La llegada de la terapia antirretroviral fue un punto de inflexión en la historia de los virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Antes de su desarrollo, la infección por VIH generalmente condujo a la fase más moderna y más grave de la enfermedad: el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), que a menudo era mortal.
Actualmente, el tratamiento empuja la replicación viral de forma permanente, transformando el VIH en el manejo de la patología crónica y mejorando significativamente la salud y la durabilidad de innumerables personas con virus.
Cóctel providencial
Qatar consiste en una combinación estratégica de diferentes medicamentos, a menudo en comparación con el “cóctel”, para inhibir la replicación del VIH, es decir, el virus está inquieto para multiplicarse en el cuerpo. Su eficiencia es tan grande que la carga viral (cantidad de virus en la sangre) puede reducirse a niveles indefinibles en las pruebas de laboratorio. Esto reduce drásticamente la mortalidad y la aparición de enfermedades graves asociadas con patógeno.
Por lo tanto, millones de personas vieron que el VIH cruzó la enfermedad con un pronóstico fatal para convertirse en una condición crónica que permite la vida completa y extendida. Las proyecciones indican que para 2030. años el 73% de esta población superará los 50 años.
Los beneficios adicionales son que, al alcanzar y mantener una carga viral inapropiada, el riesgo de transmisión sexual del VIH. Este concepto básico, a nivel mundial conocido como no eclipable = no hecha (i = i), representa el progreso revolucionario.
Envejecimiento prematuro
Por lo tanto, millones de personas con VIH disfrutan de la vida que se esperaba vivir cerca de la población general, siempre que mantengan el tratamiento. Sin embargo, aparecieron nuevos desafíos de la terapia antirretroviral.
Uno de ellos, que actualmente atrae la atención, es un “envejecimiento prematuro” tan peligroso. A medida que las personas con VIH viven durante muchos años, su predisposición para el desarrollo de otras enfermedades relacionadas con años e incluyen aumentos cardiovasculares, hepáticos, renales, metabólicos, de cáncer o cognitivo y aumentos de demencia. Se agruparon bajo el mandato de eventos que no están integrados, generalmente ocurren a menudo con más frecuencia y aproximadamente 10 años antes en personas con VIH.
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Las dimensiones de este efecto son significativas. Más del 60% de las personas con VIH de 18 y 49 años ya sufren de al menos un eNOS, y es especialmente alarmante que estos eventos sean la causa principal de más del 66% de la muerte en esta población.
Los datos subrayan esto, a pesar de la eficiencia de la terapia excepcional, una infección crónica o su tratamiento puede dejar el sexo duradero. Se han establecido nuevas preguntas y desafíos para la comunidad médica y científica.
¿Por qué se acelera el envejecimiento?
El envejecimiento prematuro en personas con VIH es un proceso complejo. Esto se debe a la interacción de variables biológicas, farmacológicas y sociales que aceleran los procesos degenerativos inherentes a la edad.
Los principales factores son:
Activación inmune crónica e inflamación permanente. Aunque la terapia antirretroviral está controlada efectivamente por el VIH, no lo reforma completamente. La presencia restante de virus o sus componentes mantiene el sistema inmune en un estado de advertencia y una activación constante. Este fenómeno, conocido como baja inflamación crónica (o inflamación), genera un desgaste progresivo en el cuerpo.
Daño oxidativo al estrés y el tejido. El VIH y la infección de inflamación crónica persistente aumentan el estrés oxidativo, un proceso similar a la oxidación del metal. Las moléculas reactivas dañan continuamente las células y los tejidos, contribuyen al envejecimiento prematuro.
Modificaciones de microbiotes intestinales (disbiosis). El VIH puede dañar la barrera intestinal e interrumpir el delicado equilibrio de microbiotes (microorganismos comunitarios, en su mayoría bacterias, habitando la manguera estadounidense). Este cambio puede permitir el paso de componentes bacterianos en la sangre, lo que contribuye a la inflamación sistémica y, por lo tanto, acelera el envejecimiento.
Toxicidad farmacológica y disfunción mitocondrial. Algunos medicamentos antirretrovirales, especialmente los más antiguos, pueden tener larga ganancia. Pueden interferir con el metabolismo energético y dañar las mitohondrias (“centros de energía” de nuestras células), comprometiendo su función óptima y su salud celular general.
Coinfecciones Muchas personas con VIH también viven con otras infecciones virales crónicas, como citomegalovirus, virus del herpes, virus del papiloma humano o los virus de la hepatitis. Estas monedas pueden deteriorar la inflamación crónica y la activación inmune. Por lo tanto, aceleran el proceso de envejecimiento y, en algunos casos, complican el manejo del VIH.
Factores psicosociales. El estrés crónico obtenido del estigma social, la discriminación, la ansiedad o la depresión afecta negativamente la salud física y mental. Estas condiciones pueden interferir con el tratamiento antirretroviral y los estilos de vida saludables, factores cruciales para el lecho a largo plazo.
Factores de estilo de vida y comportamiento. Ciertos hábitos pueden prevalecer en algunas personas con VIH (a menudo asociados con factores psicosociales), como fumar, consumo excesivo de alcohol o el uso de otras sustancias. Tales comportamientos aumentan el desgaste fisiológico y contribuyen significativamente al envejecimiento prematuro.
Es importante tener en cuenta que las mujeres del VIH pueden representar un mayor riesgo de desarrollar ENOS en comparación con los hombres. Se atribuye parcialmente a las diferencias en la respuesta inmune e inflamatoria, que en el futuro tiene constitucionalmente más fuerte en las mujeres.
Además, este escenario puede deteriorar la menopausia, que también puede estar prematuramente sangrada por la infección por VIH o los factores asociados, aumentando los procesos asociados con el envejecimiento.
Vive con salud y años de año completo años adicionales
Dada la realidad de ENOS, la clave para mejorar la calidad de vida de las personas con VIH radica en un enfoque integral y colaborativo entre los diferentes profesionales de la salud, junto con un compromiso firme de superar los desafíos actuales y futuros.
Las líneas de acción prioritarias incluyen mejorar la información y la educación, el fortalecimiento de la prevención, el desarrollo de tratamientos personalizados, una mejor comprensión de la inflación crónica y la promoción de la nueva investigación en terapia.
Si bien la ciencia logró extender la esperanza de vida, un gran desafío de espera es garantizar que estos años adicionales vivan con salud y plenitud.
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