Clara, de 13 años, recibió un mensaje ofensivo en un grupo de clase WhatsApp. Al principio pensó que sería algo cierto, pero pronto se están burlando, los circuitos y los comentarios más crueles y frecuentes comenzaron a venir. Días después, cansado y enojado, decidió deshacerse del meme sobre otra pareja. Algunos se rieron, otros pusieron risas de emojisa y muchas otras en silencio. De todo lo que lo vieron, nadie intervino para mejorar la situación. En unas pocas semanas, Clara dejó a la víctima para convertirse en agresor y observador pasivo lo que estaba sucediendo a su alrededor.
Esta historia, basada en casos observados en nuestras investigaciones, muestra que el ciberbéfolio es mucho más que un evento aislado entre agresores y víctimas. Es complejo y sorprendente dinámica social cíclica. En los roles que tradicionalmente cooperamos en la red, Cibvictim y CyberGrostor, el tercero en la discordia: CiberBasteri. Este enfoque problemático se plantea mejor por una realidad en la que una persona puede ser tres cosas: ciberwicks – ciberacésped -ciberobservador (así como solo uno de los dos roles de dos roles o combinaciones de dos).
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De hecho, que los Cyberwicks hoy aumentan las posibilidades de convertirse en un altavoz cibernético o en el futuro Ciberbaster. Este hallazgo subraya una realidad preocupante: la violencia alberga la violencia y rompe el círculo vicioso de ciberbulling, debemos entender cómo y por qué se intercambian estos roles.
Estudio durante 18 meses
Para comprender mejor esta dinámica, hemos hecho un estudio longitudinal durante 18 meses, que participó en más de mil adolescentes españoles, entre 11 y 17 años. A través de tres fotos-pódo-up, con aproximadamente seis meses, excepto cada uno, analizamos cómo se desarrollaron los tres roles principales de cibrirling: cybervictim, cybergizer y cyberberdersvter.
El primer resultado relevante estuvo marcado por la tendencia de “hronificación” del rol. Es decir, ser Cibervictim, Cibergy o Kiberbaster en cierto momento estipula que continuarán siendo en el futuro. Esto sugiere que el ciberbuleo no es un evento esporádico, pero puede estar profundamente arraigado en las interacciones sociales de los adolescentes, lo que está tratando de ser una forma estable de violencia.
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Las razones de esta estabilidad son diversas. Para Cybergia, el entorno digital ofrece un falso anonimato de la capa y el enfoque constante de la víctima, que puede fortalecer y fortalecer su comportamiento si busca obtener visibilidad o estado. Por otro lado, una cifra más alta en esta dinámica, se esfuerza por mantener la inactividad debido al miedo que se convertirá en la próxima víctima o fenómenos psicológicos, como “exclusión moral” o “expansión de responsabilidad”, que diluye la culpa en el grupo.
Víctima, en el centro del ciclo de violencia
Sin embargo, el descubrimiento más importante de nuestro estudio fue revelar que el cibervecting es un predictor crucial de Cibergy y la próxima observación de Cibeb. Los adolescentes que sufren de ciberbullios tienen más probabilidades de altamente cibergizadores o quibereros seis meses después.
¿Por qué cambia este rol? Una de las hipótesis es que la víctima, sintiéndose indefensa y frustrada, puede ver en agresión una forma de venganza o intentar recuperar la fuerza y el estado que se toma. El estrés y el dolor obtenido de la victimización pueden conducir a una interpretación hostil de otras interacciones sociales, lo que a su vez puede desencadenar un comportamiento agresivo, incluso si no está dirigido hacia la posición original.
Del mismo modo, la víctima puede hacer que un adolescente sea más consciente de la dinámica de la dinámica, pero el miedo a sufrir nuevamente puede llevarlo al papel del observador pasivo como un mecanismo para la autoeducación.
Es interesante que esta relación predictiva parezca unión. Nuestro análisis no determinó que el ciber altavoz o ciberbaster proporcionan futuros ciberwyping. La experiencia de que la víctima es, por lo tanto, un verdadero trampolín del que cruza a otros roles. Eso es lo que tenemos que detener.
¿Cómo romper el ciclo? Implicaciones prácticas
Comprender que el ciberbully es un problema cíclico y que los roles están cereales tienen implicaciones importantes para la prevención. No es suficiente actuar en una estrategia oportuna y duradera necesarias en el momento que se ocupan de un problema desde varias perspectivas en las que existe un trabajo de gerentes educativos y familias.
Alfabetización digital y prevención de riesgos. Es esencial para enseñar a los menores, desde temprana edad, usar Internet de manera segura y responsable. Esto incluye la protección de sus datos personales y saber cuánta ayuda ya está buscando. La reducción de la ciberwictimización es crucial, porque es el motor principal de los ciclos. Es importante que las escuelas tengan dentro de sus programas de prevención del plan de acción de supervisión. Por ejemplo, nuestro equipo ha desarrollado un Safety.net con herramientas para maestros y familiares.
Habilitar observadores. Los programas de prevención deben centrarse en los observadores de no seguir siendo obligaciones (enfoque de las víctimas que actúan como defensores). Es crucial promover la empatía y darles herramientas para sentirse capaces de intervenir, ya sea que defiendan a la víctima o condenan el acoso. El observador que se convierte en defensor interrumpe la armadura social para recibir al agresor y, por lo tanto, modifica la relación entre el poder en la dinámica del poder en el aula.
Apoye a la víctima para evitar represalias. Es vital ofrecer a las víctimas de apoyo psicológico y herramientas para manejar constructivamente la frustración y la ira furiosa, ofreciendo alternativas saludables a la agresión para terminar el ciclo de violencia.
Trabajar con un agresor. Los agresores son víctimas de su propio proceso, por lo que también necesita profundizar las razones que los llevan a usar la violencia y darles herramientas para canalizar sus emociones de una manera menos dañina.
Poner enfoque en la víctima y el observador en los casos ciberbulingios no es solo un acto de justicia, sino también la estrategia más inteligente para desactivar la violencia del motor a la red.
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