Cuando hablamos de algas marinas (macroalgas) en el campo de los alimentos, es inevitable no conectarse con la cocina asiática, donde su uso está profundamente arraigado en la tradición culinaria durante siglos.
En países como China, Corea o Japón, las algas son la parte habitual de la dieta diaria, como se usa como especias y el ingrediente principal en una amplia gama de platos.
Sin embargo, en los últimos años, estas verduras tienen una gran popularidad en la sociedad occidental. Por lo tanto, se usa cada vez más como base en ensaladas, sopas o sushi, tanto en restaurantes como en hogares.
Entre las especies más famosas y consumidas se encuentran las algas nori (generalmente utilizadas para envoltura de sushi), vacaciones (populares en ensalada) y peine (se usan para preparar rollos y sopas).
Macro rico y microcontroling
Si, por un lado, las algas están perfectamente integradas en gastronomía, especialmente en Asia, de nutrientes, también despertaron un interés excepcional y creciente. No hay falta de razón para esto porque son nutrientes.
En particular, las algas contienen una cantidad interesante de micronutrientes, por ejemplo, varias vitaminas de los grupos B y minerales como el yodo y el hierro.
Además, tienen proteínas, y aunque su presencia varía entre diferentes variedades, algunos tipos de algas rojas tienen un alto valor de proteína.
Género de algas rojos asparagopis. Josephine Julian / Shutastersock
Por otro lado, las macroalgas contienen ácidos grasos politizados básicos como Omega 3, enfatizando el ácido eicosapenta (EPA) y el ácido docosahekhaenoico (DHA). Esto se agregó a su contribución de las fibras y su bajo contenido calórico, características que tienen una contribución positiva a la salud.
Y finalmente, contienen algunos antioxidantes como los polifenoles. Estas son moléculas capaces de oponerse al estrés oxidativo, el cuerpo dañando las células del cuerpo, acelera el envejecimiento y favorece la aparición de diferentes enfermedades.
Tu salud y planeta
Además de sus tarifas portátiles para comer, también es importante señalar que algunas macroalgas se destacan por su valor en términos de sostenibilidad ambiental.
No solo tienen una huella baja en carbono, al liberar poco Co₂ (dióxido de carbono), sino que también contribuyen a mitigar la acidificación de mares y océanos, un fenómeno que amenaza seriamente en los ecosistemas marinos y la diversidad de organismos que albergan.
Debemos agregar que, a diferencia de otras formas de producción agrícola o animal, las macroalgas no requieren cultivo de tierra, fertilizantes o agua dulce, lo que reduce significativamente su impacto ambiental.
Todo esto motivó a la Unión Europea a aumentar la investigación sobre los márgenes, aumentar el conocimiento científico sobre sus propiedades y promover su aceptación entre la población.
¿Cuáles no son mejores?
A pesar de los beneficios para la salud que proporcionan las algas, debemos tener cuidado, porque muchas especies, como las algas marrones, pueden tener un exceso de yodo, que su consumo no es adecuado para todos.
Los altos niveles de este mineral en el cuerpo pueden afectar la función de la glándula tiroides, por lo que aquellas personas con un cambio de escudo o que los medicamentos ingeridos que contengan Yodin deben evitar su consumo.
Tampoco se recomienda en la población infantil, las mujeres embarazadas y las mujeres en el período de lactancia materna, porque los efectos que el yodo excedente podría tener en estos grupos pueden no ser conocidos en estos grupos.
Además, es importante que las algas marinas tengan la capacidad de acumular metales pesados presentes en un entorno marino, como Mercurio, Arsenić, cadmio o líder, lo que podría ser un riesgo potencial para la salud del consumidor.
En este sentido, se recomienda a la Agencia de Seguridad y Nutrición Alimentaria española (AESAN) contra el consumo de variedades de Hiziki, reconoce fácilmente su color negro y su apariencia de filamentos, debido a su alto contenido arsénico.
A pesar de esto, esta situación no debe afectar a todos los tipos de algas por igual, y que los niveles de metales pesados pueden variar significativamente según el origen geográfico y las condiciones del entorno marino del que se recolectan.
Opción con profesionales y algunas deficiencias
En resumen, Marina Macroalgas se consolida como los alimentos valiosos, tanto por su contribución dietética como por su potencial en términos de sostenibilidad.
Sin embargo, no debemos olvidar que, aunque son una opción interesante, su consumo no es gratuito. Por lo tanto, no se recomienda llevarlos al exceso o a la población completa.
Además, aún se deben realizar más investigaciones para establecer estrictamente, qué tipos concretos de algas y qué origen se puede incorporar completamente en los alimentos humanos.
También es necesario continuar progresando en el desarrollo de estrategias efectivas que permitan la minimización o la eliminación de la presencia de compuestos que son tóxicos, lo que garantiza la seguridad del consumo de estos alimentos.
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