Es común atribuir a las cualidades humanas tecnológicas, como llamar a la IA "cerebro". Collay / shutterstock
La prensa siempre se ha recuperado a metáforas y ejemplos diarios para simplificar problemas complejos y más cerca del público en general. Con el crecimiento de los chatbots que han lanzado inteligencia artificial (IA), la tendencia a aumentar la tecnología para mejorar, ya sea a través de comparaciones médicas, familias similares o escenarios distópicos.
Aunque detrás de todo hay códigos y asambleas, el discurso de los medios a menudo muestra algoritmos como entidades con las características de las personas. ¿Qué ganamos y lo que perdemos cuando deja de ser un mero artefacto convertirse en el alter ego humano lingüístico: entidad que “piensa”, “se siente” e incluso “preocuparse”?
De “algoritmos” a “cerebro digital”
Por ejemplo, el artículo de El Pais presentó al modelo chino Deepseek como un “cerebro digital”: “Este cerebro digital, que puede hablar en tiempo real, tiene un contexto geopolítico completamente limpio de su nacimiento”.
La fórmula, sintética y eficiente, reemplaza la jerga técnica (un modelo básico, parámetros, GPU) con un órgano que todos reconocemos como un lugar para la inteligencia humana. El resultado es dos veces: primero, hace que el tamaño razonable de la tarea (pensamiento) funcione y, en segundo lugar, sugiere que la IA tiene una “mente” para tener los juicios y la memoria de los contextos, algo que está lejos de la realidad técnica hoy.
Esta metáfora encaja en la teoría clásica de los marcos conceptuales George Lakoff y Marko Johnson, que defienden que los conceptos sirven para que las personas entiendan la realidad, el pensamiento y se comporten. Entonces, transferimos el dominio abstracto (“computadora estadística”) a otro conocido (“cerebro”). Sin embargo, el riesgo es olvidar la diferencia entre la correlación estadística y la comprensión semántica, alimentando la ilusión de que los sistemas “conocen” realmente.
Máquinas que “se sienten”
En febrero de 2025. ABC dedicó el informe de “IA emocional” que preguntó abiertamente: “¿Llegará el día cuando pueda sentir?” El texto tuvo el progreso del equipo español tratando de proporcionar a los agentes de conversación “sistema límbico digital”.
Esta es una metáfora se vuelve aún más valiente. El algoritmo no solo piensa (como las personas), sino que también sufre o se regocija. El recurso dramatiza la innovación y la acerca al lector, pero arrastrando errores conceptuales: por definición, los sentimientos implican corporalmente sobre el cuerpo oeste y la auto evidencia, algo inaccesible para el software. La presentación de la IA como un “tema emocional” hace que sea fácil exigir empatía o curvas para la crueldad. Por lo tanto, cambia el foco del equipo de diseño en la máquina misma.
Del mismo modo, el artículo de avant, reflejaba: “Si la inteligencia artificial la hace humana, se siente como un hombre y vive como humano … ¿Qué es importante?”
De un trabajador de salud a un “cuidador” mecánico
Otro terreno fértil es de robots humanoicos. El informe de El Pais sobre la apuesta china para Android geriátrica los describió como máquinas que “cuidan a sus mayores”. Cuando usa el verbo “cuidado”, que se refiere al deber de la familia de servir a sus mayores, el robot se presenta como un “primo” que tomará la compañía afectiva y la asistencia física previamente proporcionada por la familia o el personal de duelo.
La metáfora del “cuidador”, por un lado, legitima la innovación en el contexto de la crisis demográfica y, por segundo, suavizando el pánico tecnológico, que representa un robot que no es una amenaza de trabajo, sino como apoyo básico en la inexistencia del personal. Sin embargo, se esfuerza por problemas éticos invisibles sobre la responsabilidad y la inseguridad en el trabajo “preocupaciones”, cuando se realiza una empresa privada.
El avant -Garden también anunció: “Este es Arkeo, un servicio que se encargará de las personas mayores que viven solas”.
AI como “extensión de un médico”
En otro informe de El Pais, está representado por grandes modelos de idiomas como “prolongar al médico”, que puede revisar los registros y sugerir diagnósticos. La metáfora de “escala inteligente” o “residentes incansables” y dentro de la jerarquía de salud, no como un sustituto, sino también en la mano derecha.
Este encuadre híbrido, sin un artefacto frío o un colega autónomo, favorece la aceptación del público, porque respeta la administración médica durante la promesa de eficiencia. Pero también abre una discusión de las responsabilidades: si la expansión es incorrecta, ¿el error recae en un profesional humano, software o empresa que es mercado?
¿Por qué son las impresiones de metáforas impresas?
Las metáforas no son una mera floración. Se encuentran con al menos tres goles. Para empezar, facilite la comprensión. Explicar redes neuronales profundas requiere tiempo y características técnicas; Habla sobre el “cerebro” reduce la fricción cognitiva.
Además, crean un drama narrativo. El periodismo vive de historias con protagonistas, conflictos y resultados. Se construye humanización de IA, héroe y villano, mentores y aprendices.
Tercero, sirven para articular juicios morales. Solo si el algoritmo se asemeja al elemento, se me puede solicitar o atribuirme.
Sin embargo, estas mismas metáforas pueden interferir con el debate público. Si “se siente”, regulará que será como regular a los ciudadanos; Si es un “cerebro superior”, aceptar su autoridad parece natural.
Según un estilo más preciso (sin pérdida de magia)
¿Deberían romper las metáforas? Sería imposible como un lenguaje no deseado: el lenguaje figurativo es la forma en que los seres humanos entienden lo desconocido. Lo urgente es usarlos con un espíritu crítico. Para hacer esto, hemos lanzado algunas recomendaciones para editores y editores.
Primero, es importante agregar anti-Tues técnicos. Después de la metáfora inicial, explique brevemente qué hace y cuál es el sistema en cuestión. También está evitando la agencia absoluta. Las formulaciones como “AI decide” deben aclararse: “El sistema recomienda” o “el algoritmo clasifica”.
Otra clave es indicar los recursos humanos responsables. El nombramiento de desarrolladores y reguladores recuerda que la tecnología no ocurre en VACUO.
También es adecuado para diversas metáforas y explora menos imágenes antropomórficas, por ejemplo, una “muestra de microscopio” o “motor estadístico”, puede enriquecer la conversación.
Aunque la inteligencia artificial de “humanización” en la prensa ayuda a los lectores a familiarizarse con la tecnología compleja, es más de IA, nos proyectamos más fácilmente para proyectar miedos, esperanzas y responsabilidades en el conjunto de códigos.
La asignación periodística y civil: durante los próximos años será el mantenimiento de un delicado equilibrio entre el poder evocador de las metáforas y la precisión conceptual que requiere una discusión informada del futuro tecnológico que ya vivimos.
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