Los adolescentes viven inmersos en la violencia digital: ¿cómo los afecta?

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
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La percepción de la violencia sexista como un problema social disminuye entre los jóvenes: mientras que en 2019. El 82.5% consideró que este problema es de gran importancia, en 2023. Lo redujo al 65%. ¿Cuál puede ser la consecuencia de esta reducción significativa?

El 70% de los adolescentes gastan cuatro o más por día. Los algoritmos tienden a aumentar los mensajes polarizados y mal informativos, especialmente aquellos que fortalecen los estereotipos o niegan las desigualdades estructurales. Es tan fácil de acceder y contenido digital, muchos de los cuales ocurren y comparte de forma anónima, que los rumores e información sin verificación circulan masa e influyen en la capacidad empática de quienes los reciben.

Datos sobre el Informe Juvenil 2024. Revelan que el 23% de los hombres jóvenes y el 13.2% de las mujeres entre 15 y 29 años afirman que prácticamente se registra prácticamente en 2019 (11.9% y 5.7%, respectivamente).

Sin embargo, los datos muestran que estos jóvenes jóvenes están expuestos, los perpetradores también son víctimas de nuevas formas de violencia que, aunque no siempre visibles o reconocidas, generan un profundo impacto en su bien.

La violencia digital adopta varias manifestaciones. Incluyen enviar material íntimo sin consentimiento y sexy (cuando amenazan o aprenden con la expansión de imágenes o información de la naturaleza sexual). Pero también controla el comportamiento dentro de una pareja o ex parcora, como monitoreo de redes sociales, monitoreo de ubicación o contraseñas de acceso inadecuado. Se agregan otras formas de agresión, como la cibernación y el cuidado, la práctica a través de la cual los adultos establecen contacto virtual con juvenil con fines sexuales de explotación.

Violencia digital

La evidencia sugiere que la violencia digital aumenta: el mismo informe sobre camisón revela que el 47% de los jóvenes exhibieron los episodios de violencia en el campo digital, mientras que solo el 9% informó que viven experiencias similares en la calle.

Está expuesto a este contenido genera normalización y cierta insensibilidad a la violencia: una especie de “violencia permanente de baja intensidad”. En este contexto, se puede discutir la situación de impotencia digital durante la adolescencia, bajo la ausencia de mecanismos efectivos de reconocimiento, prevención e intervención contra la violencia que tiene lugar en entornos digitales.

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Para abordar esta novela y con mayor frecuencia la situación en la fase de adolescentes, proponemos el concepto de violencia digital insidiosa. Sería una forma de agresión que actúa progresivamente, tranquila y que en algunos casos puede volverse irreversible.

Esta escolta y control de vacío (ya que la capacidad de los sistemas familiares, escolares y legales está muy limitado para protegerlos) genera un entorno adecuado en el que la violencia digital no solo está sucediendo, sino que se naturaliza, banalizada y reproducida.

Violencia y pornografía

La expansión del acceso a Internet no solo se ve facilitada por la aparición de nuevas manifestaciones de violencia, sino que aumenta el consumo de contenido pornográfico. En el mismo informe, el rendimiento muestra que el 70% de los hombres jóvenes entregaron contenido pornográfico en alguna oportunidad contra el 30% de mujeres jóvenes.

Este contenido, centrado principalmente en los intereses masculinos, está cargado de dominio y violencia, lo que reproduce la estructura patriarcal y confirma la atribución de la naturaleza pasiva de las mujeres y la propiedad de los hombres.

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La exposición al contenido pornográfico, especialmente en estudiantes más pequeños, puede contribuir a la percepción distorsionada de la realidad, porque a menudo se diluyen con deseo y consentimiento y representan como escenas de actos sexuales que representan la agresión.

En este contexto, varios estudios han demostrado una relación significativa entre la pornografía y la violencia sexual de la relación que aumenta cuando el contenido es violento. De hecho, el informe de retorno mencionado establece que el 32% de las mujeres jóvenes admiten que vivió experiencias sexuales que involucran situaciones, ya que se ven obligadas a mantener las relaciones, y tenían reuniones no solicitadas o se comportaron a salvo.

Estrategias de riesgo digital

La educación sexual y afectiva es el mejor antídoto para combatir estas tendencias. Estos son estudiantes adolescentes para ser establecidos y mantenidos por conexiones saludables, sin violencia y se basan en el consentimiento.

Además de la perspectiva biológica de la educación sexual tradicional, incluidos los aspectos relacionados con la empatía, el cuidado, la responsabilidad afectiva, la intimidad o la asertividad sexual ayudará a mejorar las competencias emocionales de los jóvenes.

En lugar de recurrir a la pornografía como fuente de aprendizaje, podemos fomentar un reflejo crítico de su impacto en la comprensión de las relaciones sexuales emocionales.

La educación sexual y afectiva debe considerarse una obligación legal. Debemos establecer un modelo de intervención basado en evidencia científica, con manuales universales y respaldado por expertos especializados. No solo contribuirá al desarrollo personal de los estudiantes, sino que también crea beneficios para la sociedad en su conjunto, promoviendo la salud física y mental y la igualdad de género.


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