Hay algo que las madres, los padres o los cuidadores nunca esperan experimentar: sentir miedo a su propio hijo o hija. Puedes comenzar con la puerta, un fuerte golpe en la pared, una voz que se eleva con tono, insultos, chantaje emocional o empuje disfrazado de “ira”.
Aunque es difícil pronunciar en voz alta, lo que sucede tiene un nombre: violencia de filio-peer. Y, a medida que los psicólogos se especializan en este cinturón, queremos ayudar a identificar a quienes lo pasan, para que pueda romper el silencio y el aislamiento y saber que puedo contar con una asistencia verdadera, profesional y eficiente. Este artículo es un brazo establecido para aquellos que sienten que han perdido el control de su hogar.
¿Cuál es el dolor silencioso de muchas casas?
La violencia filio-parental es cualquier forma de abuso físico, psicológico o económico que sinuso o hija repetidamente según sus padres, madres o atención de datos. No es una “fase” o “rebelión adolescente”. Implica la dinámica en el poder inverso en la que un niño domina a través del miedo, el control o la humillación de un adulto. Esto puede suceder en todas las edades, aunque generalmente se revelan más de 15 y 17 años.
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Diferentes tipos de abuso
Este tipo de comportamiento puede manifestarse de tres maneras:
Violencia física: Duva, empuja, golpea, impulsa objetos y agresiones a otras personas en mascotas o mascotas.
Violencia psicológica: insultos, gritos, amenazas; Chantaje emocional (“Si no me lo das, me lastimo a mí mismo”); humillación pública o privada; manipulación constante; Aislamiento.
Violencia económica: dinero o robo de tarjetas, requisitos materiales con amenazas y destrucción de valores de valor como una forma de penalización.
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¿Cuáles son todas estas formas de violencia en común?
Las manifestaciones anteriores no son obras aisladas, sino que repiten y aumentan para controlar a sus padres. También como una forma de manejar la “frustración volcánica” que rodea a los hijos e hijas. Esto se genera en un sistema familiar basado en el miedo, la sensación constante de ansiedad, desgaste y envoltura.
Los padres generalmente están atrapados en dos situaciones: sin saber si se encerran para prevenir la violencia o, por el contrario, responden más fuertemente a esa reacción al final.
¿Cómo reconocer la situación de la violencia siti-peer?
Estas son algunas señales clave que pueden ayudar a descubrir si una víctima de este tipo de violencia es:
Te sientes amenazado y caminando con “piernas de plomo” para no desafiar al hijo o la hija.
Ocultar lo que le sucede a la familia o la amistad por vergüenza o miedo que será juzgado o juzgado.
Cambie la forma de vida para evitar conflictos (no invite a nadie a casa, no se vaya sin el permiso de un hijo o hija).
Siéntete constantemente culpable, incluso cuando se sabe que se comportó pensando en el bien que el hijo o la hija.
Después de tratar de poner fronteras, pero finalmente dar miedo a las consecuencias o, a veces, incluso por temor a la reacción a una mayor agresión de poder.
Siente la pérdida del papel de una madre o padre.
Testimonio de Lola
Presenciado Loli, compartimos como ejemplo:
“Comencé a pensar que algo no estaba funcionando bien cuando justificaba a mi hija que me ofendía frente a mi hermano y su padre. Pero sucedería. Pero eso sería peor. Pero eso sería peor. Pero eso sería peor. Pero eso sería peor. Pero sería peor. Pero sería peor.
Es muy importante aclarar que, aunque un menor o un menor tiene un diagnóstico de TDAH, trastornos del espectro autista (TEA), depresión, etc. La violencia nunca se justifica. Puede haber factores que explicen, pero nunca lo confirman.
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¿Por qué es tan difícil pedir ayuda?
Porque duele. Porque creemos que no funciona como madres y padres. Porque la sociedad no está lista para escuchar que el hijo o la hija pueden lograr la violencia. Porque varias veces no hay espacios seguros en los que hablan sin juzgar. Además, porque, a veces, los profesionales de salud, educación o legal no pueden reconocer la violencia de filio-peer a tiempo.
Romper el silencio es el primer paso para la curación. Y eso no hace que nadie sea un mal padre, sino una persona valiente que elige cuidarse a sí mismo y a su familia.
Al buscar ayuda
¿Y a dónde es posible ir en caso de duda de que esta violencia está viva?
Servicios sociales de cada ciudad
Muchos tienen programas especiales para familias en situaciones de violencia Filio-Patchrit como en el caso de Anadalucia. Nos aconsejamos que nos preguntemos con un trabajador social o psicólogo de una familia o menor.
Centros de salud mental recién nacidos
Se puede solicitar una evaluación psicológica de hijo o hija si hay síntomas de falta de regulación emocional. En estos centros también puede presentar el caso con los programas familiares.
Sujetos de referencia
Hay varias organizaciones que brindan ayuda: la Fundación Amigo; Asociación del sistema; Diagrama, márgenes y enlaces de la fundación; Asociación de Filio, Asociación Catalana de Violencia Fili-Parental, así como centros de atención integrada familiar (según la comunidad autónoma).
Ayuda y ambulancia:
Teléfonos autónomos de atención familiar:
Andalucía
Madrid
Cataluna
Castilla de la mancha
Castilla Leon
Teléfono urgente (112) en caso de violencia física actual. ¿Esta situación tiene una solución?
Responda la pregunta positivamente: Sí, existen programas terapéuticos efectivos. Pero necesitan un compromiso especializado, tiempo y escolta. Las intervenciones más exitosas incluyen:
Como profesionales que conocían muchos testimonios, nos gustaría transmitir personas que pasan por este tipo de situaciones que no son solo ni son los únicos que también se insertan.
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Historias que dan esperanza
Hay muchas familias que están “rotas” en los servicios de intervención y durante el tiempo logran ver cambios. No siempre es fácil o el camino en línea recta, pero es posible. Como ejemplo de esto, compartimos el testimonio de ANA (nombre ficticio), madre adolescente de 15 años:
“Y pensé y había hecho todo mal. Mi hijo es mi culpa. En la terapia y entendió eso y no estaba solo, y que pedir ayuda no me debilitaba, sino fuerte. Mi hijo ha venido a decir ‘No soy un monstruo’, quiero a mi madre, pero no podemos controlarme.
Obtenga ayuda: le da a la familia una oportunidad
La violencia filio-parental es un fenómeno complejo y múltiple que puede prevenirse, intervenir y transformar. Pero tenemos que dejar de escondernos. Es necesario observar este problema al frente, con compasión, pero también firmemente. Buscar ayuda no emite un hijo o una hija. Le da la posibilidad de crecer sin daños ni daño a otro. También significa dar a la familia a la familia y a quienes sufren de ella, para que puedan vivir sin dolor ni miedo. Es por eso que alentamos a las víctimas a hablar y buscar ayuda. Nos han dicho que es posible otra relación filio-parente.
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