El estilo de vida moderno nos mantiene en un estado de estrés crónico que puede tener un profundo impacto en el nivel cognitivo, conductual y emocional. Y todo eso, sin comprender.
Varios estudios mostraron que el estrés extendido crea cambios funcionales y, especialmente estructurales, en áreas clave como el hipocampo, la amígdalas y la corteza prefrontal, que se traduce en problemas de memoria, concentración y cambio de despido (ansiedad, depresión).
Sin embargo, se normaliza que solo permitamos presionar el botón de pausa cuando estamos de vacaciones. Entonces usemoslos.
La importancia del bordado
Como dijimos, el cerebro debe ser detenido. Hay evidencia científica de que cuando podemos relajarnos a través de la respiración, que tienen técnicas establecidas y cuidado, por ejemplo, nuestros niveles de cortisol y otras sustancias relacionadas con el estrés, lo que permite “reiniciar” el cerebro.
Lejos de lujo, unas vacaciones de verano son cruciales para la salud mental y cognitiva. Además de reducir los niveles de cortisol, algunos estudios señalan que las vacaciones son básicas para una recuperación en funcionamiento del cerebro, la memoria de consolidación, la reducción de la ansiedad y la restauración de la motivación. Un ejemplo que es para muchos procesos de recuperación “más es más”. ¿Por qué está sucediendo eso?
De un enfoque psicobiológico, “más es más”, porque la reducción de la demanda externa nos permite activar los procesos de recuperación interna. Durante el resto del período, la disminución del cortisol no solo está sucediendo para dejar de funcionar, sino porque más fuentes de recolección se detienen: física, cognitiva, emocional y sensorial.
Cuando nos alejamos de los estímulos constantes, como notificaciones, reuniones o presiones para equilibrar el trabajo y la vida personal, el sistema nervioso puede abandonar el estado de hiperactivación y regresar a la forma de la autorregulación.
Este cambio fisiológico permite funciones clave, como atención, memoria operativa, control emocional o toma de decisiones, retorno. Es decir, cuando es menos trabajo, se enfatiza el cuerpo y la mente, y eso nos está preparando para realizar más cuando sea necesario.
Reemplace “Tenemos que trabajar” por “Me gustaría hacer”
Estas vacaciones en la rutina cotidiana generalmente se reemplazan por otras actividades, como viajar, leer, pasar por la montaña o nadar en el mar que tienen un impacto directo y positivo en el bien. Múltiples investigaciones han demostrado que el desarrollo de saltos en el tiempo libre en el que una persona disfruta sin un objetivo adicional crea cambios en el cerebro, especialmente en el núcleo de Akumbens, que se refiere al sistema de premiación.
Los expertos sugieren que necesitan al menos varios días consecutivos, entre cinco y ocho, de modo que el cerebro comienza significativamente interrumpido por el entorno laboral; De hecho, según el análisis de la revista, los estudios de felicidad, el bien alcanza el punto máximo alrededor de las octavas vacaciones.
Por el contrario, no lo apague. Continuar trabajando en espera o móvil de vacaciones evita la recuperación real de la energía. Observe que el aviso y el estado de las hiperconías no hacen una base primaria, una función básica confirmativa como concentración, sleeff o apetitas asociadas.
Los diferentes síntomas (nerviosismo, insomnio, fatiga, irritabilidad e incluso problemas físicos) pueden ocurrir o mantener si no interrumpemos con la dinámica del trabajo durante las largas vacaciones. Según estos datos, esto se puede concluir que el paso del verano para ser una tasa menor es una necesidad biológica, no caprichosa.
La teoría está bien, pero ¿cómo hacer ejercicio?
Para descansar realmente una solución, no es suficiente para dejar de funcionar: es necesario cambiar el ritmo. Esto incluye la adopción de hábitos que favorecen la recuperación psicobiológica, reduzcan el subterráneo y permitan que el cerebro se recupere del desgaste acumulado. Luego explicamos algunas estrategias simples y eficientes para lograrlo.
Aparte digital: reducir el tiempo frente a la pantalla es esencial para calmar el sistema nervioso. Establezca momentos sin móvil o correo, y si puede desactivar el trabajo por completo. Esta ruptura digital permite al cerebro liberar el bombardeo de los estímulos y recuperar su atención y capacidad pacífica.
Actividad física y externa Actividad: el lanzamiento y el contacto con la naturaleza tienen efectos directos en el bien emocional. Las actividades como caminar, nadar o simplemente realizar el tiempo al aire libre ayudan a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y enfocar la neuroplasticidad del cerebro.
Cuidado y relajación mental: ejercicio de meditación, yoga o ejercicios de respiración conscientemente ayudan a detener el estrés por inercia. Estas técnicas reducen el cortisol y refuerzan las áreas del cerebro asociadas con el autococola, la atención y las regulaciones emocionales.
Dormir y descansar: aproveche la regulación de su sueño sin alarmas ni interrupciones. El sueño es esencial para la salud mental: durante el sueño profundo, el cerebro está limpio, organiza recuerdos y devuelve su equilibrio emocional.
Leisure y vida social del placer: el tiempo de reserva para actividades que le brindan placer y vínculo para el placer, cocinar, chatear sin apresurarse … el disfrute auténtico y el contacto humano son antítros naturales del estrés.
En conclusión, la desaceleración de las vacaciones no solo es deseable, sino que es necesario. Al dar cuerpo y cerebro, lo necesitamos, no solo llenamos energía: también mejoramos el estado de ánimo, la creatividad y la claridad mental. Este verano, en lugar de aplicar con actividades, desea que se detenga el permiso, respire y se conecte con usted nuevamente.
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