Nutrientes clave para mantener nuestra salud ósea fuera del calcio

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
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La vitamina D es una de estas sustancias que no suena como glamorosa como “superflujo” o antioxidantes, sino que cumple el papel vital en nuestro cuerpo. Y especialmente en los huesos.

Aunque decimos que tenemos leche para que tengamos un HI fuerte, que solo se recomienda la mitad de la historia porque la vitamina D es responsable de ayudar a nuestro cuerpo a absorber los alimentos de calcio y alcanzar los huesos.

Calcio sí, pero también fósforo y magnesio

Y la historia no termina ahí. Nuestro esqueleto también necesita otros minerales esenciales: fósforo y magnesio.

Primero, si el calcio y el fósforo están en niveles bajos, el cuerpo ingresa a la “forma urgente”. Luego, la glándula paratiroidea permite una hormona que aumenta la producción de vitamina D activa (se llama 1,25 (OH) 2d3 o calcitrilo). Esta versión “mejorada” es responsable de movilizar el calcio óseo para mantener el equilibrio de los minerales en el cuerpo.

Calcitriola no solo ayuda a liberarse de los minerales de tejido óseo, sino que también fomenta la formación de nuevos osteoblastos (células responsables de la formación de huesos). En otras palabras, promueve el ciclo natural de destrucción y entrenamiento de los huesos, el equilibrio básico para la salud de nuestro esqueleto.

A primera vista, puede hacerse positivo que la vitamina D se activó en respuesta a bajos niveles de calcio y fósforo, pero en realidad este mecanismo es una advertencia. Tirar del calcio de los huesos puede debilitarse constantemente con el tiempo.

Es decir, la vitamina D juega un papel regulador, pero el ideal es el mantenimiento de una contribución adecuada a los minerales anteriores para evitar que el cuerpo recurra a las reservas de huesos.

En segundo lugar, el magnesio también es clave para la activación de la vitamina D. Sin una cantidad suficiente de ese elemento, el cuerpo no puede metabolizar adecuadamente la vitamina, lo que reduce su capacidad para regular los niveles de calcio y mantiene huesos fuertes. Es por eso que las asignaciones de salud ósea a menudo combinan calcio, vitamina D y magnesio.

Rol de colágeno

El colágeno es otra parte importante del rompecabezas. Esta proteína es esencial para la estructura ósea, ya que forma un tipo de andamio al que se depositan los minerales. Sin un nivel adecuado, los huesos pueden perder elasticidad y resistencia.

Y hay otra vitamina, C, en acción. Este poderoso antioxidante es esencial para la síntesis de colágeno en el cuerpo. Si no hay suficiente, la producción de proteínas se reduce, lo que puede afectar la calidad de los huesos y la salud articular. Por lo tanto, incluir alimentos de vitamina C, como cítricos, kiwi y pimientos, también es esencial para mantener huesos saludables.

De hecho, en Europa, existe una cita de salud autorizada en Europa que se presentará como una solicitud en productos de vitamina C: “La vitamina C contribuye a la formación de colágeno normal para el funcionamiento normal de los huesos”. Por lo tanto, lo encontramos en productos típicos con colágeno para la salud ósea en parafermacciones.

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Por otro lado, la vitamina D también afecta la producción y el mantenimiento del colágeno, ayudando a mantener el equilibrio requerido que los huesos se forman correctamente. Aunque su impacto en esta importante proteína puede depender de las condiciones individuales, contribuye a la integridad del tejido óseo y otros tejidos conectivos.

Otras indicaciones autorizadas aumentan la lista de componentes básicos. Por ejemplo, “las proteínas, la vitamina K, el zinc, el fósforo, el manganeso, el magnesio, el calcio y la vitamina D contribuyen al mantenimiento de los huesos en condiciones normales”. Dados todos estos nutrientes y garantizar su contribución adecuada, podemos cuidar mejor nuestros huesos.

El sol y la dieta

Pero, ¿dónde obtenemos vitamina D y otros ingredientes básicos para la salud ósea? Hay tres fuentes:

Sol: la exposición al sol permite que nuestro cuerpo produzca naturalmente la vitamina D. Alrededor de 10 a 20 minutos por día son suficientes (dependiendo de las toneladas de la piel) para obtener una buena dosis.

Dieta: algunos alimentos son ricos en vitamina D, como salmón, atún, sardinas y productos establecidos como leche y cereales. También es aconsejable consumir productos ricos en magnesio (nueces, espinacas, semillas), colágeno (hueso, julik, deseo) y vitamina C (frutas cítricas, fresas).

Accesorios o accesorios: si no podemos obtener suficientes nutrientes, pueden ser una buena opción, siempre asesorar con el médico.

Con una combinación de sol equilibrada, alimentos y, si es necesario, accesorios, podemos asegurarnos de que nuestro cuerpo reciba nutrientes básicos para mantener huesos fuertes y saludables.


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