A finales de noviembre de 2025 se confirmaron los primeros casos de peste porcina africana (PPA) en jabalíes en la provincia de Barcelona. El foco estaba ubicado en un entorno periurbano, cruzado por autovías y muy próximo al campus de Bellaterra de la Universidad Autónoma de Barcelona. La zona, anteriormente designada como punto de riesgo, estaba inicialmente delimitada por un radio de 6 kilómetros y una franja de vigilancia ampliada a 20.
La hipótesis más probable sobre la entrada del virus apunta a restos de comida contaminada que llegaron al jabalí. Sea como fuere, el virus AKS ya está en España. Y esa es una mala noticia para nuestro sector porcino.
A continuación intentamos resolver las dudas que surgen sobre la naturaleza de esta enfermedad, qué medidas se deben tomar para controlarla y cuáles pueden ser las consecuencias de su expansión.
1. ¿Cuál es su origen y cómo se propaga?
El agente causante de la peste porcina africana es un virus de ADN de gran tamaño, capaz de expresar unos 160 genes, lo que lo convierte en un patógeno especialmente complejo. Encapsulado y resistente, puede sobrevivir durante meses en restos orgánicos, como jabalíes en descomposición.
Su transmisión se produce principalmente a través del contacto directo con sangre o tejidos, que puede ocurrir cuando un jabalí consume restos de carne contaminados o mediante interacciones estrechas entre animales.
Una vez infectado, el ejemplar comienza a eliminar el virus al cabo de 3-4 días, y suele morir en unos 8-9 días, presentando fiebre alta y hemorragia interna. La mortalidad supera el 90%. Por supuesto, el AKS se propaga lentamente, a unos 13 kilómetros por año, por lo que los brotes más distantes suelen ser el resultado de la actividad humana.
2. ¿Qué necesitas saber sobre el jabalí?
El jabalí es el antepasado del cerdo. Ambos comparten no sólo la genética, sino también muchas enfermedades. Es lo que se llama un “estratega r”, es decir, capaz de soportar altos niveles de depredación, depredación o enfermedad. Aunque la especie es originaria de Eurasia y el norte de África, su proliferación crea numerosos problemas: causa daños agrícolas, invade zonas urbanas, destruye los nidos de aves en peligro de extinción y transmite enfermedades al ganado.
Esta sobreabundancia es consecuencia del aumento de la superficie forestal, el cambio de cultivos, el abandono de la ganadería extensiva y la disminución del número de cazadores. Como resultado, se estima que actualmente hay entre 2 y 3 millones de jabalíes en España, unas diez veces más que hace 40 años. También es una especie cinegética cuya caza entretiene y ocupa a muchas personas y genera una actividad económica vital para las zonas rurales.
3. ¿Qué medidas se deben tomar de inmediato?
Lo primero es dejar la zona cero razonablemente tranquila. Todos los cerdos salvajes en un área infectada eventualmente morirán de AKS, pero sus límites deben estar bien definidos. A partir de los casos que ya conocemos, habrá que ampliar el radio de búsqueda. En las zonas inmediatas, esto debe hacerse de forma intensiva, con una búsqueda meticulosa y discreta de cadáveres realizada por suficientes agentes y colaboradores medioambientales. Y en las zonas más remotas, utilizando drones y perros especializados para investigar barrancos, cauces de ríos y cualquier otro entorno donde puedan aparecer jabalíes enfermos o muertos.
Cada cadáver encontrado será mapeado, recolectado y enviado para su análisis y destrucción. Esto llevará unos días.
4. ¿Y a medio plazo?
Una vez demarcado el perímetro, es fundamental impedir la salida de jabalíes infectados o restos contaminados, salvo para su análisis y destrucción. En el centro del brote, donde se concentran los casos, el virus matará a los animales por sí solo. Progresivamente será necesario actuar sobre la población circundante.
Esto debe hacerse en silencio, sin perros, posiblemente combinando trampas y posterior matanza con el uso de silenciadores y detonadores térmicos. Se trata de establecer una zona de baja densidad, lo que reduce la probabilidad de que el SCA se propague más allá de la zona infectada. Sucede como el cáncer: es mejor tomar tejido extra.
Aunque pueda parecer una medida dura, es más compasivo intervenir tempranamente y evitar el sufrimiento que provoca la enfermedad. La experiencia de otros países muestra que es posible erradicar el SCA si se emprende temprana e intensivamente.
5. ¿Habrá vacuna?
No en el corto plazo. Las vacunas inactivadas y de subunidades son muy seguras pero no muy efectivas, mientras que las vacunas vivas atenuadas –mucho más efectivas– aún requieren mejoras significativas en seguridad.
6. ¿Qué pasará con los cerdos?
Todo dependerá de si el virus se encuentra en un área relativamente pequeña. Las pocas granjas porcinas de la zona lo pasarán mal, aunque recibirán ayuda. Es importante evitar que el virus llegue a regiones con alta producción de carne de cerdo, algo crucial para el sector agroalimentario.
La carne de cerdo representa el 17% del PIB agrícola y crea casi 300.000 puestos de trabajo, muchos de ellos en zonas rurales. Si AKS se limita a unas pocas regiones y se controla durante un corto tiempo, las exportaciones pueden mantenerse, incluso si hay una disminución inicial.
7. ¿Cómo afectará a la caza?
No se permite la caza dentro y alrededor del área infectada. El control de los jabalíes se realizará discretamente según sea necesario para evitar el movimiento de animales potencialmente infectados. Esta prohibición afectará a algunas empresas cinegéticas, que tendrán que buscar oportunidades en otras zonas. A su vez, la actividad cinegética tendrá que incrementarse en zonas periféricas más alejadas; La cooperación entre sociedades vecinas será esencial. Además, se aplicarán protocolos de desinfección en zonas de alto riesgo.
El papel de los cazadores ya es crucial en el control del jabalí, y lo será aún más con el AKS. Contribuirán a reducir la densidad y localizar el cuerpo gracias al conocimiento del terreno.
8. ¿Qué pasará en el futuro?
Nadie sabe qué pasará a largo plazo. En los países bálticos, el AKS ha resultado fatal para los productores de cerdos y ha reducido drásticamente las poblaciones de jabalíes a niveles comparables a los de hace 20 años. En esa región, la proximidad de países poco transparentes y poco cooperativos, como Rusia y Bielorrusia, dificultó el control y la enfermedad se volvió endémica. Ahora, diez años después, las poblaciones de jabalíes empiezan a recuperarse, pero la plaga persiste. Aquí en España todavía estamos a tiempo.
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