¿Se realiza o se detiene la cavidad? Cómo evitar que las lesiones inactivas se despierten

Periodista ANASTACIO ALEGRIA
6 Lectura mínima

La cavidad bucal es la parte del cuerpo donde se encuentran funciones esenciales para la vida cotidiana, como la alimentación, el habla, la respiración e incluso la expresión emocional, que se manifiesta a través de la risa o el llanto. Está conectado a otros sistemas del cuerpo, como el digestivo y el respiratorio, y alberga microorganismos que suelen ayudar a mantener la salud.

Cuando hay cambios dentro de la boca, debido a una alimentación con alto contenido de azúcar o una mala higiene dental, algunos de los microbios pueden empezar a causar problemas. Suele ser el origen de la caries dental.

Según sus palabras, la caries dental es la enfermedad más extendida en el planeta. Se informó una prevalencia del 48% en niños menores de seis años y afecta a más de 2 mil millones de personas en todo el mundo. ¿Cómo es posible que algo así siga afectando a tanta gente?

El deterioro de los dientes es un proceso que ocurre poco a poco y depende de varios factores. No es contagioso como un resfriado, pero afecta lo que comemos y la presencia de la capa de bacterias que se forma en los dientes (placa bacteriana).

Las bacterias utilizan los azúcares dietéticos y forman ácidos. Con el tiempo, este proceso puede debilitar las partes duras de los dientes. Esto afecta, por ejemplo, al esmalte, porque elimina minerales básicos como el calcio y el fosfato, que son los encargados de mantenerlo resistente y fuerte. Esto se llama desmineralización.

Afortunadamente, el esmalte dental no está completamente exento de defensas. El cuerpo cuenta con mecanismos naturales que ayudan a reparar el daño inicial causado por los ácidos. Este proceso también se llama remineralización y ocurre cuando los minerales se activan nuevamente en el esmalte y fortalecen su estructura.

¿Cómo nos ayuda el cuerpo? En este mecanismo interviene la cuenca, porque actúa como vehículo que transporta minerales y ayuda a neutralizar los ácidos.

Por tanto, la caries dental es parte del proceso que depende del equilibrio entre lo que el diente pierde y lo que recupera, que no aparece de la noche a la mañana.

Sin embargo, en un proceso continuo de desmineralización y remineralización, pueden aparecer en la superficie de los dientes zonas blancas opacas que se adhieren al neumático. Estos puntos representan el primer signo clínico de caries (la caries no siempre comienza como un “espacio”).

La coloración es consecuencia de la pérdida de minerales que cambian la forma en que se refleja la luz en el diente, por lo que se ven estas áreas blancas y opacas. Se podría decir que las zonas blancas son huellas e indicaciones con las que el diente avisa. Este mensaje nos advierte que los ácidos llegan a la tierra y comienzan a debilitar su estructura.

Del ataque ácido a la estabilidad mineral.

La lesión de caribra se dice que está activa cuando aún progresa, porque las bacterias siguen produciendo ácidos que atacan el esmalte y la dentina. Es como si un diente hubiera quedado atrapado en la lluvia ácida, sin un refugiado que sanar. Por otro lado, la lesión de caries inactiva es aquella que no ha progresado. Aunque el tejido se ve afectado, no hay más actividad bacteriana ni pérdida de minerales.

Aquí empiezan las caras menos famosas de las caries inactivas: su progreso se ha ralentizado, pero siguen atestiguando el pasado de desmineralización y requieren supervisión.

La cavidad inactiva no significa que estén curados, sino más bien pausas. Aunque parezca dormido, puede despertarse si no nos preocupamos por el entorno que mantiene su olor. Este ambiente es muy delicado y depende de varios factores que cumplen la función protectora sin que nos demos cuenta.

Gracias a una buena higiene, la exposición al flúor, un menor consumo de azúcar y una saliva que realiza eficazmente sus funciones defensivas, las caries inactivas permanecen en reposo. Pero si alguno de estos elementos cambia, la lesión puede activarse y progresar hacia la cavitación.

¿Qué cuidados tiene un diente con una caries que ya no requiere progreso?

Cuando las caries han creado una caries en un diente, pero éste ya está inactivo, el tratamiento depende de factores como la profundidad de la lesión, la funcionalidad del diente y el riesgo de reactivación.

Si la lesión no pone en peligro la función ni acumula salario, las medidas higiénicas, el uso de pasta fluorada (para la remineralización superficial) y el control de la dieta pueden ser suficientes para mantenerla estable. Cuando la cavitación afecta la limpieza, pero la lesión es estable, los infiltrados de resina estabilizan la zona. Pero si la cavitación ha progresado hasta poner en peligro la función de los dientes, es muy profunda, es necesario reconstruir el diente para que recupere su forma y función, facilite el cepillado y prevenga problemas posteriores.

Con visitas periódicas al dentista podemos mantener bajo control las lesiones inactivas sin recurrir a intervenciones agresivas, entendiendo que su evolución está conectada con el medio bucal. Cuidar lo que ya está estable es una forma de prevenir.


Descubre más desde USA Today

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Comparte este artículo
Deja un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

es_ESSpanish

Descubre más desde USA Today

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo