La privacidad nos persigue, pero somos más rápido

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
9 Lectura mínima

Cuando hablamos de ciudadanía, generalmente pensamos en los derechos y deberes, aunque rara vez dejamos de analizar su significado e implicaciones. El concepto viene durante la antigua Grecia, dentro de la participación directa en las decisiones afectadas por la comunidad.

Entre las dimensiones de lo que el ciudadano es la política, social, cultural o subjetiva, entre otras cosas, definiendo un conjunto de derechos, deberes, percepciones, responsabilidades y comportamientos sobre las personas. Por lo tanto, la ciudadanía digital no es solo un conjunto de habilidades técnicas, sino la forma de participación activa, crítica y responsable en la vida pública digital.

Contexto: Ciudadanos del mundo hiperconconsciente

¿Por qué es importante comenzar con esta aclaración? Dado que el concepto de “juvenil” diluye las características y homogeneiza a todos los niños y adolescentes que aún no han cumplido una cierta edad, no hay tonos. En el campo digital, a veces, a veces está conectado a una connotación infantil orientada a la mera protección de un niño o adolescentes, sin participación activa.

Es suficiente enfatizar que entre los conceptos sociales para mejorar su privacidad, insistiendo en los protocolos de seguridad para el acceso a plataformas de red o contenido que se considera perjudicial para su desarrollo. Por ejemplo, podemos encontrar una propuesta para la implementación del sistema de verificación de edad para evitar el acceso a plataformas pornográficas (recuerde que en España, la edad de acceder a este contenido es en 8 años).

Y si es el mayor riesgo en la persona digital. No podemos olvidar que hay un autor detrás del ataque cibernético, y hay una víctima detrás de cada pantalla de ataque. En cuestiones digitales, se dice que el principal factor de riesgo no es una herramienta, la tecnología, en sí misma, sino un factor humano. De hecho, hasta el 95% de la falla para el ciber-curvador tiene su origen en errores humanos. Por lo tanto, debemos tener una perspectiva social sobre el uso de la tecnología: las herramientas digitales son fondos, por y para las personas.

Tampoco podemos, nadie cae en un alarmismo generalizado que establece una relación causal entre el uso de pantallas y redes sociales y problemas consecuentes en humanos, especialmente niños, adolescentes y jóvenes. El estudio muestra esto, lo que indica que el riesgo de usar la tecnología en los jóvenes en cualquier caso es bajo y muy diverso.

En el caso de la materialización, los autores explican que no está directamente relacionado con el uso simple de la tecnología, entendido como horas en la pantalla, sino con variables variables moduladas como el género, la edad o el control parental.

Por lo tanto, se dedica a la privacidad y las posibles amenazas que el uso de Internet significa una visión que integra toda la sociedad en su conjunto, con especial atención a todos los grupos más vulnerables. Dados a los niños y jóvenes como ciudadanos digitales, implican su derecho a participar y expresar, y no como meras receptores medidas de protección forzada o pasiva.

Dilema: huella digital que siempre nos sigue

El desarrollo exponencial de Internet y las redes sociales en las últimas décadas significó una interconexión global sin precedentes, con numerosas ventajas y desventajas. Entre las ventajas podemos resaltar la democratización del conocimiento, la comunicación o las instalaciones de entretenimiento o el progreso en múltiples áreas de conocimiento científico.

Por otro lado, el acceso a las redes sociales, especialmente para niños y adolescentes, ha ampliado el concepto de seguridad según New Horizons que, hasta unas décadas, no son atentos. Un ejemplo es la influencia de la huella digital, entendida como un rastro de información que nos ofrecemos como voluntarios en Internet o involuntariamente con cada foto, ubicación, búsqueda o comentario.

El reciente estudio en español encontró que el 62% de los adolescentes encuestados afirman que entienden el tipo de información compartida en las plataformas y el 46% mostró preocupación por su huella digital; Sin embargo, más de la mitad confirma que no sabe cómo proteger sus datos personales en las redes.

El contenido que culpamos a Internet nunca deja Internet en general. Y esta exposición extendida puede generar serios problemas. En la edad temprana, ciberbulliendo, lo es, acosar facilitado el uso de nuevas tecnologías con el objetivo de intimidar, humillante, humillante o realizar algún tipo de daño a otras personas, es una de las principales amenazas del uso de redes sociales.

Hay varios casos para que podamos resaltar la ley, la joven estadounidense que ha sido sometida al proceso “porno -vente”, que muestra su influencia en diferentes niveles: individualmente, por mensajes recibidos durante meses y que vinieron a transferir el campo digital; Socio, debido a la discusión existente de privacidad e intercambios de fotografías y registros de video de contenido sexual; Y tecnológicamente, debido a la influencia de la huella digital, que escapó del control de la víctima y se usó contra él.

Además, la perseverancia de la huella digital viene en numerosas implicaciones para cualquier persona, tanto en el presente como en el futuro: la reputación de la red afecta cada vez más el empleo, las becas o las universidades.

Desafío: crear responsabilidad digital común

Agrupar estas ideas, la tecnología producida para ambas personas, con errores humanos y debe tener una participación activa de todas las personas, está claro que no se centra en prohibir los enfoques de Internet o las redes sociales, sino también en la educación en su uso. La educación digital no puede restringirse para evitar daños. Debe esforzarse por empoderar a la generación que puede ser nacional, pero no necesariamente competente en este tema.

La mera prohibición previene o al menos interfiere con el desarrollo exacto de las habilidades digitales, que también son clave para el futuro. La alfabetización digital, fuera de la seguridad de las contraseñas o el conocimiento del uso del software, debe incluir adecuadamente la identidad y la prevención digitales, como la cibernación, los datos negativos o personales o para su uso en ingeniería social.

En este sentido, el marco de las competencias digitales propuestas por el Centro de Investigación Conjunta y la Comisión Europea (DigComps) lidera estos esfuerzos en una de las prioridades del continente: cambiar a la era digital.

Por lo tanto, proponen que los ciudadanos deben tener una serie de competencias enmarcadas en cinco dimensiones: seguridad, alfabetización de TI, creación de contenido digital, resolución de problemas y, finalmente, comunicación y cooperación. Esto es en esta última dimensión donde cae la principal responsabilidad de la educación digital, porque la educación en la ciudadanía digital significa aprender a vivir en el espacio en el que inseparable tecnológico y social.

La construcción de esta responsabilidad digital incluye la participación de múltiples actores y sectores: para proporcionar herramientas y conocimiento crítico de las redes sociales, organizaciones privadas, integrar la privacidad en las plataformas de seguridad, que está predeterminada usuarios diseñados para prioridad.

En resumen, necesitamos hacer oportunidades de espacio en Internet, participación y crecimiento, no un lugar de vulnerabilidad constante. Si queremos una sociedad justa, segura y democrática, necesitamos formar ciudadanos críticos para mover esta era compleja.

La versión original de este artículo fue publicada en la revista Telos, por Foundation Telephone.


Descubre más desde USA Today

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Comparte este artículo
Deja un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

es_ESSpanish

Descubre más desde USA Today

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo