Ejercicio físico durante el embarazo: cuándo, cómo y con qué frecuencia

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
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Se creía que creía que el ejercicio en el embarazo podría ser arriesgado. Muchas mujeres han evitado ser absolutamente por temor a dañar al bebé o tener complicaciones durante el parto. Sin embargo, hoy sabemos que el ejercicio planificado y la supervisión profesional no solo son seguros, sino también muy útil para la salud de la madre y el feto. Las investigaciones lo apoyan.

De hecho, las nuevas recomendaciones subrayan la importancia de mantener la actividad física, adaptándola a cada fase del embarazo. El ejercicio ayuda a regular el peso y puede prevenir problemas como la diabetes gestacional o la hipertensión.

Razones para el ejercicio continuo

La actividad física moderada durante el embarazo proporciona más beneficios para la salud. Por ejemplo, ayuda al control de peso, manteniéndolo en rangos saludables. Esto reduce el riesgo de obesidad después del parto. También reduce las posibilidades de desarrollar diabetes gestacional, ya que mejora la sensibilidad a la insulina y regula el azúcar en la sangre.

Además, el ejercicio ayuda a prevenir la preeclampsia, ya que mejora la salud de los vasos sanguíneos y reduce la presión arterial. Las mujeres activas también tienen menos riesgos que la necesidad de soluciones imperiales o nacimientos instrumentales. Estar en forma ayuda a tolerar el esfuerzo de parto y recuperarse más rápido.

Por otro lado, la actividad física reduce los casos de macrosomas fetales, es decir, los bebés nacidos con peso excesivo, lo que difícilmente puede dificultar el parto.

Y finalmente, moverse durante el embarazo mejora el bien emocional: la ansiedad y la depresión reducen y mejora la calidad de la vida de las mujeres embarazadas.

Pautas para el movimiento durante el embarazo

El mejor momento para comenzar a hacer ejercicio es en el primer trimestre, siempre con la aprobación del profesional de la salud y asistir a cómo es la madre. Las recomendaciones de la universidad estadounidense para obstetos y ginecólogos indican al menos 150 minutos de actividad moderada. Es equivalente a unos 30 minutos al día, cinco días a la semana.

Puede caminar, realizar una actividad en el entorno acuático, una bicicleta estática o hacer ejercicio con bajo efecto. El estiramiento, la operación suave y las prácticas y prácticas como el yoga prenatal también son útiles. Es esencial evitar el riesgo deportivo de caídas o impacto en el abdomen. Desde el segundo trimestre, no se recomienda hacer ejercicio acostado boca arriba, ya que puede afectar la circulación. También es importante hidratar y evitar el calor excesivo.

Aspectos fisiológicos específicos para la consideración

El embarazo implica una serie de transformaciones fisiológicas que afectan el funcionamiento del cuerpo. Uno de los principales cambios es que el corazón está funcionando más. Los gastos cardíacos se pueden aumentar hasta en un 50% para satisfacer las necesidades del bebé y la madre. Esto significa que el sistema de circulación pesa más, incluso en reposo.

También respiras más rápido. Es normal sentirse un poco de fatiga al hacer ejercicio, incluso suave.

Otro cambio importante es la acción de una hormona llamada relajación. Esta sustancia aumenta la elasticidad de las mujeres embarazadas, preparando el cuerpo para el parto, pero también puede aumentar el riesgo de lesiones si es intensa o mal controlada.

Además, a medida que el abdomen crece, pesa gravitativamente. Esto afecta el equilibrio y puede cambiar el camino de caminar.

Por lo tanto, es importante adaptar el ejercicio a cada fase del embarazo. Con la ayuda de profesionales, es posible permanecer activo de manera oportuna.

Impacto en el tipo de parto y bebé

El ejercicio también afecta cómo está ocurriendo la entrega. Como se indica, las mujeres activas tienen menos probabilidades de tener relegaciones imperiales o intervenciones médicas. Es mejor listo físicamente y tolerar el esfuerzo. Los bebés de madres activas generalmente tienen un peso más equilibrado al nacer, lo que reduce el riesgo de complicaciones.

El estudio realizado por el investigador Mª José Aguilar Cordero de la Universidad de Granada mostró que la inactividad física durante el embarazo se asoció con un mayor riesgo de parto prematuro, bajo nacimiento y necesidad de cuidados intensivos neonatales.

Una herramienta muy poderosa

Lejos del riesgo, la actividad física es un arma muy poderosa para mejorar la salud de la madre y el bebé. Ejercicio regular, adaptado y seguro, ayuda en el control, prevenir problemas como la diabetes gestacional o la hipertensión y una mejor preparación para el parto. También mejora el estado de ánimo, reduce la ansiedad y favorece una recuperación rápida después del nacimiento. Es crucial comenzar con sentido común y consejos adecuados.

Tienes que dejar atrás los mitos y apostar por un embarazo activo y saludable.


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