El enviado del presidente estadounidense Donald Trump, Steve Witkoff, y el asesor clave del presidente ruso, Vladimir Putin, Kirill Dmitriev, acordaron recientemente un plan de paz de 28 puntos para poner fin a la guerra en Ucrania.
Sólo hay un problema: Estados Unidos y Rusia no incluyeron a Ucrania en la consideración. No solo es patrocinio, sin importar cómo haya tratado de tergiversarlo la administración Trump, sino que significa que el acuerdo refleja las demandas y los objetivos de guerra de Rusia.
Como tal, el acuerdo no sólo es inamovible, sino que también coloca a Ucrania en una posición poco envidiable para decirle no al voluble presidente estadounidense.
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La búsqueda de la paz
Desde la invasión rusa a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, ha habido varias iniciativas que buscan la paz.
Uno de los primeros intentos tuvo lugar en Turquía poco después de la invasión. A pesar de los esfuerzos de Rusia por presentar la retirada de Ucrania de las conversaciones como liderada por Estados Unidos, lo que finalmente estancó el proceso de paz fueron las revelaciones de crímenes rusos en el suburbio de Buch en Kiev.
Después de este revés, tanto Rusia como Ucrania volvieron a perseguir sus propios objetivos para el conflicto. Para Ucrania, esto significó la recuperación completa de su territorio de la ocupación rusa. Sin embargo, una fallida contraofensiva ucraniana en el verano de 2023 acabó con las esperanzas de una rápida victoria.
Desde este revés, tanto Ucrania como Rusia han aceptado que es poco probable una guerra de desgaste para una victoria rápida. En cambio, la guerra en Ucrania es ahora un conflicto prolongado basado en el desgaste.
En tal escenario, el papel del apoyo externo es fundamental. Ucrania había presionado para que Estados Unidos participara en las conversaciones de paz, pero las conversaciones que condujeron al plan de paz de 28 puntos indicaron que los estadounidenses se habían puesto del lado de Rusia y habían aceptado las demandas rusas.
Desde entonces, funcionarios ucranianos se han reunido con funcionarios europeos y estadounidenses para trazar otro camino a seguir.
El presidente francés Emmanuel Macron, derecha, y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky se abrazan después de una conferencia de prensa conjunta en París el 1 de diciembre de 2025. (Foto AP/Christophe Ena) El plan de paz presenta muchos problemas
Los partidarios de Ucrania afirman con razón que el plan de paz de 28 puntos favorece enormemente a Rusia. El sesgo del plan era tan obvio que el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, supuestamente dijo a los senadores que representaba una “lista de deseos” rusa, aunque luego negó haberlo dicho.
Hay varias disposiciones que hacen que el acuerdo sea inviable desde la perspectiva ucraniana.
La primera es que, según el plan, Ucrania debe ceder a Rusia todo Donetsk y Luhansk en la parte oriental del país. Si bien Rusia ha capturado completamente Lugansk, partes clave de Donetsk siguen bajo control ucraniano.
El control de Ucrania sobre estas partes de Donetsk va más allá del valor simbólico. Estas áreas constan de terreno y fortificaciones ideales para operaciones defensivas. Si Ucrania cediera este territorio a Rusia, el centro de Ucrania seguiría siendo vulnerable a rápidos ataques rusos en el futuro.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece asentir mientras el secretario de Estado, Marco Rubio, habla durante una reunión de gabinete en la Casa Blanca el 2 de diciembre de 2025. (Foto AP/Julia Demaree Nikhinson) ¿Aceptar un mal acuerdo?
Los funcionarios ucranianos han logrado un delicado equilibrio desde que Trump anunció su plan de paz. Si los funcionarios ucranianos lo rechazan rotundamente, es probable que Trump abandone Ucrania en un momento de necesidad. Si Ucrania accede plenamente, seguirá siendo vulnerable a futuras agresiones. También es dudoso que cualquier funcionario que firme un acuerdo amistoso con Rusia sobreviva políticamente.
En consecuencia, los funcionarios ucranianos cultivaron sus vínculos con funcionarios europeos mientras dedicaban tiempo a los temas más polémicos de la agenda. En particular, el presidente Volodymyr Zelensky dijo que los aspectos territoriales del acuerdo propuesto son los más difíciles.
Siendo realistas, es poco probable que Ucrania recupere zonas como Crimea. Pero pedirle a los funcionarios ucranianos que entreguen territorio que aún no han perdido en Donetsk es ir demasiado lejos.
Desafortunadamente, Trump parece desesperado por llegar a un acuerdo, sin importar el costo, a juzgar por las personas que ha designado para manejar las negociaciones con Rusia: Witkoff y Jared Kushner, el yerno del presidente.

El enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, en primer plano, y Jared Kushner, yerno del presidente estadounidense, Donald Trump, asisten a conversaciones con el presidente ruso, Vladimir Putin, en el Kremlin de Moscú el 2 de diciembre de 2025. (Alexander Kazakov, Sputnik, Kremlin Pool Photo vía AP)
Witkoff y Kushner están más involucrados cuando Trump quiere resultados, sin importar las consecuencias.
Desde que ingresó a la política durante el primer mandato de Trump, Witkoff ha sido un apologista de Rusia y sus acciones. Esta actitud no ha cambiado ni siquiera durante el segundo mandato de Trump. De hecho, Witkoff parece haber estado enseñando a Rusia cómo congraciarse con Trump, aparentemente anteponiendo los intereses rusos a los de Estados Unidos.
Parece que los esfuerzos diplomáticos de Kushner hasta ahora le han enriquecido personalmente, algo que no augura nada bueno para la solicitada posición neutral en las negociaciones entre Rusia y Ucrania.
un momento perdido
Desafortunadamente para Ucrania, estas complicaciones del plan de paz no podrían haber llegado en peor momento para su esfuerzo bélico. Mientras Rusia ataca las ciudades ucranianas y afirma haber capturado la ciudad de Pokrovsk en el este de Ucrania, los ucranianos están lanzando simultáneamente ataques constantes contra la industria energética rusa.
La interrupción directa de la energía rusa es quizás la única área donde la presión ucraniana podría afectar el esfuerzo bélico de Putin.
Sin embargo, los intentos de Trump de alcanzar un acuerdo de paz a cualquier precio podrían detener cualquier intento ucraniano.
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