En el mundo donde digital omnipresente, desde la educación hasta el entretenimiento, no podemos seguir a nuestros hijos sin inmersión con ellos en su universo virtual. Hoy, nuestros padres nos obligaron a comprender el entorno digital en el que crecen nuestros hijos, para guiarlos con criterios, no de ignorancia. También requiere hablar con ellos, los conozco y saber cómo ir a nosotros.
Por lo tanto, permanece con calma después de que esté en los dispositivos que usan el control de los padres. El 60% del menor sabe cómo omitirlo y más de la mitad cree que no deberían tenerlo. El control de los padres puede ser una herramienta útil pero nunca principal.
Nuestra propuesta: Haznos un uso bueno, responsable y ético de los jóvenes para aprender con nuestro ejemplo. Además, debemos promover el vínculo afectivo y proteger la privacidad.
Uso responsable de la tecnología
En un amplio estudio en los EE. UU. 2020. Años, el 68% de los padres admitieron haber obstaculizado su teléfono, y pasan tiempo con sus hijos, y el 73% lo admitió en restaurantes durante los momentos comunes.
Estos datos muestran que los dispositivos obtienen un país en espacios que deberían reunirse, diálogo y afecto. Los niños aprenden por observación, por lo que su forma de interactuar con pantallas y redes afectan directamente lo que ven en el hogar. ¿Podemos esperar que nuestros hijos vivan atrapados para la pantalla … si no podemos vivir afuera?
Mostrándoles que podemos ser sin ver un teléfono celular y sabemos lo aburrido para servirlos para tolerar mejor el aburrimiento. Bien canales, es un cambio en el cambio y el motor de la creatividad en adultos, y también en niños.
Otro aspecto en el que es importante dar un buen ejemplo es evitar compartir, la práctica de intercambiar fotos o datos de menores en las redes sociales. Es importante considerar aspectos legales y éticos de esta práctica y pedirles a los niños que permitan antes de publicar contenido. Pero si les preguntamos a nuestros hijos qué creen que estamos publicando sus fotos, la mayoría dirá que están molestos, las estimulan y las frustran.
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Promover una relación afectiva
Aparece un fenómeno preocupante en la era de la pantalla: beneficio técnico de los padres. Se refiere a situaciones en las que los dispositivos tecnológicos interrumpen o interfiten las interacciones entre padres y niños que afectan su relación.
Esta situación es común: nuestros hijos vienen a decirnos algo y no escucharlos porque miramos la pantalla. Si ocurre esporádicamente o mientras trabajan desde casa, los niños a menudo entienden que existe la responsabilidad de asistir y no siempre respondida de inmediato. Sin embargo, cuando sucede varias veces en el tiempo libre o en el tiempo familiar, el mensaje que reciben es diferente: pueden interpretar la pantalla que es más importante de lo que quieren compartir.
En última instancia, donados, cuando los dispositivos interrumpen constantemente la relación, puede dificultar desarrollar un apego seguro e incluso causa una sensación de soledad en nuestros hijos. Frente a esta sensación de soledad, nuestros hijos pueden tratar de “anestesia” yendo a su teléfono y redes sociales.
El tiempo de intercambio sin pantalla, por ejemplo, durante una comida, o varias horas antes de acostarse, evita su uso problemático, reduce el estrés de toda la familia y fomenta la relación familiar.
Protección de la privacidad
La educación a través de un buen ejemplo es esencial, pero también debe basarse en el control técnico (como el control de los padres) y la mediación activa: diálogo abierto sobre riesgos y oportunidades de Internet, así como las reglas de uso. Este enfoque fomenta la confianza, fortalece el pensamiento crítico y ayuda a los jóvenes a proteger su privacidad.
En España, por ejemplo, casi el 70% de los jóvenes cumplen con lo que están de acuerdo con sus padres, a diferencia de lo que sucede si simplemente imponemos el uso del control de los padres. Además, algunos estudios observan que este enfoque ayuda a los niños y adolescentes a ser más conscientes del riesgo de Internet y desarrollar habilidades críticas, por lo que es necesario en nuestra información errónea.
La propuesta es simple: nuestros hijos deben saber que puedo contar con nosotros para lo que necesitan. Siguiéndolos en era digital con confianza y sin miedo requiere retrasar una entrega de un teléfono móvil, combinando el control de los padres con modelos para adultos. Eliminar el teléfono para escuchar y mirar los ojos es el primer paso para aprender la tecnología de manera crítica, responsable y ética. Dado que la educación digital no solo mira: eso es acompañante.
La versión original de este artículo fue publicada en la revista Telos, por Foundation Telephone.
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