España, a tiempo de no quedarse atrás en la carrera por las poles

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
7 Lectura mínima

Comer bacalao forma parte de la cultura gastronómica española. Bacalao a la tranca, a la vizcaya, en caldo o brandada… ¿Quién no ha probado alguno de estos platos? Bueno, si es así, estás conectado con el Polo Norte por unos momentos, porque gran parte del bacalao que comemos proviene del Océano Ártico.

Bacalao salado en un puesto del mercado. Ana Belén López Tárraga, CC BI-NC-SA

Este detalle inusual demuestra que España está más conectada con las regiones polares de lo que parece. Aunque estén muy lejos, los polacos han influido en su historia, economía y forma de vida.

El interés por estos lugares se remonta a siglos atrás. En el siglo XVI, pescadores y balleneros del norte del país viajaban hasta los mares de Terranova y Labrador, en el actual Canadá. Allí cazaban ballenas y pescaban bacalao, productos muy valiosos en aquella época. Esos viajes fueron los primeros contactos entre España y el Ártico.

En 1603, el navegante Gabriel de Castilla escribió que vio tierras antárticas durante una expedición por Tierra del Fuego, entre Argentina y Chile. Es posible que fuera el primer europeo en describir el continente blanco. Estas expediciones no fueron sólo comerciales: también iniciaron la observación científica de las regiones polares.

De la investigación a la ciencia

Con el tiempo, los polos dejaron de ser territorios de investigadores y se convirtieron en laboratorios naturales. Allí se estudian temas clave como el cambio climático, la vida marina, los océanos y la atmósfera. Lo que sucede en el Ártico o en la Antártida afecta directamente al clima y a los mares del mundo.

España, aunque no tiene territorio polar, jugó un papel importante en la exploración antártica. Desde 1987, organiza cada verano la campaña Antártica en la que los científicos estudian el hielo, el clima y los ecosistemas. Además, España cuenta con dos bases científicas: Juan Carlos I y Gabriel de Castilla, ubicadas en las Islas Shetland del Sur.

En estas misiones colaboran universidades y centros de investigación de todo el país. Sin embargo, la presencia española en el Ártico fue menor. No existen bases propias y la mayoría de los estudios se realizan con el apoyo de otros países.

Un grupo de edificios rojos en un campo cubierto de nieve con un mar helado al fondo

La base antártica española Gabriel de Castilla, situada en la Isla Decepción. Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, CC BI-NC-SA

Además: ¿Qué papel geopolítico y científico juega España en los dos polos?

Un plan esperando hacerse realidad

En 2016, el Ministerio de Ciencia publicó las Directrices de la Estrategia Polar Española. Este documento expone las ideas que España debería seguir para reforzar su presencia en los polos.

El plan se dividió en tres partes: científica y de investigación, apoyo logístico y acciones sectoriales.

En la parte científica se solicitó la observación continua del medio polar. También crear un programa nacional de monitoreo a largo plazo y fortalecer el Centro Nacional de Datos Polares. Se propuso apoyar a jóvenes investigadores, promover la cooperación con otros países y acercar el conocimiento polar al público.

En la parte logística, el objetivo fue el mantenimiento y modernización de las bases antárticas y la mejora del transporte marítimo y aéreo que las abastece. Además, se recomendó la cooperación con otras naciones para compartir recursos, reducir costos y cuidar el medio ambiente.

Finalmente, en las acciones sectoriales se destacó la importancia de la pesca sostenible. Este sector es crucial para la economía española. La estrategia propuso una gestión responsable de los recursos marinos y la participación activa en foros internacionales que deciden sobre la protección de los océanos.

¿Por qué España debería ponerse al día?

Han pasado casi diez años desde que se publicaron esas directrices. Aun así, España no convirtió el plan en una verdadera estrategia. Esto hizo que el país progresara más lentamente que otros.

Mientras tanto, Francia, Alemania y el Reino Unido, que tampoco son países árticos, ya cuentan con políticas polares. China y la India también han desarrollado ambiciosos programas de investigación y cooperación. Estas naciones se han dado cuenta de que el Ártico y la Antártida son espacios esenciales para la ciencia y la sostenibilidad del planeta.

A lire aussi: El derretimiento de Groenlandia, un orador sobre el cambio global y sus impactos

Vivimos un momento marcado por la crisis climática y el deshielo acelerado. España tiene una oportunidad de ponerse al día y actualizar su estrategia. Una política moderna permitiría el fortalecimiento de la ciencia, una financiación estable y una mejora de la coordinación entre ministerios e instituciones.

Además, serviría para planificar mejor las operaciones logísticas, mantener las bases en buen estado y aumentar la cooperación en el Ártico. También ayudaría a vincular la investigación con la economía, impulsando sectores sostenibles como la pesca, la tecnología marina y la energía limpia.

A lire aussi: La pesca mundial frente al cambio climático: un éxodo a los polos

Una apuesta por el futuro

Tener una política polar actualizada no es sólo una cuestión científica. También es una forma de asumir la responsabilidad global ante los desafíos del siglo XXI. Los polos son el termómetro del planeta: lo que allí ocurre nos afecta a todos.

España tiene la experiencia, el conocimiento y las alianzas necesarias para un papel más activo. Convertir las directrices de 2016 en una estrategia concreta aprovecharía el trabajo ya realizado y colocaría al país entre las naciones que lideran la protección y el estudio de las regiones polares.

Hablar de polos no es hablar de lugares lejanos. Habla sobre el futuro del clima, los océanos y la vida en la Tierra.


Descubre más desde USA Today

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Comparte este artículo
Deja un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

es_ESSpanish

Descubre más desde USA Today

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo