Las emisiones digitales de los grandes bancos canadienses siguen siendo enormes porque divulgan menos datos

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
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A principios de 2025, algunos de los bancos más grandes de Canadá, incluidos aquellos con las mayores emisiones digitales y el mayor pasivo, se retiraron de la Iniciativa Net Zero Asset Managers.

Estas importantes instituciones, con huellas de carbono digitales desproporcionadamente grandes, citaron la complejidad regulatoria y las presiones competitivas para su salida. La medida ha intensificado las preguntas de los inversores, los responsables políticos y el público sobre su compromiso con la sostenibilidad.

Al mismo tiempo, el Proyecto de Ley C-59, aprobado a finales de 2024, introdujo nuevas disposiciones en la Ley de Competencia para fortalecer la responsabilidad por afirmaciones medioambientales ecológicas y engañosas.

El momento es sorprendente: a medida que Ottawa endurece las reglas de divulgación, los mismos grandes bancos que dominan las emisiones digitales se están alejando de los compromisos climáticos voluntarios. Esta tensión entre los compromisos voluntarios y la rendición de cuentas federal subraya la creciente presión sobre las instituciones financieras para que demuestren, y no sólo promuevan, su desempeño ambiental.

Huella de carbono digital

Durante décadas, los bancos se han posicionado como líderes en sostenibilidad a través del financiamiento de energías renovables y ambiciosos compromisos ambientales, sociales y de gobernanza. Aun así, su reciente salida de las coaliciones climáticas —junto con sus enormes huellas de carbono digitales— representa un retroceso alarmante.

Recientemente llevamos a cabo un estudio de impacto ambiental de nueve bancos canadienses, incluidos los cinco grandes: CIBC, TD Bank, Scotiabank, Royal Bank of Canada y BMO. Nuestro estudio reciente buscó cuantificar el impacto ambiental de los bancos a través de su huella de carbono digital.

Los bancos son los pilares de nuestra economía y sociedad, tienen tanto el poder como la responsabilidad de liderar la transición hacia una economía más sostenible. LA PRENSA CANADIENSE

Los bancos son los pilares de nuestra economía y sociedad, tienen tanto el poder como la responsabilidad de liderar la transición hacia una economía más sostenible. Sin embargo, su reciente retirada de la Iniciativa Net Zero Asset Managers, junto con las preocupaciones constantes sobre el lavado verde, plantea preguntas legítimas sobre su verdadero compromiso con la sostenibilidad.

En este contexto, nuestro objetivo como investigadores es proporcionar a los clientes de bancos e instituciones financieras información clave sobre su impacto ambiental. Comprender la huella ambiental de las operaciones digitales de los bancos es esencial, ya que este aspecto que a menudo se pasa por alto constituye una parte importante de su huella de carbono general.

Analizamos datos públicos de 2024 para medir el impacto de carbono de las prácticas digitales de los bancos canadienses. Nuestro estudio examinó dos dimensiones principales:

1) uso del sitio web (energía utilizada para la carga del sitio web, transmisión de datos y alojamiento) y;

El objetivo era comparar las emisiones de carbono entre diferentes bancos, evaluar su eficiencia por visita y proporcionar información transparente al público. Al identificar las áreas más contaminantes en los negocios digitales, brindamos recomendaciones de mejora.

Lea también: Las instituciones financieras canadienses están alimentando la crisis del cambio climático

Actividad en las redes sociales

Nuestro estudio reveló hallazgos importantes sobre el impacto ambiental digital de los bancos canadienses. Lo más sorprendente es que encontramos una brecha de desempeño en la que el peor banco emite el doble de carbono por visitante que el mejor; sólo tres bancos representan dos tercios del total de las emisiones.

Para aclarar, “adquisición de tráfico” se refiere al proceso de atraer visitantes a un sitio web, ya sea a través de anuncios pagados, resultados de búsqueda orgánicos o contenido de redes sociales. El tráfico orgánico proviene de usuarios que encuentran naturalmente el sitio web del banco a través de motores de búsqueda, redes sociales o marketing de contenidos, mientras que el tráfico pago se genera a través de ubicaciones publicitarias.

Los datos revelan que el 77 por ciento de las transmisiones digitales provienen de la adquisición de tráfico, frente a sólo el 23 por ciento del uso del sitio web. El tráfico pago genera el 95 por ciento de las emisiones de tráfico a pesar de ser una pequeña fracción del tráfico total, mientras que el tráfico orgánico representa sólo el cinco por ciento de las emisiones.

Una mujer sosteniendo un cartel que dice

Los manifestantes de Greenpeace interrumpen mientras Grégoire Baillargeon, presidente de BMO Financial Group, Quebec, se dirige a la Cámara de Comercio de Montreal, en Montreal, el 10 de mayo de 2023. PRENSA CANADIENSE/Christine Muschi

Las redes sociales pagas son particularmente problemáticas: son responsables del 58 por ciento de las transmisiones y generan sólo el uno por ciento del tráfico total.

En otras palabras, los anuncios en las redes sociales son muy ineficientes desde la perspectiva del carbono: un visitante proveniente de publicidad en línea emite 418 veces más dióxido de carbono que un visitante proveniente de fuentes orgánicas.

Estos resultados revelan que la publicidad en línea –especialmente las campañas en las redes sociales– son las principales fuentes ocultas de contaminación.

Una fuente oculta de contaminación

Estos hallazgos resaltan cómo la publicidad en línea (especialmente las campañas en las redes sociales) puede convertirse en una fuente importante de contaminación digital. La realidad es clara: cada clic tiene un precio de carbono.

Los bancos pueden mejorar su inbound marketing, lo que significa estrategias que atraigan a los usuarios de forma orgánica a través de contenido relevante, optimización de búsqueda y mejora de la experiencia del usuario, en lugar de a través de anuncios pagados.

La transparencia y las prácticas digitales sostenibles son esenciales para una banca más ecológica: prácticas que reduzcan las emisiones sin sacrificar la innovación o la competitividad.

Después de retirarse de la Iniciativa Net Zero Asset Managers y mantener compromisos públicos netos cero, muchos bancos continúan generando emisiones significativas a través de sus operaciones digitales.

Esto plantea una pregunta crítica para los reguladores, inversores y consumidores: ¿utilizarán los bancos sus importantes recursos para impulsar la sostenibilidad o seguirán retrasando la adopción de medidas significativas?

Nuestro próximo estudio evaluará si estas instituciones están cumpliendo con sus obligaciones o persistiendo en sus prácticas actuales, a pesar de la escalada de la emergencia climática.

Víctor Pruto, quien al momento de este estudio era M.Sc. estudiante de HEC Montreal, coautor de este artículo.


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