La construcción de nidos es un comportamiento prácticamente universal en las aves. Estas estructuras son un rasgo característico de estos animales al igual que sus plumas o alas. Los nidos son soporte estructural para los huevos, los polluelos y los padres que los construyen, protegiéndolos de los depredadores y otros factores ambientales.
La mayoría de aves utilizan para su construcción materiales orgánicos, como ramas o musgo, pero también materiales inorgánicos como el barro y otros de origen antropogénico, como el plástico. Todos estos materiales forman la base estructural del nido, pero en su superficie hay otros añadidos una vez finalizada la construcción -como plumas o pelos- con funciones muy diversas, en muchos casos relacionadas con la selección sexual. Entre estos elementos modernizados se encuentran las hierbas verdes frescas, como las que utilizamos habitualmente para añadir sabor, color y aroma a los alimentos.
Comportamiento intrigante
La incorporación de fragmentos frescos de plantas, a menudo aromáticas, o incluso flores, es un comportamiento que ha intrigado a muchos científicos durante décadas. Hasta donde sabemos, este comportamiento lo exhiben sólo unas pocas especies entre las miles que existen actualmente, lo que lo hace aún más intrigante.
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Cuando hablamos de material vegetal verde y fresco, nos referimos a hojas completas o sus fragmentos, hierbas y flores, que aunque no sean verdes pueden tener funciones similares. Este tipo de material casi siempre se incorpora cuando la estructura del nido está completa y se mantiene hasta la puesta de los huevos, aunque hay especies, como el charrán azul (Cianistes caeruleus), que siguen aportando material verde hasta que los polluelos abandonan el nido. Otras especies de aves que presentan este comportamiento son el estornino pinto (Sturnus vulgaris), el estornino negro (Sturnus unicolor) y, aunque sólo existe un reporte en China, el gorrión común (Passer cinnamomeus).
Mezcla de fragmentos de plantas frescas y flores procedentes de uno de los nidos de estornino negro estudiados por los autores en la Sierra de Madrid. Javier Sierro Selección minuciosa
A diferencia de los materiales de construcción (barro, ramas, etc.), las plantas parecen haber sido cuidadosamente seleccionadas, ya que los pájaros seleccionan una pequeña porción no aleatoria de las variedades de la flora local. Además, existen diferencias geográficas y sexuales entre y dentro de cada especie.
Como pudimos observar investigadores de las universidades de Coimbra y Granada, el arrendajo azul, por ejemplo, elige principalmente la menta en los alrededores de Coimbra (Portugal) y el galgo en Sierra Nevada. Otros artículos han informado que la reinita azul prefiere la milenrama y el tomillo en los bosques de Córcega (Francia).
Además, en esta especie, sólo la hembra trae estas plantas al nido, desde la incubación de los huevos hasta el momento en que los polluelos se independizan. Por su parte, el estornino pinto parece ser algo menos selectivo, con una gama de plantas seleccionadas mucho mayor que la reinita de vientre azul, tanto en poblaciones de Estados Unidos como de Alemania. Y se puede observar un patrón similar en el estornino negro, su pariente más cercano, que puede incluso añadir flores al nido. En ambas especies de estorninos, sólo los machos aportan material verde fresco y siempre antes de la incubación.
Pero lo realmente sorprendente de estas plantas es su perfil químico. Se ha comprobado que muchas de las especies seleccionadas son aromáticas, es decir, emiten cantidades importantes de compuestos volátiles al medio ambiente. Son estos compuestos terpenoides, como el limoneno o el sabineno, los que han llamado la atención de los científicos por sus propiedades antimicrobianas e insecticidas.
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Posible uso de hierbas frescas.
Diversos estudios han puesto a prueba la hipótesis de si las plantas aromáticas frescas reducen la carga de parásitos y bacterias patógenas en los nidos. Aunque la evidencia que lo respalda es numerosa, tiene matices. La mayoría de los estudios realizados con campanillas han encontrado efectos antiparasitarios y antimicrobianos de las plantas aromáticas, pero no todos los grupos de parásitos se ven afectados de forma similar.
En un estudio que hicimos en Coimbra, donde introdujimos experimentalmente menta en unos nidos y hierba en otros, vimos que la primera reducía la población de ácaros hematófagos (los que se alimentan de sangre), pero no las larvas de moscas hematófagas. El mismo patrón se ha observado en otras poblaciones de mosca azul y en otros grupos de parásitos.

Diseño experimental para estudiar el efecto de la menta sobre las poblaciones de parásitos en nidos de herrerillos azules en Coimbra, Portugal. Cada díada de caja contenía un nido con pasto (a) y uno con menta (b) en la misma cantidad. Las plantas se recogieron, secaron y pesaron (c) para examinar su efecto. Ana Claudia Norte
Otra hipótesis para explicar el uso de plantas aromáticas frescas se basa en la capacidad de los compuestos volátiles para estimular sistemas fisiológicos, como el sistema inmunológico. Al igual que con la capacidad de reducir o matar parásitos y bacterias, hay matices a favor, ya que las hierbas aromáticas parecen estimular diferentes componentes dependiendo de la hierba o mezcla de hierbas utilizada.
Hay casos en los que las plantas aromáticas provocan un aumento de parámetros como el hematocrito, el recuento de glóbulos blancos o el crecimiento de los polluelos, pero en muchos otros casos no se observa ningún efecto. Estos diferentes resultados también se encuentran en la población de Coimbra. Algunos estudios incluso han encontrado evidencias a favor y en contra en la misma población de estudio y con la misma hierba aromática.
Finalmente, existen otras hipótesis que, en lugar de basarse en el perfil químico de las plantas para explicar su uso, lo hacen en su estructura macroscópica. Este enfoque señala las plantas frescas como decoraciones que los machos utilizan para indicar su cualidad individual y atraer parejas potenciales o incluso para mantener un vínculo de pareja durante la temporada de apareamiento. Esta explicación se ha sugerido para los estorninos pintos y negros, cuyos machos llevan flores a sus nidos junto con una mezcla de plantas frescas.
En la población de estornino negro de la Sierra de Madrid que nuestro equipo de investigación está estudiando no es raro encontrar flores intercaladas con hojas de diversas especies vegetales. Sin embargo, se desconoce qué mecanismo podría estar detrás de esta señal o cuál sería su contenido informativo, ya que se trata de un comportamiento aparentemente barato energéticamente que podría realizar cualquier estornino.
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Desconocido y lo que aún queda por hacer
Incluso con todo el conocimiento acumulado en torno a estas observaciones, quedan muchas incógnitas por resolver. ¿Las plantas frescas tienen la misma función universal o han adoptado funciones diferentes según la especie y la región geográfica? Todavía no tenemos algún tipo de árbol filogenético para este comportamiento, por lo que no sabemos si se trata de un ancestro o un carácter derivado que ha aparecido repetidamente en la evolución de las aves.
Sin embargo, las diferencias geográficas y de especies actuales en la función y composición de las plantas frescas parecen apuntar más a una diversificación funcional, es decir, que las plantas frescas adoptarían diferentes funciones en diferentes especies (o incluso entre poblaciones de la misma especie). Tampoco hay estudios que hayan investigado nuevas funciones potenciales distintas de las que ya han sido probadas.
Antes de poner huevos, algunos estorninos negros machos llevan plantas verdes a sus nidos. En nuestra población de la Sierra de Madrid observamos cuándo se producen estas conductas para intentar dilucidar su función. Lorenzo Pérez Rodríguez
Por otro lado, si este comportamiento es adaptativo, debería aumentar el éxito reproductivo de la pareja. Recientemente se publicó un metanálisis que encontró un efecto positivo del material verde fresco en el éxito reproductivo, pero sólo dependiendo de cómo se diseñó el experimento.
Por otra parte, para que un rasgo sea adaptativo, debe ser heredable. Hasta el momento no sabemos qué porcentaje de la variabilidad de este comportamiento está determinado por factores genéticos y ambientales o sociales, por lo que futuros estudios que aborden la heredabilidad de este comportamiento son imprescindibles. Tampoco se descartaría que en determinadas poblaciones la incorporación de hierbas frescas no sea un fenómeno adaptativo, es decir, que en lugar de aumentar el éxito reproductivo, lo disminuya.
Todavía queda mucho por descubrir sobre este fascinante comportamiento, y futuras investigaciones deberían señalar ángulos de uso inexplorados de la planta fresca. Quienes hemos investigado a fondo este fenómeno todavía no podemos responder de forma definitiva por qué las aves utilizan plantas frescas y aromáticas en sus nidos. Quizás algunas especies le den un uso y otras le den otro. Esperamos tener una respuesta clara y contundente en los próximos años.
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