“Lo estás haciendo bien”: un mensaje imprescindible en matemáticas, especialmente para las niñas

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
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Niños y niñas inician su etapa académica, a los 5 años, con aptitudes matemáticas similares, pero ya un año después, a los 6 años, se observa que las niñas tienen miedo de la materia y pierden confianza: piensan que se les da mal.

Si sentimos que somos malos en una materia académica, lo que se llama “baja autoestima”, es más probable que nuestros resultados sean peores y que el interés disminuya. Si nos estresamos antes de un examen de matemáticas (algo que nos pasa a muchos a partir de los seis años), se notará en nuestro rendimiento.

Nuestro grupo de investigación realizó una encuesta a 2.000 alumnos de primaria de Aragón para investigar el papel del miedo y la confianza en uno mismo en niños y niñas durante la educación primaria, tanto en matemáticas como en lengua.

Encontramos que en el primer ciclo (entre 6 y 7 años, 1º y 2º de primaria) niñas y niños mostraban preferencias similares entre ambas materias y además se consideraban igual de buenos en ambas materias. Sin embargo, en el segundo ciclo (8 y 9 años) ya aparecen diferencias: los niños se consideran mejores en matemáticas que las niñas, y las niñas se sienten más competentes en lenguaje.

En el tercer ciclo (10-11 años), esta diferencia sigue creciendo. Por ejemplo, sólo el 54,9% de las chicas se consideran buenas o muy buenas en matemáticas, frente al 71,5% de los chicos.

Pero llama la atención que en la asignatura de matemáticas no existen diferencias estadísticamente significativas entre los resultados académicos de chicas y chicos de Aragón. Es decir, las niñas y los niños obtienen resultados igualmente buenos, pero sienten que lo hacen peor. Y este sentimiento los mantiene alejados de las matemáticas.

Ansiedad matemática

También observamos diferencias en la ansiedad ante los exámenes. Los niños más pequeños se preocupan más que ellos por los exámenes escolares en cualquier materia, especialmente en matemáticas.

Esta preocupación aumenta con los años para todos los estudiantes, pero la brecha de género persiste. En el tercer ciclo, muchos afirman que a menudo están muy preocupados. En cambio, en lo que respecta al lenguaje, las preocupaciones son similares para ambos sexos, incluso para los niños, quienes generalmente se sienten menos competentes en el tema.

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Evite la competencia y las prisas

Se ha demostrado que cambiar la forma en que enseñamos y evaluamos las matemáticas tiene un gran impacto en los resultados, el miedo y la confianza, especialmente entre las estudiantes. Esto se logra, por ejemplo, eliminando las estresantes limitaciones de tiempo, haciendo que las actividades sean colaborativas en lugar de competitivas y reduciendo la importancia de los errores.

Hay varios factores que influyen, como ciertos estereotipos: las matemáticas son consideradas para personas “brillantes”, y desde pequeñas las niñas son consideradas más valiosas pero menos inteligentes. Los estereotipos también hacen que a veces los profesores subestimen las habilidades matemáticas de sus alumnos. La opinión familiar también puede tener un gran impacto en la autopercepción de un estudiante, incluso cuando obtiene buenas calificaciones.

Por otro lado, muchos profesores de primaria sienten ansiedad por las matemáticas, y estos sentimientos se transfieren a las alumnas más que a los varones, probablemente porque se reflejan en ellas.

Falta de conocimiento del maestro.

En nuestro estudio analizamos brevemente la opinión de los docentes. Queríamos saber si son conscientes de la autopercepción negativa de sus alumnos. El 90% de los profesores cree que las niñas nunca o casi nunca han sentido que sean malas en matemáticas. Si los profesores no se dan cuenta de esta situación, porque las chicas obtienen buenos resultados o, al menos, resultados acordes con los que obtienen en otras materias, les resulta difícil implementar medidas para fortalecer la autoestima de los estudiantes.

Recordemos que las matemáticas son importantes en la vida cotidiana, incluso necesarias para hacer una tarta de chocolate. También son necesarios en un gran número de profesiones tecnológicas, muchas de las cuales ya conocemos y otras que ni siquiera podemos imaginar. No podemos permitir que miedos y falsas creencias mantengan a muchas niñas alejadas de las matemáticas y mucho menos condicionen su futuro profesional.

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cambiar el método

Debemos dar a las niñas todas las oportunidades. Para ello, tenemos que modificar la forma de enseñar y, sobre todo, de examinar las matemáticas. Hay que apoyar al profesorado, luchar contra los estereotipos y promover palabras de aliento a la familia y a la sociedad para cambiar esta tendencia. Alguien nos dijo que lo hacíamos bien y por eso disfrutamos tanto de nuestra profesión. Cuéntaselo a muchas más chicas. “Lo estás haciendo bien.”


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