¿Qué dice nuestro lugar de trabajo sobre nosotros?

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
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A través de nuestra vida, pasamos casi 90,000 horas, nada insignificante de nuestra existencia, trabajando en ganar fondos para la vida.

Sin embargo, para muchas personas, no es suficiente tener un trabajo: también requieren que su trabajo sea trascendente, que lo que hacen en armonizado con sus valores, que sus compañías operan los representan y que lo que produce un impacto en los beneficios económicos.

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Espacios de desarrollo personal

En el contexto de trabajo actual, en la mayoría de los sectores económicos hay una tendencia a aumentar la rotación de los trabajadores, buscando un trabajo que les permita desarrollar tanto profesional como personalmente. Los trabajos se han convertido en un espacio para la autorregulación, a excepción de la oferta de salarios competitivos, estabilidad del trabajo, buenas condiciones de trabajo o beneficios adicionales.

Ahora los problemas motivacionales, identificados y analizados por el psicólogo estadounidense Frederick Herzberg en su teoría de dos factores (1959), en los que el comportamiento de las personas en su trabajo depende del factor de higiene (básicamente el salario y las condiciones de trabajo en relación con:

Desarrollo profesional. Es esencial que las personas puedan visualizar el camino dentro de la organización, establecer metas y construir una hoja de ruta clara para lograr sus objetivos futuros.

Reconocimiento. No solo lo hacen para las tareas realizadas, sino también para el valor humano, cada persona trae un clima organizacional.

Responsabilidad. La sensación de que el trabajo tiene un impacto real en la organización mejora el compromiso de los trabajadores y tiene sentido para su trabajo.

Trascendencia de tareas. El desempeño de actividades interesantes fomenta el desarrollo de habilidades que también pueden ser útiles en la vida personal.

La pregunta clave es: ¿Me siento bien cuando me conecto con mi empresa? En caso afirmativo, hay compromiso. Si no, lo más probable es que comiencen a buscar otro trabajo.

Trabajar como parte de la identidad de un individuo

El trabajo es, por lo tanto, una parte clave de la identidad personal. ¿Pero siempre fue así?

Si volvemos al tiempo, vemos que el trabajo de nuestras primeras precipidades se asocia principalmente con el placer de las necesidades básicas: obtener comida, buscar refugio o preparar ropa. Durante siglos, el documento se consideró actividad puramente instrumental y socialmente subestimada. De hecho, había otras, no clases gobernantes, que lo hicieron.

No será para la revolución industrial cuando ocurra el cambio de paradigma. El trabajo comienza a comprender como un recurso positivo, una oportunidad para que un individuo idee su futuro. Esta nueva perspectiva coopera con el bien subjetivo: promovió la motivación intrínseca y el deseo de contribuir al entorno social.

Además, la identidad organizacional percibida (que son los trabajadores de su empresa) y la imagen de que los proyectos organizacionales en el extranjero afectan el grado de compromiso y la vinculación de los empleados con la empresa.

Es, se identifica más y se siente que funciona en un entorno relacionado y significativo, es una participación mayor. En este sentido, la organización funciona como un espacio de afiliación, una necesidad psicológica básica, en la que las funciones e intereses están divididas por otros miembros del mismo grupo.

Pertenecer a (citibilidades) no es un lujo: es una necesidad humana básica.


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