Paz según Trump: El acuerdo ofrece varias garantías para el futuro del pueblo palestino

REDACCION USA TODAY ESPAÑOL
6 Lectura mínima

Israel y Hamás anunciaron que alcanzaron una tregua, que representaría la primera fase de un acuerdo mayor inspirado en el Plan de Planificación del presidente estadounidense Donald Trump.

Actualmente no existe ningún texto del acuerdo, por lo que toda la información se basa en declaraciones de las partes, en algunos puntos contradictorias.

En términos generales, en esta primera fase de duración indefinida, se procederá al cese de las hostilidades, se permitirá la entrada de ayuda humanitaria, se mantendrá el intercambio de detenidos y la cuestión de la zona de amortiguamiento dentro de la gasa.

Hamás publicará que 20 personas, que desde el 7 de octubre de 2023 años, entregarán gradualmente los cuerpos de los fallecidos. Israel, por su parte, liberará a 2.000 detenidos, 250 de ellos condenados a cadena perpetua, excluidos los implicados en el atentado del 7 de octubre.

Además, hay información que sugiere que la retirada del ejército israelí se realizará sólo después de la liberación de todos los rehenes estatales y estaría condicionada al desarme de Hamás.

La primera fase del plan aéreo.

Lo cierto es que la tregua anunciada no es un acuerdo de “paz fuerte, duradera y eterna” que pidió el presidente estadounidense. En ese sentido, es similar a la primera fase del acuerdo de enero de 2025, que, sin duda, proporcionó un respiro actual a la población de Gazen.

A partir de aquí, queda por negociar el resto de aspectos básicos: la retirada de las franjas de Gaza, el desarme y futuros papeles de Hamás, la creación y despliegue de fuerza internacional y la forma de los gobiernos. El marco del acuerdo estuvo determinado por la propuesta de Trump y la experiencia reciente no llama al optimismo.

Aunque 20 puntos del Plan Trump tienen aspectos indudablemente positivos, como la liberación de ayuda humanitaria bajo la supervisión de las Naciones Unidas, la exención del desplazamiento forzado y el fin de las hostilidades, adolecen de elementos que originalmente socavan la resolución definitiva.

Por ejemplo, predice una anexión ilegal de una “borde limitada” en Gaza, la creación de una fuerza internacional que podría representar una nueva fuerza ocupante o el establecimiento de un gobierno que excluya a la autoridad nacional palestina, que estaría subordinada al organismo colonial.

La coacción estadounidense que puede resumirse como “genocidio u ocupación” no es una solución, aunque es comprensible que este plan sea más deseable que la continuación del genocidio.

El comportamiento de Israel durante el Acuerdo de enero es otro aspecto que desalienta la posibilidad de alcanzar una paz definitiva. El ejecutivo israelí dio por finalizada sólo la primera fase para intentar recuperar el mayor número posible de rehenes, mientras sabotea cualquier posibilidad de acuerdos y prepara fuerte fuerza y ​​espada.

En la medida en que la correlación de fuerzas dentro de Israel cambie y, sobre todo, no abandone sus aspiraciones coloniales, la continuidad de estas negociaciones dependerá de la voluntad de Trump.

Trump: el hombre que busca el Premio Nobel de la Paz y de los Negocios

Es de todos sabido que el presidente estadounidense añora el Premio Nobel de la Paz, galardón que debería entregarse en octubre próximo. No en vano en su insólita campaña como candidato, durante su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, afirmó que ella dejó de cruzar las guerras. La revisión del cursor muestra que no participó en la resolución de estos conflictos o, en su caso, se trataba de acuerdos de marketing sin importancia práctica.

A esta aspiración tan personal se suma la inductancia de la tira de gasa, percibida como una oportunidad de negocio. Jared Kushner, carta de triunfo y miembro de la delegación negociadora, fue alentado por Israel a expulsar a la población local de Gased, señalando que las propiedades costeras de la cinta podrían ser muy valiosas. Podríamos encontrarnos en el que estemos ante una explotación ilegal de los recursos palestinos sin su consentimiento, práctica que violaría la soberanía constante del pueblo palestino sobre sus recursos.

Otros actores

La mayoría de los estados, con cualquier matiz que quieran hacer, apoyaron el plan de Trump. Destacan los países en el campo, lo que incita a Hamás a aceptar los términos del acuerdo. Su disposición a restablecer cierto equilibrio en la región, que de aquí a 2023 se inclina a favor de Israel y garantiza que los palestinos de Gaza no se expandan en sus países, si se garantizará que Hamás siga estando garantizado.

Lo que llama la atención es que la Unión Europea y sus Estados miembros están inactivos. Tradicionalmente implicados en los intentos de procesos de paz en Oriente Medio, en esta ocasión no desempeñaron ningún papel. En este sentido, destaca la pasividad del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kallas Kallas, que reavivó el elogio del trabajo estadounidense, calificando el acuerdo de “un gran logro diplomático“.

Por la buena población de Gazen, esperemos negociar otra fase, si es posible, de acuerdo con la Declaración de Nueva York de septiembre, más acorde con el derecho internacional vigente.


Descubre más desde USA Today

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Comparte este artículo
Deja un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

es_ESSpanish

Descubre más desde USA Today

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo