El acceso a las materias primas siempre ha sido un tema de inmensa importancia a lo largo de la historia, provocando el ascenso y la caída de imperios. También en el presente. El control de los depósitos minerales es uno de los motores del momento geopolítico que vivimos.
En consecuencia, la implementación de una verdadera economía circular de los metales es un eje prioritario. Se trata de materiales que mantienen intactas sus propiedades físicas y químicas durante el reciclaje, y pueden utilizarse en la producción del mismo tipo de productos a partir de los cuales se generaron sus residuos.
El gesto de reciclar una simple lata de aluminio
Un ejemplo de este tipo de material es el aluminio. La obtención de aluminio primario (a partir de materias primas vírgenes) requiere de tres etapas principales:
Extracción de la roca que la contiene, la bauxita, mediante minería a cielo abierto en regiones tropicales.
Obtención de alúmina (óxido de aluminio) mediante el proceso Bayer, que se basa en la cocción a alta temperatura de la bauxita con sosa.
Separación de aluminio elemental de óxidos mediante tinas electrolíticas con criolita fundida.
Producir una tonelada de aluminio primario requiere un aporte de energía de 15 megavatios (aproximadamente 5.000 hogares lo utilizan durante el día) y una emisión directa e indirecta de gases de efecto invernadero de 15 toneladas de dióxido de carbono equivalente (aproximadamente 15.000 automóviles recorren 10 km).
Esa misma cantidad obtenida del aluminio reciclado reduce drásticamente el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero. Así, reciclar sólo 10 latas de aluminio ya ahorra la emisión de 1,5 kg de dióxido de carbono equivalente.
Monetizando estos procesos se visualiza la gran ventaja económica del reciclaje. Con la venta de una tonelada de aluminio por unos 2.200 euros, el margen de beneficio del aluminio reciclado puede ser entre 3 y 5 veces más favorable.
Y la lira también: Minería urbana: ¿realidad o leyenda?
Diagrama esquemático de la obtención de aluminio primario (a partir de materias primas vírgenes) y secundario (reciclado). Se indican las emisiones equivalentes de energía y dióxido de carbono por cada tonelada de aluminio producida. Gumersindo Feijoo, CC BI-SA Cobre: un metal muy deseable
Otro ejemplo es el cobre, metal que fue trascendente en el desarrollo de civilizaciones e imperios. También fue uno de los primeros metales utilizados por el hombre, y su aleación con estaño en la prehistoria dio lugar a la Edad del Bronce.
Fue crucial durante el Imperio Romano. Estuvo presente, por ejemplo, en las transacciones económicas (acuñación), en la ingeniería (fabricación de pipas) y en las legiones romanas (producción de armas diversas). Con la llegada de la industria siderúrgica su valor decayó, pero a principios del siglo XX, con la invención del generador eléctrico por Michael Faraday, volvió a subir al podio de los metales estratégicos por sus excelentes propiedades de conductividad eléctrica.
Su valor económico es grande. El precio de los futuros en el mercado internacional ronda los cinco dólares la libra (453,6 gramos). Este valor explica por qué se repiten las denuncias de robos de cables de cobre, especialmente en las líneas ferroviarias.
Existen dos sistemas principales para la extracción del cobre: minería a cielo abierto o subterránea; Ambos tienen un impacto importante en el medio ambiente. Por tanto, reciclar este metal es un buen ejemplo de sostenibilidad, ya que se puede reutilizar indefinidamente sin perder calidad ni propiedades.
El reciclaje de cobre utiliza entre un 70% y un 95% menos de energía que la minería y su procesamiento, lo que genera una huella de carbono de entre 0,3 y 0,5 kilogramos de dióxido de carbono equivalente por kilogramo de cobre producido. En el caso de su extracción, la huella de carbono depende del sistema minero (a cielo abierto o pozos), pero oscila entre 4-5 kilogramos de dióxido de carbono equivalente por kilogramo de cobre.
Los restos de cobre en el hogar se pueden encontrar en cables, tuberías o electrodomésticos viejos. Reciclar es tan sencillo como separarlos y llevarlos a tu centro de recuperación más cercano.
Tierras raras, tierras codiciadas
El nombre de tierras raras hace referencia a los 15 elementos químicos del grupo de los lantánidos, junto con el escandio y el itrio, que se utilizan ampliamente en los sectores industrial, médico y de defensa. Se utilizan, por ejemplo, en la producción de tecnología láser, lentes telescópicas, bicicletas y automóviles eléctricos, fibras ópticas, televisores, misiles y equipos de resonancia magnética nuclear.
Su nombre se debe a que originalmente se encontraban dentro de minerales raros bajo tierra, y su “problema” no es la escasez sino su acceso, ya que algunos países mantienen la mayoría de sus reservas. China tiene el monopolio del 37% de las reservas mundiales de tierras raras.
El reciclaje de estos elementos químicos es una cuestión que trasciende el ámbito ecológico y económico y se adentra en el ámbito geopolítico, lo que demuestra la dependencia europea en el acceso a estos recursos.
A lire aussi: Una revolución científica que pondrá fin a la grave escasez de tierras raras en Europa y su dependencia de China
Actualmente, sólo el 1% de las tierras raras utilizadas en los componentes electrónicos se reciclan. Nos encontramos ante un enorme reto de innovación para conseguir, por un lado, la reutilización de los productos y, por otro, la extracción y reciclaje de estos materiales una vez finalizado su vida útil. La alternativa no es creíble. La continua minería masiva de tierras raras conlleva numerosos impactos en el medio ambiente

Símbolos químicos de los elementos de tierras raras, que incluyen escandio, itrio y 15 elementos de la familia de los lantánidos. Gumersindo Feijóo, CC BI-SA
Conocer la composición de los productos que utilizamos para un consumo responsable es un gran impulso para que las empresas decidan alargar el ciclo de vida de los productos, repararlos, reutilizarlos y, finalmente, reciclar los componentes básicos para devolverlos al ciclo productivo, tal y como propone el modelo de sociedad basado en la economía circular.
Descubre más desde USA Today
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

