La aparición de la inteligencia artificial generativa y su capacidad para repetir algunas de las funciones cognitivas superiores de las personas nos excluye de que la tecnología socialmente construida sea algo que, lejos de ser objetivo o neutral, refleja sesgos y prejuicios de sus creadores. Por tanto, se mantienen e incluso amplían las desigualdades en grupos históricamente discriminados.
En una sociedad caracterizada por la polarización, que parece basarse en una seguridad indudable, ¿son estos jóvenes una desviación? En un reciente estudio realizado por el parque científico y la universidad andaluza en Granada, analizamos la influencia del género, la edad y el nivel educativo en la percepción de los estudiantes de educación secundaria sobre las posibles desigualdades generadas por la IA.
Niñas que experimentan menores prejuicios
En general, la investigación concluye que los estudiantes tienen una percepción media de sesgo implícito en la inteligencia artificial. Sin embargo, esta percepción es menor en las niñas que en los niños cuando nos centramos en los prejuicios étnicos y de género.
El nivel educativo es otro factor relevante: los estudiantes de secundaria son menos conscientes de los sesgos de género, origen, generacionales, económicos y funcionales de la diversidad que sus pares de educación secundaria y desarrollo profesional.
Se requiere una mayor conciencia
Estos resultados, obtenidos de cuestionarios a 440 estudiantes de educación secundaria, bachillerato y estudiantes de formación profesional, muestran la importancia de resolver la evaluación crítica y ética de la IA como una de las principales responsabilidades en esta formación en esta tecnología emergente.
La influencia transformadora de esta tecnología en la sociedad y en la educación requiere revisar los métodos de enseñanza y aprendizaje actuales, porque la formación en inteligencia artificial actualmente no es un tema obligatorio en un sistema educativo formal.
¿Está la dimensión ética desatendida?
Investigaciones recientes demuestran que la información que tienen los jóvenes sobre la inteligencia artificial proviene en muchos casos de las series mediáticas y de la ficción. Superar esta fuente de información crea conceptos poco realistas. Todo esto arruina el desconocimiento de la Dimensión Ética de la IA.
Otros estudios muestran que la conciencia social y ética de los jóvenes sobre la aplicación de la inteligencia artificial es limitada. La pérdida de empleo es el aspecto que más les preocupa, mucho más que los posibles sesgos discriminatorios y de control que la tecnología pueda manejar.
Asimismo, los expertos en investigación educativa se ven influenciados por el desinterés del estudiante por las consideraciones éticas de la IA y las emisiones, a través de estudios empíricos, percepciones positivas de los jóvenes respecto a la inteligencia artificial, desarrollo tecnológico que definen como imparcial y equitativo.
Formación Temprana, la mejor medicina
Frente a estas actitudes, existe un amplio lanzamiento académico centrado en la aplicación efectiva, ética y segura de la IA en la educación. Entre los desafíos futuros identificados por la investigación educativa se encuentran la falta de comprensión y conciencia de las cuestiones éticas relacionadas con la IA y la falta de conocimiento sobre los sesgos y el funcionamiento de los algoritmos.
A esto se añadió que los profesores, aunque preocupados por la mala influencia sobre los jóvenes, no tienen formación para educar en sus aspectos éticos.
Potencial de la IA para mejorar la educación
La IA es muy utilizada en diferentes ámbitos sociales. La educación no es una excepción. El informe elaborado por la UNESCO evidencia su potencial para mejorar la educación a través de la automatización de tareas como la evaluación, la personalización del aprendizaje o la aplicación de realidad aumentada, realidad virtual, chatbot o gamificación.
Futuros distópicos y visiones pesimistas se disuelven con la actual formación característica de las dimensiones técnicas, humanas y éticas de la inteligencia artificial desde la infancia.
Todo tiene una sombra de ambigüedad y de errores, como convenció Bertrand Russell, y no se librará de ello. Es crucial seguir explorando sus potencialidades y limitaciones, y sobre todo educar a los jóvenes de manera inclusiva y justa para que puedan afrontar los desafíos que nos depara el futuro.
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