¿Por qué somos hipócritas?

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
7 Lectura mínima

Pregunta de Victoria, 14 años, del IES Giner de los Ríos (Motril)

Imagínate que alguien defiende públicamente que es importante cuidar el medio ambiente y no desperdiciar agua, pero en casa pasa más tiempo del necesario duchándose. Bueno, eso es lo que significa ser hipócrita: pretender tener valores y creencias que otros consideran positivos, y actuar de forma privada en contra de ellos.

Coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos

Al vivir en sociedad, nos comunicamos con muchas personas. Al compartir normas éticas, morales y cívicas, podemos predecir cómo se comportarán los demás y cómo deberíamos comportarnos nosotros. Así que esperamos que se cumplan las promesas, que las personas no se hagan daño entre sí, que los demás intenten ser justos…

Pero para ello es necesario que lo que decimos esté acorde con lo que hacemos en ese momento. Ahora imagina que en tu clase anunciaron “mañana nos vamos de excursión”, y cuando llegaste al día siguiente no había nadie. Para vivir en sociedad, necesitamos creer en esta coherencia y demostrar que somos fiables.

Esto es tan importante para la existencia de los seres humanos que premiamos o castigamos a nuestros semejantes dependiendo de si son coherentes o no.

Un hipócrita por siempre

Si alguien comete hipocresía, su reputación queda marcada con esa etiqueta y la próxima vez que lo veamos no confiaremos en él. Es un atajo que usa la mente para evitar rastrear cada conexión que hemos tenido durante nuestro tiempo con cada persona que conocemos.

Es la forma favorita de trabajar de nuestro cerebro: toma rutas cortas y rápidas y agrupa cosas que son similares. Esto funciona muchas veces, aunque otras veces nos lleva a ser injustos (caemos en un estereotipo). Por ejemplo, si alguien cometió un solo error, puede ser clasificado como “hipócrita” para siempre.

Es decir, un grupo de investigadores demostró que cuando alguien prometió comportarse de una manera y actúa de otra (por ejemplo, un político promete algo en una campaña y luego no lo cumple), consideraremos hipócrita a la persona que rompió su palabra, incluso si coincidimos en que en ese caso deberíamos haber actuado de otra manera.

La lucha entre lo que quiero y lo que quiero ser

Para sentirnos aceptados e integrados en nuestros grupos (amigos, compañeros, familia…) necesitamos tener una imagen moral positiva y coherente de nosotros mismos.

Sin embargo, a veces no es posible mantener esta consistencia: estoy muy cómoda en la ducha; Si hago trampa “un poco” en el examen obtendré una nota más alta; o si me río cuando insultan a un compañero impopular y los demás no me ven, no se darán cuenta de que voy en contra de mi imagen de persona “respetable”, y al mismo tiempo me ganaré el aplauso del agresor.

De hecho, romper las reglas puede traernos ventajas. Pero ¿cómo podemos hacer esto sin dañar nuestra imagen y nuestra reputación ante los demás?

Resolución de conflictos

Consideremos esta situación: una joven sabe que el tabaco es perjudicial para la salud (una norma social) e incluso ha defendido en clase el daño que causa a los fumadores y a quienes los rodean. Sin embargo, fuma a escondidas (un delito), por lo que la consideramos una hipócrita.

El psicólogo estadounidense Leo Festinger utilizó el término “disonancia cognitiva” para denotar el malestar psicológico de tener dos ideas o actitudes contradictorias, o cuando el comportamiento es incompatible con los valores. Entonces, para solucionar el malestar, nuestra mente intenta encontrar el equilibrio justificando el comportamiento (fue sólo una vez, el cigarrillo tenía filtro, no lo fumé todo…). Otras formas de afrontarlo son cambiar tus creencias (fumar no es tan malo) o modificar tu comportamiento (dejar de fumar).

Curiosamente, el comportamiento se puede cambiar mediante esta disonancia cognitiva. Así lo demostró el psicólogo estadounidense Eliot Aronson y sus colegas en 1991. Seleccionaron un grupo de adolescentes que no utilizaban protección en sus relaciones sexuales, aunque afirmaban conocer los riesgos de estas prácticas. Luego se les pidió que grabaran mensajes en vídeo animando a otros adolescentes a utilizar condones. Pues bien, la tensión psicológica entre “predicar” y “no practicar” ayudó a reducir las conductas de riesgo en mayor medida que otras estrategias de prevención.

Un hipócrita es peor que la deshonestidad.

Según algunos estudios, pensamos que la hipocresía es peor que la deshonestidad. Este último hace trampa para obtener beneficios, pero no intenta parecer una buena persona.

Aunque los dos están rompiendo las reglas, cuando Luis dice que “es inaceptable que Juana haya tomado pastillas para correr un maratón”, envía una señal de su virtud a los demás. Si más tarde se descubre que Lewis también tomaba pastillas, no sólo mintió, sino que también logró “venderse” como una persona honesta y justa, que es exactamente lo que otros consideran despreciable.

¿Pero qué pasa si Louis admite que hizo trampa? Así que evita señalar falsamente tu virtud. A los demás les parece alguien que está equivocado y su imagen está mejorando. Conviértete nuevamente en una persona confiable.

¿Somos todos hipócritas?

Todos estamos constantemente sujetos a tentaciones que podemos ganar “jugando pequeñas malas pasadas”. Por ejemplo, es casi imposible equilibrar lo que pensamos y hacemos sobre beber alcohol o hacer trampa en los exámenes cuando estamos con nuestros padres y lo que hacemos con nuestros compañeros de clase.

Es cierto: mentimos, cometemos actos deshonestos y somos hipócritas, pero la mayoría de la gente hace muy poco de eso. La razón no es tanto el miedo a que nos pillen, sino seguir considerándonos personas honestas y dignas de confianza. “Un poco de hipocresía” nos permite resolver conflictos y preservar nuestra imagen.

file 20250324 56 gt9a63.png?ixlib=rb 4.1

El Museo Interactivo del Parque de las Ciencias de Andalucía y su Unidad de Cultura Científica e Innovación colaboran en la sección The Conversation Junior.


Descubre más desde USA Today

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Comparte este artículo
Deja un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

es_ESSpanish

Descubre más desde USA Today

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo