¿Alguna vez te has dado vueltas bajo la luna llena y te has preguntado si su brillo te mantenía despierto? Durante generaciones, la gente ha creído que la luna tiene el poder de provocar noches de insomnio y comportamientos extraños, incluso pura locura. La palabra “locura” proviene directamente de luna, que significa luna en latín.
Los agentes de policía, el personal de los hospitales y los trabajadores de emergencia a menudo juran que sus noches son bajo la luna llena. ¿Pero la ciencia lo respalda?
La respuesta, por supuesto, tiene más matices de lo que sugiere el folclore. Las investigaciones muestran que la luna llena puede tener un efecto moderado sobre el sueño, pero su efecto sobre la salud mental es mucho menos seguro.
Soy un neurólogo especializado en medicina del sueño que estudia cómo el sueño afecta la salud del cerebro. Me sorprende que el antiguo mito de la luz de la luna y la locura pueda remontarse a algo mucho más común: nuestro inquieto sueño a la luz de la luna.
Lo que realmente hace la luna llena para dormir
Varios estudios muestran que las personas en realidad duermen de manera diferente en los días previos a la luna llena, cuando la luz de la luna brilla más en el cielo nocturno. Durante este período, las personas duermen unos 20 minutos menos, tardan más en conciliar el sueño y pasan menos tiempo en un sueño profundo y reparador. Grandes estudios de población confirman el patrón y descubren que las personas de diferentes culturas tienden a acostarse más tarde y a dormir menos las noches previas a la luna llena.
La razón más probable es la luz. Una luna brillante por la noche puede retrasar el reloj interno del cuerpo, reducir la melatonina (la hormona que indica la hora de dormir) y mantener el cerebro más alerta.
Los cambios son modestos. La mayoría de las personas sólo pierden entre 15 y 30 minutos de sueño, pero el efecto es mensurable. Es más fuerte en lugares sin luz artificial, como zonas rurales o mientras se acampa. Algunas investigaciones también sugieren que los hombres y las mujeres pueden verse afectados de manera diferente. Por ejemplo, los hombres parecen perder más sueño durante la fase de crecimiento, mientras que las mujeres experimentan un sueño ligeramente menos profundo y reparador alrededor de la luna llena.
La pérdida de sueño provocada por una luna brillante es modesta pero mensurable. Yulia Kaveshnikova/iStock vía Getty Images Plus Enlace a la salud mental
Durante siglos, la gente culpó a la luna llena de causar locura. El folclore sugería que su brillo podría inducir manía en el trastorno bipolar, provocar convulsiones en personas con epilepsia o inducir psicosis en personas con esquizofrenia. La teoría era simple: si se pierde el sueño bajo la luna brillante, las mentes vulnerables podrían quedar expuestas.
La ciencia moderna añade un giro importante. Las investigaciones son claras en que la falta de sueño en sí misma es un fuerte factor de problemas de salud mental. Incluso una noche difícil puede aumentar la ansiedad y empeorar el estado de ánimo. Los trastornos persistentes del sueño aumentan el riesgo de depresión, pensamientos suicidas y brotes de enfermedades como el trastorno bipolar y la esquizofrenia.
Esto significa que incluso la modesta pérdida de sueño que se observa alrededor de la luna llena podría ser más importante para las personas que ya están en riesgo. Alguien con trastorno bipolar, por ejemplo, puede ser mucho más sensible al sueño breve o fragmentado que la persona promedio.
Pero aquí está el problema: cuando los investigadores dan un paso atrás y observan a grandes grupos de personas, la evidencia de que las fases lunares causan crisis psiquiátricas es débil. No se encontró ningún patrón confiable entre el mes y el ingreso hospitalario, el alta o la duración de la estadía.
Pero varios otros estudios sugieren que los efectos pueden ser pequeños. En la India, los hospitales psiquiátricos registraron un mayor uso de restricciones en la época de la luna llena, según los datos recopilados entre 2016 y 2017. En China, los investigadores notaron un ligero aumento en las admisiones por esquizofrenia en la época de la luna llena, utilizando los registros hospitalarios de 2012 a 2017. Sin embargo, estos hallazgos en la práctica mundial o cultural no son consistentes con la práctica cultural local.
Finalmente, la Luna puede alterar parte de nuestro tiempo de sueño, y la pérdida de sueño ciertamente puede afectar la salud mental, especialmente de las personas más vulnerables. Esto incluye a quienes padecen afecciones como depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia o epilepsia, y adolescentes que son particularmente vulnerables a los trastornos del sueño. Pero la idea de que la luna llena desencadena directamente oleadas de enfermedades psiquiátricas sigue siendo más un mito que una realidad.
El ciclo de sueño/vigilia está sincronizado con las fases lunares. Otras teorías fracasan
A lo largo de los años, los científicos han explorado otras explicaciones para los supuestos efectos lunares, desde “mareas” gravitacionales que atraen al cuerpo hasta cambios geomagnéticos sutiles y cambios de presión barométrica. Sin embargo, ninguno de estos mecanismos está bajo control.
Las fuerzas gravitacionales que impulsan los océanos son demasiado débiles para afectar la fisiología humana, y los estudios de los cambios geomagnéticos y atmosféricos durante las fases lunares han producido resultados inconsistentes o insignificantes. Esto hace que las alteraciones del sueño debidas a la exposición a la luz nocturna sean el vínculo más probable entre la Luna y el comportamiento humano.
Por qué persiste el mito
Si la ciencia no es concluyente, ¿por qué tanta gente cree en el “efecto luna llena”? Los psicólogos señalan un concepto llamado correlación ilusoria. Notamos y recordamos las noches inusuales que coinciden con la luna llena, pero olvidamos las muchas noches en las que no pasó nada.
La luna también es muy visible. A diferencia de los perturbadores ocultos del sueño como el estrés, la cafeína o el desplazamiento en el teléfono, la luna está justo en el cielo y es fácil culparla.

Es mucho más probable que los hábitos de tiempo frente a la pantalla tengan efectos adversos sobre el sueño que la luna llena. FanPro/Moment vía Getty Images Lecciones de la Luna para el sueño moderno
Aunque la luna no nos vuelve locos, su pequeña influencia en el sueño pone de relieve algo importante: la luz por la noche es importante.
Nuestros cuerpos están diseñados para seguir el ciclo natural de luz y oscuridad. El exceso de luz por la noche, ya sea a la luz de la luna, las luces de la calle o las pantallas de los teléfonos, puede retrasar los ritmos circadianos, reducir la melatonina y provocar un sueño más ligero y fragmentado.
Esta misma biología ayuda a explicar los riesgos para la salud del horario de verano. Cuando los relojes “se adelantan”, las noches se vuelven artificialmente más brillantes. Ese cambio retrasa el sueño y altera el ritmo circadiano en una escala mucho mayor que la Luna, lo que contribuye a un aumento de los accidentes y los riesgos cardiovasculares, así como a una reducción de la seguridad en el lugar de trabajo.
En nuestro mundo moderno, la luz artificial tiene un efecto mucho mayor sobre el sueño que el que jamás tendrá la luna. Por este motivo, muchos expertos en sueño abogan por un horario estándar constante, que se adapte mejor a nuestros ritmos biológicos.
Entonces, si te sientes inquieto en una noche de luna llena, es posible que no estés imaginando cosas: la luna puede adormecerte. Pero si el insomnio ocurre con frecuencia, busque más cerca de casa. Probablemente sea la luz en tu mano la culpable, no la del cielo.
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