Lo que Guydalquivir y Guadalquivir Kokvi nos cuentan sobre los microplásticos

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
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La concha de sangre avión, generalmente conocida como Cokuin de lodo, es un marido beval de concha ovalada y frágil, sifón grisáceo y largo, con el que se alimenta con partículas filtrantes de agua y sedimento. Esta especie, muy apreciada en nuestra gastronomía, se viven en sedimentos blandos de humedales y zonas de transición entre ríos y océanos, donde varios contaminantes son más difíciles de acumular, incluidos los microplásticos.

En cooperación, el estudio entre la estación biológica de Donana, la Universidad de Sevilla y la Universidad de Roma III, comenzamos a explorar la presencia de microclasásticos en esta especie, en el estuario del río Guadiana y Guadalkuivir.

Cornor de microscopio

Primero, recolectamos muestras en diferentes puntos en realidad, desde la boca hasta varias áreas de los asuntos internos. En el laboratorio, los tejidos de concha blanda se digirieron con solución de peróxido de hidrógeno, lo que permite la eliminación de la materia orgánica sin daños en las partículas de plástico. El material obtenido se filtró y examinó en un microscopio para identificar partículas en función de su forma, color y tamaño.

Después de eso, parte de estas partículas se analizó mediante espectroscopía infrarroja (micro abog), una técnica que confirma con precisión su composición química y distinguir plástico sintético, tratará las fibras de celulosa u otros materiales.

Para garantizar la confiabilidad del análisis, se aplicaron los protocolos de control de calidad que minimizaron la posible contaminación durante el muestreo.

Los resultados encontraron que, a pesar de las diferencias en la presión humana entre Guadiana y Guaadalkuivir, la concentración de microplásticos en Bilval fue similar.

Contaminación a largo plazo

Nuestro hallazgo sugiere que los factores naturales, como la dinámica del agua de acuerdo con las mareas o la electricidad (hidrodinámica) y las variaciones estacionales, pueden afectar el transporte y la acumulación de estos contaminantes, fuera de las fuentes locales.

Además, no se observó un gradiente claro en la contaminación de la microclastia durante toda la participación, lo que indica que la proximidad de puntos calientes específicos de contaminación no es suficiente para explicar su distribución; También es necesario tener en cuenta los procesos de dispersión y sedimentación natural.

Fallas en purificar las aguas residuales

La mayoría de las microplastías ubicadas en la fibra real eran, probablemente por lavar ropa y una filtración deficiente en las plantas de tratamiento de aguas residuales. Este tipo de microplastrería es especialmente abundante en los ambientes de agua, porque, porque, debido a su forma y composición, tienden a flotar más fácilmente que otras partículas.

Sin embargo, los análisis descubrieron diferencias en los polímeros microplásticos entre el estuario, que son tereftalato de polietileno (cinco) y celulosa pigmentada, presentes en los periódicos y el cartón, especialmente para envases e higiene, más comunes en Guadiana.

A pesar de estas diferencias, ambos presentaron contaminantes articulares como PET, celulosa, celofán, PVC, poliamidas y acrílico, lo que refuerza la idea de contaminación generalizada con estos materiales.

Conchas contaminadas menores más grandes

Otro hallazgo de estudio relevante es que las personas más pequeñas contienen, en promedio, múltiples partículas microplásticas que las copias más grandes. Esto sugiere que, a medida que el crecimiento, las conchas podrían desarrollar mecanismos más efectivos para expulsar o evitar la acumulación de estas partículas.

El estudio muestra que una almidón plana, además del reconocido bioindicador de la contaminación de metales pesados, también podría desempeñar un papel clave en la detección de microplásticos en estos entornos. Debido a sus comidas y hábitos de vida, esta escuela podría reflejar la protección del medio ambiente y las condiciones de columna de agua y sedimentos, lo que lo convierte en una herramienta útil especial para evaluar la contaminación.

Evaluar el riesgo para la salud

Es esencial evaluar la acumulación de microclásticos en este y otros tipos largos, no solo por su valor como bioindicadores, sino también por su posible papel como vectores contaminantes según otros niveles tróficos, incluido el ser humano.

La couina generalmente se recoge para el consumo. Por lo tanto, es crucial investigar en una profundidad mayor a la que se puede transferir la microplastia en la cadena de nutrición y, con ellos, contaminantes que se pueden conectar. Además de los efectos directos en los organismos, la presencia de estos materiales podría cambiar el equilibrio de las redes de trofeos y favorecer los procesos de biomagnificación, con posibles consecuencias ambientales y salud humana.


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