Elección: la importancia de la educación financiera

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
4 Lectura mínima

Nuestra relación con el dinero comienza muy temprano en la vida: desde las primeras monedas que deja el Ratoncito Pérez a cambio de pequeños dientes de leche (compra y venta) hasta el pago a padres y abuelos (ingresos). Y es bueno aprender a operarlo pronto.

Empoderar para decidir

La educación financiera no consiste sólo en crear conciencia e impartir información, sino también en empoderar a las personas para que se sientan capaces de tomar decisiones acertadas sobre el ahorro y la inversión.

Además de comprender conceptos económicos básicos (inflación, tipos de interés, diversificación), la educación financiera también consiste en aprender a aplicar esos conocimientos en la vida cotidiana.

Para invertir es importante conocer y comprender las características de los productos de inversión y ahorro: cuentas, depósitos, fondos, acciones, bonos. Y, para ahorrar consistentemente en el tiempo, sea disciplinado: pronostique, o al menos monitoree, y controle los ingresos y gastos.

la condición humana

El elemento que dificulta el ahorro es nuestra propia naturaleza: aparte del pensamiento racional, cuando tomamos decisiones tendemos a optar por el consumo inmediato y su subidón de dopamina para retrasar la recompensa del ahorro (y sus beneficios). Caemos en la tentación de gastar y dejar el ahorro para más adelante.

La cuestión es que la llegada de las tecnologías financieras ha hecho que los pagos sean tan fáciles que los usuarios han dejado de verlos como lo que son: costos. Un simple clic en el ordenador o acercar el smartphone al terminal de pago aumenta el riesgo de realizar compras impulsivas y, por tanto, reduce la posibilidad de ahorrar.

Por tanto, la eficiencia de las fintech pone a prueba nuestra capacidad para tomar decisiones racionales en el uso de nuestro dinero.

Educación financiera para reducir la desigualdad y la pobreza

La educación financiera va más allá del bienestar familiar, se globaliza y contribuye a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). tres ejemplos:

Es clave para alcanzar el Objetivo 1, erradicar la pobreza, porque permite tomar decisiones financieras informadas.

La educación financiera de las mujeres es decisiva para lograr la igualdad de género (objetivo 4): mejora las perspectivas de autonomía económica y de acceso a los recursos financieros (préstamos, ahorros, inversiones).

Diseñar e implementar programas de educación financiera puede ayudar a reducir la desigualdad económica (Objetivo 10).

La era de la austeridad

Es cierto que las decisiones sobre ahorro e inversión dependen de factores que van más allá del conocimiento, la racionalidad y la confianza en uno mismo: no son las mismas necesidades y oportunidades financieras al iniciar el propio proyecto de vida y profesional que cuando uno se jubila.

Pero, además, hay que tener en cuenta la aversión al riesgo, que dependerá del perfil del inversor (desde el más arriesgado al más conservador) y determinará qué instrumento financiero se ajusta mejor a la relación entre su disposición a perder (riesgo) y sus expectativas de beneficio (rentabilidad).

Después de la jubilación, el ahorro planificado y la capacidad de tomar decisiones de inversión adecuadas ayudarán a generar ingresos que, además de la jubilación, permitan una buena calidad de vida durante un período que tiende a ser más largo.


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