Enseñar la conversación: la importancia de escuchar

REDACCION USA TODAY ESPAÑOL
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En 2016, un día acompañé a un grupo de alumnos de quinto grado en una visita a un museo de arte contemporáneo. Junto a sus profesores, y un pequeño equipo de educadores del museo, fuimos asignados a diferentes salas, donde se podían contemplar series de fotografías, esculturas y pinturas abstractas.

Una cosa me llamó la atención: ninguno de los educadores del museo “explicó” a los niños lo que estábamos viendo. Los propios niños, animados por ellos, comentaban las piezas, qué les sugerían, qué les recordaban, qué pensaban que podían significar, qué les provocaba. Hablar frente a compañeros y adultos, y ser escuchado con atención, respeto y sin juzgar, de repente me pareció una experiencia de aprendizaje mucho más importante que comprender un movimiento artístico en particular.

También me hizo pensar si mis profesores, cuando fui a EGB, querían saber lo que pensaba. Si alguna vez, en clase, tarea o examen, el profesor me animó a dar mi opinión o mi punto de vista. Mi experiencia en la escuela primaria siempre ha consistido en memorizar muy bien lo que decían los profesores para repetirlo lo más fielmente posible en el examen. En el mundo académico, mi visión propia y crítica de las cosas empezó a ser apreciada mucho más tarde, en la universidad.

Cuando no nos preguntan qué pensamos ni escuchamos qué tenemos que aportar, es difícil desarrollar el pensamiento crítico, un componente esencial de las recomendaciones europeas para la educación. “Es fundamental evaluar la información, tomar decisiones informadas y resolver problemas de forma independiente; comprender los sistemas sociales, políticos y económicos actuales y participar activamente en la sociedad; utilizar críticamente la tecnología digital e identificar oportunidades, evaluar riesgos y tomar decisiones innovadoras”: así lo resume Javier M. Vale, de la Universidad Complutense, en su artículo Cómo distinguir la línea fina en Doctriunaca.

Como dice este experto, la educación sin pensamiento crítico no es educación, sino adoctrinamiento. Y con demasiada frecuencia la línea entre una cosa y la otra sigue siendo algo borrosa. Y la mejor manera de evitar el adoctrinamiento es… sí, claro. Tienen capacidad crítica. Aprender a pensar.

La neuroeducación, la pedagogía y la psicología confirman que cualquier materia se puede enseñar desde la perspectiva de la autorreflexión y la creatividad, desde las ciencias hasta la historia o la literatura.

Y para no quedarnos en el terreno de la teoría y las bonitas palabras, tuvimos la oportunidad de “visitar” una escuela e instituto donde se lleva a la práctica este método de enseñanza de la mano de la investigadora y doctoranda Marta Rodríguez Pérez de la Universidad de Huelva.

La selección de este lunes trae sugerencias para aprender pensando en lugar de repetir. Además, hablamos de cómo mejorar la adquisición del lenguaje y la detección de problemas en esta área con robots ayudantes, por qué algunos niños tienen dificultades con las matemáticas aunque lo intenten, por qué en España hemos avanzado menos en la aplicación práctica de lo que aprendemos en el colegio que en otros países desarrollados, cómo evitar la ansiedad universitaria, cómo ser más creativos y cómo aprender a tocar un instrumento psicológico, cómo aprender a tocar en el colegio. Formas nocivas de acoso.


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