Las vacunas no solo previenen enfermedades: también podrían luchar contra el envejecimiento

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
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¿Qué pasa si las mismas células que ejecutan envejecimiento que pueden ser la clave para detenerse … e incluso el cáncer en los cables? Este es un nuevo desafío para un nuevo campo de investigación que propone usar células senesménicas, aquellos que dejaron de compartir y acumularse con la edad, como base para el desarrollo de vacunas. El objetivo es activar el sistema inmune para combatir enfermedades crónicas.

El envejecimiento es uno de los principales factores de riesgo para enfermedades como Alzheimer, diabetes tipo dos, hipertensión, aterosclerosis, osteoartritis, fibrosis y varios tipos de cáncer. Si bien todavía vivimos, la necesidad de prevenir o actuar estrategias con estas condiciones también aumenta.

En este contexto, la vacunación, hasta ahora utilizada sobre todo para prevenir infecciones, sin duda aparece como una herramienta innovadora.

¿Qué son las células semen?

Durante la vida, las células se dividen varias veces, un proceso que nos permite fijar los tejidos y llevar el cuerpo en el trabajo. Pero con el tiempo, algunos dejan de dividir permanentemente: eso es lo que se conoce como ancianos celulares.

Las células de senesencia no mueren ni eliminan. Permanecen en un organismo en algunos “pausa” no especificados. Inicialmente, tiene un efecto positivo: cuando deja de compartir, evitando que las mutaciones peligrosas se conviertan en cáncer. Pero a lo largo de los años, se acumulan en los tejidos, la liberación de sustancias que causan inflamación, cambian el entorno celular y dañan el funcionamiento del cuerpo.

La acumulación de estas células es una de las causas del envejecimiento. Está conectado con el deterioro de cuerpos y enfermedades como la osteoporosis, la fibrosis, la diabetes tipo dos y varios tipos de cáncer, así como debilitando el sistema inmune.

En resumen, están en nuestro cuerpo “tiempo de testimonio”: al principio, está protegido, pero a lo largo de los años se convierten en una carga que acelera el envejecimiento y sus efectos.

Nueva sugerencia: vacunas de senolita

Hasta ahora, los tratamientos se llaman senolítica, que eliminan especialmente los asientos, se basan en drogas. Estos medicamentos bloquean ciertas células de las células, pero también pueden afectar las células sanas, lo que recoge dudas en su seguridad.

En el Estudio 2021. Los investigadores descubrieron una estrategia más precisa: en lugar de usar drogas, han desarrollado una vacuna que entrena el sistema inmune para reconocer y eliminar las células semesseicas. El secreto está en proteína llamada GPNMB, presente en la superficie de estas células envejecidas. Al actuar como un “marcador de envejecimiento”, permite detectar y destruir el sistema inmune.

Los resultados de los ratones fueron notables. Al eliminar las células que expresaron GPNMB, los animales han demostrado una disminución en la inflamación en el tejido adiposo. También se observó la mejora general de su metabolismo y menos acumulación de placas en las arterias. Además, en ratones con envejecimiento acelerado, la vacuna no solo mejoró su salud, sino que también amplió su esperanza de vida.

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En otro estudio, los científicos probaron la vacuna diseñada para eliminar células o linfocitos senescentes en ratones con obesidad causada por una dieta de grasas grandes. Esta vez se basa en el Cyetnnic de CD153, que actúa como un cierto marcador en estas células antiguas del sistema inmune.

Mientras que los ratones están vacunados, el sistema inmunitario comenzó a producir anticuerpos contra CD153. Estos anticuerpos permanecieron activos durante varios meses y lograron reducir significativamente la cantidad de células T senosectivas en el tejido grasa, reducción relacionada con importantes mejoras metabólicas: mejor tolerancia a la glucosa y menor resistencia a la insulina.

Finalmente, otro grupo de científicos usó recientemente la vacuna BCG, una forma debilitada de bacterias utilizadas durante décadas contra la tuberculosis, para “entrenar” el sistema inmune innato y revertir algunos efectos del envejecimiento en el cerebro.

En ratones, esta inmunización logró reprogramar las células inmunes de microglia del cerebro. Por lo tanto, ha mejorado su capacidad para eliminar los restos de mielina, el tipo de desechos que pueden acumular y obstaculizar la reparación del tejido cerebral dañado. Gracias a esta intervención, se observó una mejor recuperación de las áreas del cerebro dañadas.

Todos estos resultados ofrecen nuevas huellas sobre cómo el envejecimiento afecta el sistema inmune y abren la puerta con posibles estrategias para cancelar el deterioro reprogramando el sistema inmune.

Desafíos y precauciones

Aunque las vacunas senolíticas abren nuevas posibilidades terapéuticas, todavía hay desafíos importantes que deben resolverse antes de aplicarlas a las personas.

Uno de los aspectos clave es comprender exactamente cómo actúan. El problema es que las proteínas que atacan también pueden encontrar en cantidades más pequeñas, en otras células no remuneradas. Es por eso que es importante saber si se usan solo para la eliminación de las células senósicas o si una célula sana va con estos mismos marcadores.

Además, la respuesta inmune debe controlarse cuidadosamente. Si el sistema inmunitario se exagera, puede producir efectos secundarios como inflamación aguda o incluso síndrome de la liberación de citocinas, una reacción peligrosa que puede dañar los tejidos sanos.

En el caso de que estas vacunas lleguen a la fase clínica, será esencial para definir varios factores: la dosis apropiada, la frecuencia de administración y cuánto tiempo permanecen los anticuerpos activos en el cuerpo. Solo de esta manera se puede garantizar que estas vacunas no solo son efectivas, sino también seguras para su uso en humanos.

Aunque todavía hay un camino por recorrer, las investigaciones indican un paradigma de cambio: usar vacunas no solo para prevenir infecciones, sino también para combatir el envejecimiento y las enfermedades asociadas. La medicina del futuro que podría estar más cerca de lo que imaginamos.


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