente relacionada con la debilidad de las instituciones y la falta de frenos ejecutivos. Por qué fallan las naciones, las afirmaciones de que las instituciones inclusivas son cruciales para el desarrollo y la estabilidad, mientras que las atrapadas por las élites extractivas son más difíciles de venir en regímenes autoritarios o ineficientes.

La situación actual en Turkie, donde el control ejecutivo del poder judicial, los medios de comunicación y el sistema electoral está progresivamente centralizado por el ejecutivo, ilustra con precisión las consecuencias de esta captura institucional.

Drift con implicaciones internacionales

Turkie es un estudio de caso clave para comprender las transformaciones de los regímenes democráticos a los 21 años. Steven Levitic y Daniel Zibatt advirtieron que las democracias mueren que el colapso de la democracia contemporánea generalmente no aparece utilizando los estados de la ley, sino los crecimientos progresivos de peso y contraportados institucionales del sistema.

El caso turco muestra cómo el debilitamiento del secularismo, la concentración de poder y criminalización de la oposición se articulan en un modelo político que aún conserva una fachada democrática. Esta “normalización” de la autopista debe leerse como una advertencia para otros demócratas de riesgo.

La custodia de Ekremam es un episodio clave en el proceso estructural de transformación del sistema político turco. A través de la teoría del prisma de la regresión autoritaria competitiva, la regresión democrática y el secularismo político, se da cuenta de que esta no es una situación aislada, sino una deriva ideológica profunda que pone en peligro la esencia de la República Moderna hace más de un siglo.


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