La casa está en el centro del debate público en España. La atención se concentra principalmente en las crecientes dificultades de acceso a uno (la era de la emancipación excede los 30 años de medios, uno de los más altos de Europa).
Sin embargo, el problema de la accesibilidad es otros aspectos invisibles de la vivienda que también son importantes para las personas que bulven buenas, como su empeoramiento.
Según Eurostat, 2020. Año, el 19.7%de la población española vivía en una casa con curilam o humedad (en 2023. Año, este porcentaje aumentó a 23%), valores mayores que el promedio europeo (13.1%).
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadísticas también señaló el mismo año en que el 10.8% consideraba su hogar demasiado oscuro y que el 22.1% tenía problemas de ruido.
Esta inseguridad física del alojamiento provoca molestias diarias a sus residentes. Pero también produce efectos negativos en la salud física y mental, según la literatura científica: mayor riesgo de enfermedades, estrés, ansiedad y conflictos interpersonales. Pero, ¿y si el crimen también aumenta?
Lo que sucede cuando se cae bien
La carcasa es un elemento material básico para las personas. Aquí desarrollamos nuestras vidas, realizamos los primeros procesos de socialización, realizamos nuestra autonomía y nos proporcionamos refugio que protege nuestra privacidad y nuestra seguridad.
Cuando las condiciones mínimas para las recepciones no se cumplen y no se pueden resolver debido a la falta de recursos económicos, lo que se llama “privación de vivienda”. Esta situación exacerba las buenas personas y aumenta el riesgo de pobreza y exclusión social, lo que puede afectar el nivel de delito.
Esto último está sucediendo, porque las condiciones de vivienda inseguros son otra forma de desigualdad socioeconómica. Y según la economía del crimen, este crimen adecuado. Por un lado, la motivación y los posibles premios criminales aumentan que tienen menos oportunidades para una vida digna. Por otro lado, aumenta la tensión social y erosiona las conexiones comunitarias, creando controversias sociales que fomentan los crímenes.
Entre 2017 y 2020. En España, hubo un deterioro de las condiciones de vivienda natural en España. Significaba que la vida dura era multiplicada por tres en solo cuatro años, adivinando el 3.4% de la población total, según Eurostat. Esta evolución coincide precisamente con un leve salto en el mismo período en el mismo período, después de cinco años consecutivos de origen.
Más hacinamiento y falta de luz, más posibilidades de robo
Para examinar esta posible relación, analizamos datos de 16 comunidades autónomas en una investigación reciente, con especial atención a los delitos patrimoniales (robos con poder o violencia, robo, etc.). Condiciones físicas de vivienda que consideran los efectos de la privación de Eurostat, que también involucran aspectos relacionados con la vivienda y el medio ambiente: hacinamiento, no temperatura adecuada, falta de luz, ruido y contaminación.
Los resultados que recibimos muestran asociaciones significativas entre ciertas condiciones de vivienda y delitos. Específicamente, la falta de luz y hacinamiento se mantiene en su relación positiva con hasta cuatro de las seis categorías criminales analizadas (robo con violencia, robo, robo con fuerza y teatros de vehículos).
La posible explicación es que estas variables indican la importancia de las situaciones ideales para la Comisión del Crimen. Es, un poco de luz reduce la visibilidad y la supervisión, lo que dificulta la detección de los delincuentes. Y la mayor densidad de densidad de vivienda aumenta el número de víctimas potenciales y reduce el control del vecindario, generando el caldo para la cultura en inseguridad.
Otro hecho excepcional es una relación positiva entre la vivienda y los crímenes generales, especialmente con delitos patrimoniales. Esto parece indicar que el problema de acceder a la alojamiento en España podría afectar a los delincuentes por varias razones que requieren más investigación: aumento de la tensión social, el entorno vulnerable, el retraso de las fases vitales, etc.
¿Esto sucede por igual en todas las provincias?
Una de las principales limitaciones del análisis se debe implementar a nivel regional. Esto evita la identificación de la dinámica a escala local producida en vecindarios o en ciertas ciudades. Esta restricción debe señalar el camino de las futuras investigaciones.
Si entendemos que la vivienda es un espacio para la protección y la seguridad, entonces su mejora puede convertirse en un medio efectivo para reducir el crimen y fortalecer la cohesión social. Para estos, los municipios y los gobiernos regionales son cruciales a través de acciones como la rehabilitación urbana o facilitan el acceso a viviendas decentes.
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