‘Pueblos morados inteligentes’: revolución rural inteligente con rostro femenino

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
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El mundo rural comenzó a avanzar hacia un modelo de desarrollo moderno, más sostenible y digitalizado en los últimos años. La combinación de tecnologías inteligentes, transiciones verdes e innovaciones sociales marcó un nuevo horizonte para las ciudades, no solo como espacios productivos, sino también como un entorno repartido, inclusivo y justo.

En este marco, se presenta el concepto de Smart Purple Villages Violetas, en su traducción literaria-, una evolución del modelo de Smart Villages que integra la igualdad de género como eje central del progreso rural y reconoce el papel de las mujeres y grupos menos representados en la gobernanza, el emprendimiento y la innovación.

Aunque las aldeas inteligentes se centran principalmente en la sostenibilidad y la transformación digital, las aldeas moradas añaden una dimensión esencial: la participación activa de las mujeres, la inclusión social y la reducción de la desigualdad en las zonas rurales.

Este enfoque busca un desarrollo inteligente, sostenible y más justo, compatible con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el ODS 5 (igualdad de género) y el ODS 10 (reducción de la desigualdad).

Igualdad y visibilidad digital

Cada 15 de octubre se celebra el día internacional de la mujer rural, recordatorio de su contribución esencial a la economía y la sostenibilidad de las zonas rurales. Sin embargo, su visibilidad sigue siendo insuficiente. Muchas mujeres rurales enfrentan desigualdades laborales, digitales y una participación limitada en los espacios de toma de decisiones, a pesar de su papel crucial en la innovación y la cohesión comunitaria.

Por ello, surgieron iniciativas especiales dirigidas a la formación, el emprendimiento y la gestión femenina:

Reto para la mujer rural (instituto de la mujer/fondo social europeo): Promueve la consolidación de mujeres que lideran mujeres, impulsan la innovación y la competitividad de proyectos empresariales.

Red Rural Nacional (RRN): Programa de actividades para mujeres rurales que involucran capacitación, creación de redes, actividades económicas en los sectores agrícola y agroalimentario y comunicación para visibilizar sus iniciativas.

Fademur: Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales que actúan para eliminar la triple discriminación que sufre este colectivo, promueven la creación de cooperativas y mejoran la formación profesional.

Empoder: Proyecto de socioprotección desarrollado por competencias para el empleo verde, con un enfoque inclusivo hacia los municipios rurales y promoviendo a las mujeres emprendedoras como referentes.

Sara: Proyecto europeo que pone de manifiesto las dificultades del Emprendimiento Selo y proporciona formación y apoyo para la creación de empresas sostenibles relacionadas con las ciudades inteligentes.

Eva (Women’s Empowerment in Agrofood): Programa de Alimentación del EIT (Unión Europea) que forma a mujeres emprendedoras del sector agroalimentario a través de formación intensiva, tutoría y networking.

Estrategia Emprendedora 2030 (UATAE MUJER): Difunde buenas prácticas de emprendimiento sostenible realizado por mujeres, promoviendo nuevos estilos de comercio basados ​​en la solidaridad y el respeto al medio ambiente.

Estas iniciativas se armonizan con estrategias europeas como smart rural 21 y smart rural 27, que combinan sostenibilidad, tecnología y cohesión social, ahora se incrementan las perspectivas de género.

El principio básico de las aldeas moradas inteligentes es que no hay desarrollo inteligente sin igualdad. Estas premisas se pueden inventar a través de los territorios rurales a través de proyectos que combinen tecnología, emprendimiento y cooperación.

Los sectores clave incluyen:

Emprendimiento femenino y empleo local: cooperativas y pequeñas empresas dirigidas por mujeres que utilizan herramientas digitales para el mercado de productos locales, servicios turísticos y artesanías. Programas como el de asociados rurales de Fademur depuran la creación de empleo femenino a través de cooperativas.

Educación y formación digitales: alfabetización tecnológica para mujeres, jóvenes y mayores. Reducir la división digital y generar oportunidades laborales a través de un programa como Pueblos En Clave Digital.

Atención y bienestar comunitario: tecnologías auxiliares, redes de voluntariado y soluciones inteligentes para mejorar la atención a personas dependientes y dependientes, integrando el modelo Smart Silver con enfoque de género.

Turismo sostenible e inclusivo: Los destinos turísticos fueron gestionados con perspectiva de género, promoviendo la economía circular, la cultura local y el equilibrio entre tradición e innovación.

Gestión de la participación: Involucramiento de las mujeres en la toma de decisiones locales y gestión de proyectos de desarrollo rural, promoviendo un enfoque inclusivo con la comunidad.

Casos inspiradores en España

Algunos territorios rurales ya están aplicando las estrategias “Smart Violet”:

Castilla y León: Iniciativas de Liderazgo o Iniciativa Lanzate Rural, que impulsan las redes de mujeres emprendedoras con productos agroalimentarios digitales.

Galicia: Desarrolla un programa para mejorar las capacidades digitales y aumentar las oportunidades laborales.

Andalucía: Regiones como Sierra Mágina, en enero, impulsan procesos participativos con enfoque de género en los territorios rurales.

Castellón: Varios ayuntamientos empiezan a diseñar estrategias que den prioridad a los colectivos más vulnerables como las mujeres, que incluyan la igualdad de oportunidades en sus planos nacionales.

Iniciativa Smart Silver Villages y Purple Villages para el cuidado inteligente de las personas mayores, con fuerte presencia femenina en el ámbito de la proximidad y el cuidado digital. Estos casos muestran que una combinación de innovación tecnológica y liderazgo femenino puede transformar la ruralidad.

Financiación y cooperación: Claves del éxito

El desarrollo de pueblos morados inteligentes requiere la cooperación entre administraciones públicas, universidades, empresas y comunidades locales. Entre las fuentes y programas más relevantes se encuentran:

Iniciativa líder: Apoyo a proyectos locales de desarrollo rural sostenible.

La próxima generación de fondos de la UE: financiar la transición verde y digital, incluida la perspectiva de género.

Programas Interreg: cooperación transfronteriza, como España-Portugal, para reforzar la digitalización y la sostenibilidad.

Oferta Verde Europea y Orden Diurna Digital 2030: Marco Estratégico para una Digitalización Inclusiva y la Transición Ambiental.

Estas herramientas garantizan que la digitalización ha acompañado la formación, la sensibilización y el acceso justo a los recursos, convirtiendo el territorio rural en un espacio más competitivo, resistente e inclusivo.

A pesar de los avances, todavía existen desafíos importantes, como deficiencias digitales y de pagos que limitan el potencial de muchas mujeres rurales. También la falta de conexión, la dificultad de acceso al crédito y la escasa representación de las mujeres en puestos de decisión, sin olvidar los riesgos de una “digitalización sin igualdad”, donde la tecnología sólo la utilizan unos pocos.

Sin embargo, la tendencia es positiva: las mujeres jóvenes están regresando a sus edificios que ejecutan proyectos digitales y sostenibles. Integrar la innovación, la cultura local y la gestión femenina puede convertirse en el motor de la nueva ruralidad europea.

Según el futuro rural igualitario e inteligente

Las aldeas moradas inteligentes representan una visión renovada del desarrollo rural: un modelo que une tecnología, sostenibilidad e igualdad de género para construir varias comunidades cohesivas y elásticas.

España, con experiencia en programas de pueblos inteligentes y un compromiso creciente con la igualdad digital, tiene la oportunidad de liderar este proceso. La clave será fortalecer las redes locales, promover la cooperación público-privada y garantizar que la digitalización llegue a todas las personas, sin diferencia de género ni lugar.

Finalmente, las aldeas moradas inteligentes nos invocan a imaginar un futuro de aldea donde la inteligencia no sólo se mide en datos o dispositivos, sino en la posibilidad de crear territorios más justos, inclusivos y sostenibles, donde las mujeres rurales sean protagonistas del cambio.


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