La vida es un viaje con un principio y un final. Aunque la mayoría de las muertes se producen por causas naturales o enfermedades crónicas, hay situaciones en las que ocurre de forma repentina. Uno de los más críticos es el paro cardiorrespiratorio (PCR): el momento en el que el corazón deja de latir y, por tanto, de bombear sangre al cuerpo. Pero es potencialmente reversible.
Cuando esto sucede, los órganos vitales dejan de recibir oxígeno. Si la circulación no se restablece pronto, el daño cerebral comienza en sólo 5 minutos y se vuelve irreversible en 10-15 minutos. Saber afrontar esos primeros momentos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
¿Por qué ocurre la PCR?
Puede ocurrir a cualquier edad y en diferentes circunstancias.
En los adultos, las causas más comunes son:
Enfermedad cardíaca: después de los 50 años, las arterias coronarias pueden obstruirse con placas de colesterol. Si se bloquean por completo, el corazón puede sufrir un infarto que deriva en arritmias graves y termina en un paro cardíaco. En los menores de 50 años, las cardiopatías congénitas también son relevantes.
Traumatismos graves: accidentes de tráfico o laborales.
Otras causas: ahogamiento, asfixia, intoxicación o descarga eléctrica.
En la infancia, la CPA suele deberse a problemas respiratorios (asfixia, ahogamiento o infecciones respiratorias graves), aunque los traumatismos y las intoxicaciones también son causas importantes.
En todos los casos, la interrupción de los latidos del corazón hace que el cuerpo falle rápidamente. Si nadie inicia la reanimación cardiopulmonar (RCP) de emergencia, las posibilidades de supervivencia disminuyen.
Un problema de salud pública
En Europa se producen hasta 700.000 PCR al año (una cada 45 segundos), y en España más de 50.000. Sin embargo, sólo en el 12,5% de los casos la reanimación se inicia antes de la llegada de una ambulancia y sólo el 10% de los pacientes consigue recuperarse sin consecuencias importantes.
Si toda la población supiera cómo realizar la RCP, esta supervivencia podría duplicarse o incluso triplicarse. Por tanto, aprenderlo no debe considerarse un conocimiento optativo, sino un deber de los ciudadanos y una herramienta básica de la salud pública.
Cadena de supervivencia
La respuesta a una parada cardiorrespiratoria debe ser rápida, temprana y ordenada, siguiendo la llamada cadena de supervivencia, que describe eslabones sucesivos que aumentan la probabilidad de supervivencia.
Cadena de supervivencia. SeMiciuc
Estas acciones se basan en directrices internacionales de organizaciones como la American Heart Association (AHA) y el European Resuscitation Council (ERC).
Aunque existen diferencias entre los adultos y la infancia, las primeras relaciones siempre requieren la intervención inmediata de un testigo para detenerlas.
1. Reconocer PCR y alertar a los servicios de emergencia
La persona que recibe RCP suele estar inconsciente y no respira o respira de forma anormal (jadeando o jadeando). En esta situación:
Compruebe que los alrededores sean seguros.
Llame al número de emergencia local (112 en Europa, 911 en EE. UU.) indicando que hay una persona inconsciente que no respira y su ubicación.
Si hay más de una persona, una puede llamar y la otra puede iniciar la RCP. Si solo hay uno, ponga el teléfono en manos libres y comience la RCP sin demora.

Reconocer la PCR. Consejo Europeo de Reanimación
2. RCP básica
Tiene un doble propósito: reemplazar temporalmente la función del corazón y los pulmones para mantener el oxígeno circulando hasta que llegue ayuda profesional a través de:
a) Compresiones torácicas:
Arrodíllese junto al pecho desnudo de la víctima.
Coloca la palma de una mano en el centro de tu pecho y la otra mano encima, entrelazando los dedos.
Con los brazos rectos, aprieta fuerte y rápido (a un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto). Puedes disfrutar de canciones como “Stayin’ Alive” de los Bee Gees o “Macarena” de Los del Río.
Comprima unos 5 cm en adultos, utilizando el peso corporal y permitiendo que el pecho se vuelva a expandir entre compresiones.

Técnica de masaje cardíaco. Consejo Europeo de Reanimación
b) Ventilación:
Alternar 30 compresiones con 2 ventilaciones para personas entrenadas. Sin embargo, si hay problemas para realizar estas ventilaciones debido a falta de entrenamiento u otros riesgos o dificultades, se recomiendan compresiones torácicas continuas.

Implementación de ventilación. Consejo Europeo de Reanimación
3. Uso de un desfibrilador
Los desfibriladores externos semiautomáticos (DEA) cada vez están más disponibles en más lugares como aeropuertos y centros comerciales o deportivos, entre muchos otros. Estos dispositivos pueden restaurar el ritmo cardíaco en algunos casos de arritmia (como la fibrilación ventricular).
Son fáciles y seguros de usar: se guían por instrucciones de voz y aplican una descarga sólo cuando está indicado. Cuanto antes se utilice, mayores serán las posibilidades de supervivencia. Después de la descarga, continúe con la RCP según las indicaciones del desfibrilador.

Uso de un DEA. Peculiaridades del Consejo Europeo para la Reanimación de la Infancia y del Recién Nacido
El origen de la parada cardiorrespiratoria en este grupo suele ser respiratorio. Es necesario prevenir accidentes (asfixia, asfixia) y utilizar siempre los cinturones de seguridad.
Si se produce PCR, se debe iniciar la RCP con 5 respiraciones de rescate antes de las compresiones torácicas, especialmente cuando hay un solo socorrista. Existen diferentes formas de realizar compresiones según la edad:
Niños: con el dedo medio y anular o ambos pulgares en medio del pecho.
Niño pequeño: con la palma de una mano.
Niños mayores: similar a los adultos, con ambas manos.

RCP en la infancia. Consejo Europeo de Reanimación
La frecuencia recomendada es la misma que para adultos: 100-120 por minuto, con ciclos de 30 compresiones y 2 ventilaciones.
Si la persona está sola, es recomendable iniciar la RCP 1 minuto antes de llamar al 911, dando prioridad al mantenimiento de la oxigenación.
La importancia de saber comportarse
Cada minuto sin realizar RCP reduce las posibilidades de supervivencia entre un 7 y un 10%. Actuar rápidamente, iniciar maniobras básicas y utilizar pronto un desfibrilador aumenta significativamente las posibilidades de recuperación.
Más que un conocimiento útil, aprender a realizar RCP es una responsabilidad y una herramienta clave. La formación continua en las escuelas y en todos los entornos para saber cómo actuar en caso de parada cardiorrespiratoria es crucial para que la cadena de supervivencia funcione y cumpla su objetivo: salvar vidas.
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