Gentrificación climática: aumenta la demanda de vivienda en las provincias más frías

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
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España ha sufrido la segunda peor ola de calor desde que se tienen registros en agosto de 2025. Este hecho refuerza la creencia de que el cambio climático ya no es una amenaza lejana: está aquí y afecta a las ciudades, a la salud… y también al precio de las viviendas españolas.

Un estudio académico reciente ofrece una mirada reveladora sobre cómo las altas temperaturas están afectando al mercado inmobiliario español y transformando el valor de las viviendas.

Calor extremo y valor inmobiliario

A través de un riguroso análisis de los precios de venta y alquiler publicados en idealista.com en 47 capitales de provincia de la península entre 2009 y 2024, descubrimos que el calor extremo afecta el valor de las propiedades.

Cada día adicional con temperaturas máximas superiores a 35°C supone un descenso de 1,40 euros por metro cuadrado en el precio de venta y de 0,0059 euros por metro cuadrado en el precio de alquiler en la misma provincia. Si lo traducimos a cifras más concretas, para una casa media de unos 120 metros cuadrados -y teniendo en cuenta que en España había alrededor de 700.000 casas en venta o alquiler en 2024-, esto supondría una pérdida aproximada de 117,6 millones de euros al año en ventas y medio millón de euros al año para el propietario.

¿Quién gana con el calor?

Según nuestro estudio, la respuesta está más allá de las provincias más congestionadas. Las regiones vecinas, especialmente las más frías, se benefician del calor exterior: los precios de venta suben a 2,80 euros por metro cuadrado y los alquileres alrededor de 0,012 euros, generando un beneficio de unos 235 millones de euros al año en ventas y un millón en ingresos para los propietarios. En definitiva, el calor disminuye el valor en algunas zonas pero lo multiplica en otras.

Las regiones más frías de España se están beneficiando de las olas de calor en otras, a medida que aumentan los precios de venta y alquiler de sus propiedades.

Este cambio de valores, que asociamos con patrones de migración climática interna, tiene profundas implicaciones para el futuro del urbanismo, la inversión inmobiliaria y la planificación territorial. ¿Estamos ante una nueva forma de gentrificación climática? ¿Se convertirán las regiones más frías en los nuevos pilares del atractivo residencial? El estudio sugiere que sí, y que este proceso ya está en marcha.

Vivienda, cambio climático y economías locales

El mercado inmobiliario es un barómetro sensible del riesgo climático. En países como Estados Unidos o China ya se han documentado caídas de valor en zonas expuestas a huracanes, incendios o inundaciones. En España, el calor extremo aparece como un factor silencioso pero persistente: no destruye las casas inmediatamente, pero perjudica su atractivo y valor a medio plazo.

Este hallazgo se relaciona con la idea de que los mercados financieros e inmobiliarios no son inmunes al clima. Al contrario, son un puente a través del cual el riesgo climático se filtra a la economía real y, en última instancia, afecta directamente a los bolsillos de los ciudadanos. Cuando los precios de la vivienda caen en una región debido al exceso de calor, no son sólo los propietarios los que pierden: también sufren los ingresos fiscales municipales, las inversiones en infraestructura y la cohesión social.

El cambio de la demanda hacia provincias más frías refleja un fenómeno que los investigadores llaman “migración climática”. Aunque solemos asociar este concepto a los movimientos internacionales, es cierto que también se da dentro de un mismo país. En España, el calor extremo puede acelerar la salida de la población de las zonas del sur y del interior hacia regiones del norte o más altas, donde la calidad de vida se considera más sostenible.

Nuestro estudio destaca que estos desarrollos no son sólo demográficos sino también económicos: los flujos de capital en el sector inmobiliario siguen la misma lógica. Donde se espera un clima más templado, también se prevén mayores inversiones, lo que puede ejercer presión sobre los precios y, por tanto, dificultar el acceso a la vivienda para la población local, lo que en última instancia reduce la igualdad social.

El futuro de la vivienda en España

El futuro del mercado inmobiliario será resiliente y sostenible o simplemente no lo será. El calor extremo ya está pasando factura a los precios de la vivienda en España, y seguirá haciéndolo con mayor intensidad en los próximos años.

La pregunta no es si el clima afectará al mercado, sino cómo responder a este desafío: ya sea con políticas adaptativas que promuevan la igualdad y la sostenibilidad, o con una inacción que profundice las desigualdades y genere pérdidas económicas.

Nuestro estudio alerta de que el cambio climático transformará el mercado inmobiliario español, afectando a los precios, la inversión y el acceso a la vivienda.

Integrar el riesgo climático en las políticas urbanas y las estrategias financieras será esencial para garantizar la sostenibilidad, la equidad y la resiliencia en el contexto de un aumento del calor y la desigualdad territorial.

Al igual que sus ciudades, el mercado inmobiliario español está en primera línea del cambio climático. Y lo que se haga hoy marcará una diferencia en el valor económico, social y humano de los hogares del mañana.


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